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Una mujer llamada Tamara

“Corrieron cercados entre policías, sorteando los minutos de vida entre pozas y ramas. Se escondían a ratos, intermitentes y vigilantes, no había tiempo, ellos estaban a tan sólo unos interminables metros”

Nació un día como hoy y fue bautizada como Cecilia Magni, madre de Camila, una mujer que creció en el seno de una familia conservadora y pro Pinochet, regalona de su padre, un acaudalado empresario textil, con una casa grande, donde creció segura en la comodidad del vivir en el sector oriente de la capital.

Escuchaba la radio Colo Colo, limpiando sus libros, por siempre estudiosa y excelente lectora, en la niñez quedó el ser misionera, como también sus ex compañeros de curso, los militantes de derecha Alberto Espina y el procesado por Jaime Orpis.

Tamara, en ese entonces, la Chichi, ingresó a la Universidad de Chile para estudiar Sociología, con la alegría sonriente se hizo prontamente querida solidarizando con los estudiantes que no podían pagar la carrera, negándose a estudiar.

Al corto tiempo de estar en la Universidad ingresó al Partido Comunista, la compañera Magni, con su corazón hipotecado a los que no tienen, cuando ella lo tuvo todo.

El ingreso al Partido Comunista y el posterior paso al Frente Patriótico Manuel Rodriguez, instaló un quiebre profundo en el seno familiar, su padre, quien apoyó del golpe militar, no fue capaz de procesar las convicciones de su hija. Decidida, capaz y muy aplicada, tremendamente disciplinada y muy cariñosa con sus hermanas, la militancia las alejó por razones de seguridad, las visitas y los encuentros serían a escondidas.

Su carácter y liderazgo, llamaba la atención, José Miguel, un experimentado combatiente formado en Cuba, no pudo resistirse a su mirada, las cartas que guardan los familiares de Cecilia delatan a un Raúl Pellegrin enamorado pero resistente entre las líneas.

Experta en el manejo de armas, con habilidad y destreza, única mujer en más de una misión, Los Queñes no fue la única vez, sólo fue la última.

Matar a Pinochet, una de las más heroicas misiones que llevó adelante, la revolucionaria Tamara rugía y se levantaba con la braveza de la mar. Una pasión revolucionaria, escondida y admirada, el Comandante José Miguel y la Comandante Tamara, una fusión candente en las armas y la lucha contra la tiranía. La Chichi y Raúl, un amor que se fraguó al interior de una pasión prófuga.

 

 

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