
«Venezuela: el chavismo ancló su rodilla en tierra» Marcel Roo
Por Marcel Roo
En medio de la pandemia del Covid 19, con el temor de posibles atentados terroristas alentados desde el exterior, con apagones previos a la cita, Venezuela celebró sus elecciones a la Asamblea Nacional y como si recibiera una orden de su fallecido comandante Hugo Chávez ancló su rodilla en tierra.
Con el 67 por ciento de los votos emitidos, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se distanció del resto de las organizaciones participantes y obtuvo una representación parlamentaria de 177 diputados, suficiente para imponer sus políticas sin mayor oposición.
Por supuesto que dentro de la tolda socialista hay mucha alegría por la victoria pero también surgen interrogantes acerca de cómo debe ser administrado ese triunfo, de manera que se convierta en el desarrollo de acciones tendentes a revertir la difícil situación política y económica por la que atraviesa el país.
Se imponen momentos de reflexión, en los cuales creemos necesario dejar de lado el triunfalismo y con pies de plomo caminar sobre la verdadera realidad del país. En este contexto observamos -como siempre sucede en campañas electorales- un exagerado optimismo sobre la participación ciudadana, previo a los comicios.
Ese 31 por ciento de participación es un dato que debe llamar a la reflexión. Es cierto que estas elecciones se dieron en un contexto difícil, debido a que el país está sometido a las más crueles agresiones externas de su vida contemporánea, esto aunado a una pandemia que obliga al ciudadano a evitar aglomeraciones, además de que el transporte está sumamente disminuido por la falta de combustible y existe un ataque despiadado contra la moneda por la imposición a rajatabla de una dolarización oficiosa, a lo cual se añade -desde el punto de vista psicológico- el fantasma de una invasión militar rondando desde hace años sobre la conciencia del venezolano.
Todas estas variables están presentes en la vida cotidiana, sin dejar de lado la exagerada hiperinflación que hace casi imposible al ciudadano tener una alimentación medio balanceada.
¿Influyó este cuadro sobre el proceso electoral?
Indudablemente que sí, negarlo o buscar excusas dogmáticas es sencillamente tratar de tapar el sol con los dedos. Muchos venezolanos, incluyendo a partidarios del proceso revolucionario bolivariano, se abstuvieron de votar afectados por estas o algunas de dichas variables. ¿Cómo pedirle al obrero o campesino, a la ama de casa, al joven estudiante que vaya a votar si apenas percibe un mísero ingreso que ni siquiera sirve para pagar un boleto de autobús?
Son varios los factores que pudieron inducir a una abstención en este proceso electoral. Por ello rechazamos de plano ese idea simplista de quienes han planteado en los medios de comunicación hegemónicos una supuesta victoria de la abstención.
El ciudadano pudo verse impedido de votar por considerar de poca importancia este proceso, abstención que estudiosos del tema denominan socio-psicológica porque el sujeto considera el voto como una acción innecesaria que no va a resolver sus necesidades.
Otros no votaron por la sencilla razón de que su centro electoral quedaba fuera de su jurisdicción –de esto doy fe de varios casos que ocurrieron el domingo- y ante la dificultad de transporte debieron quedarse en su casa. Y por supuesto, está la abstención militante ejercida por quienes obedecieron las órdenes de sus jefes políticos.
Todas estas situaciones, estamos seguros, ocurrieron este domingo. De manera que es equivocada e inclusive una actitud de mala fe, atribuir al fenómeno abstencionista una supuesta victoria de los enemigos del proceso bolivariano.
Ahora, en todo caso, se impone analizar el porqué de su ocurrencia. Por ejemplo, si el voto chavista comprobado en 25 elecciones ronda los 6 millones ¿qué pasó para una reducción en más de la mitad de sus votantes? Quedamos a la espera de explicaciones convincentes