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Vocera del Movimiento por el Agua y los Territorios: “La normativa ambiental está a la medida de las empresas” (parte 2)

Por Gabriel Cardozo

#DeFrente

 

 

La alerta amarilla se mantiene, la comunidad marcha. Afecta, enferma, transgrede derechos, violenta.

 

En esta segunda parte de la entrevista a la vocera del Movimiento por el agua y los territorios, Camila Zárate, nos entrega su visión en torno a Gobierno y crisis ambientales producto del capitalismo.


-En Chile se ha venido incrementando la agitación y la expresión de las demandas desde los movimientos sociales. Hoy, se toman la agenda las crisis ambientales producto del extremo modelo neoliberal impuesto en dictadura. ¿Cómo se logra avanzar en la superación del modelo neoliberal en la conciencia y respeto por la naturaleza, en un contexto de marcado individualismo y de competencia?   

 

Como movimiento entendemos la importancia de avanzar hacia un modelo del Buen Vivir en que podamos convivir naturaleza y personas de manera recíproca, y, en ese sentido, entendemos la necesidad de elaborar una estrategia que nos permita cambiar las imperantes lógicas individualistas, competitivas y consumistas, por lógicas de cooperación, trabajo comunitario y consumo consciente, mediante formas de producción local, sustentables y autogestivas. Aquellas lógicas merecen un cambio sustancial de tipo político-económico, pero también merecen un cambio de tipo cultural, social e, incluso -para muchos- espiritual. Debido a lo anterior, la educación, mediante el compartir de saberes y la autoformación, se ha transformado, para nosotras y nosotros, en un pilar fundamental en la superación de este verdadero «laberinto» capitalista, tanto en zonas rurales como en las ciudades.

 

En el plano más político, como movimiento hemos demandado desde nuestra primera marcha plurinacional por el agua y los territorios realizada en el año 2013, una nueva Constitución vía Asamblea Constituyente que garantice que los bienes comunes o elementos naturales no son un recurso privado ni un bien de mercado, e incentive la gestión comunitaria de los mismos. Y en esa lógica, demandamos la derogación de todos los instrumentos que han posibilitado esta privatización, como lo es el Código de Aguas que fue creado en plena dictadura y se mantiene intacto, en lo medular, hasta el día de hoy.

 

El Estado, y sobre todo el poder ejecutivo que se expresa en los gobiernos de turno, son culpables de que en Chile la normativa ambiental esté a la medida de las empresas. Las normas de calidad ambiental en el país permiten niveles de material particulado fino, grueso y dióxido de azufre en la atmósfera mucho más altos que los recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Está comprobado que existe una relación directa entre la contaminación atmosférica y los accidentes cerebrovasculares y enfermedades cancerígenas. Han sido las distintas autoridades de la administración del Estado que durante años han permitido que un territorio biodiverso y con un enorme valor paisajístico, se transformara en un territorio de sacrificio, mediante aproximadamente 20 empresas químicas y eléctricas que operan en el mismo territorio, a vista de toda la ciudadanía, sin las prevenciones ambientales necesarias.

 

-La instalación y profundidad del modelo económico chileno cosecha consecuencias irremediables para el Medio ambiente, dado lo anterior. ¿Qué importancia le asignas a la economía colaborativa y a migrar desde una economía lineal a una circular?

 

Es importantísimo y son varios los territorios que ya han incorporado estas nuevas formas de economía a su diario vivir. Es por eso que, al mencionar la importancia del compartir de saberes y la autoformación, justamente nos estamos refiriendo a la difusión de este tipo de prácticas colaborativas que se ejecutan en el país, incluso al interior de nuestra misma capital. Prácticas que los medios de comunicación -en su labor de profundizar la alienación capitalista- no muestran, y que los gobiernos, cómplices de la profundización del modelo neoliberal, tampoco han querido incorporar a sus políticas públicas.

-¿Es el “ecosocialismo” la alternativa para la catástrofe ecológica producto del capitalismo?

 

Como somos un movimiento heterogéneo, conformado por organizaciones que poseen distintas cosmovisiones y pertenecen a distintos pueblos, nuestra labor programática se ha centrado en profundizar en aquellos propósitos que nos unen, antes que etiquetarnos en una corriente político-filosófica determinada. En ese sentido, puedo aseverar que nos une trabajar colaborativamente por la superación del modelo extractivista que golpea muy fuerte el territorio latinoamericano (Abya Yala) en miras de alcanzar un modelo del Buen Vivir (Küme Mongen mapuche). Es este margen de acción el que nos otorga una cierta flexibilidad para recibir distintos aportes que ayuden a construir esa alternativa, ya sea que provengan del ecosocialismo, de la ecología profunda, del indigenismo, o de la cualquier otra ideología política afín.

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