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Una decena de loncos invoca el Tratado de Tapihue ante la comisión de descolonización de la ONU

Una decena de loncos invoca el Tratado de Tapihue ante la comisión de descolonización de la ONU.

Por: Revista De Frente

Llegaron sorpresivamente a parlamentar al Palacio de La Moneda. No venimos a venir limosnas, venimos a parlamentar, a tratar de igual a igual, cómo en el tratado de Tapihue . El 25 de octubre de 1823, a través de un Senado Consultivo, la recientemente independizada República de Chile, ordenó la celebración de un parlamento general con los mapuche que habitaban al sur del río Biobío, con la finalidad de acordar el estatuto que regularía las relaciones entre la naciente república y el pueblo mapuche. El 7 de enero de 1825, durante el gobierno del General Ramón Freire, se celebró el Parlamento General de Tapihue entre un representante y militar chileno enviado por el Congreso de la República con plenos poderes –el Capitán Pedro Barrenechea (llamado Barnechea por la tropa)–, y las máximas autoridades de las confederaciones guerreras (butalmapus) mapuches, encabezadas por el Lonco Francisco Mariluán.

En los primeros ocho artículos, el Tratado se incorpora Arauco dentro del territorio del Estado (definido desde Atacama hasta Chiloé) y se entrega a los mapuches la condición de ciudadanos chilenos, con el derecho de estos últimos de asistir a las escuelas públicas del Estado. Además, se establecen alianzas militares que obligan al pueblo mapuche a colaborar con el Gobierno de Chile en la persecución de extranjeros en su territorio.

El artículo 19 de dicho Parlamento ratificó el río Biobío como la frontera entre ambos pueblos, poniendo término a una guerra de por lo menos 14 años con la República de Chile. Y prohibiendo que algún chileno pueda habitar la zona controlada por los indígenas al sur de ese río, por constituir un peligro público para la tranquilidad y un evidente peligro para la paz, como queda estipulado en el Artículo 18.

De igual forma, en el artículo 25 sanciona como delito de lesa patria a la parte contratante que violente ese tratado.

A continuación, compartimos íntegramente la declaración entregada al gobierno de Chile por una decena de loncos, autoridades ancestrales del pueblo nación mapuche.

Al Señor Alberto Van Klaveren
Ministro de Relaciones Exteriores de Chile
PRESENTE:

ASUNTO: Existencia de controversia internacional por violación de tratados internacionales vinculantes.
Con Copia a al Señor Alberto Fernández, Presidente de Argentina A los reyes de España, Países Bajos e Inglaterra
A los Estados Pontificios, A la Secretaría General de la ONU
Al Consejo de Seguridad de la ONU Al C24 de la ONU
y también A la sociedad chilena y argentina.
A los Pueblos Libres del Mundo.

El Pueblo Nación Mapuche es democrático, dialogante y se funda en la resolución pacífica de controversias, tanto internas como externas.
Por esa razón hemos demorado en responder los llamados que ha realizado vuestro jefe de Estado, Don Gabriel Boric Font a crear una comisión del buen vivir y deuda histórica. Hemos debido
dialogar entre nosotros sobre los alcances de vuestras palabras y la relación que ellas tendrían con
vuestras acciones. Nuestra respuesta es la siguiente.
Nuestro Pueblo Nación Mapuche, a diferencia de los demás Pueblos Indígenas que vuestro jefe de Estado menciona en sus alocuciones oficiales, goza de personalidad jurídica de derecho
internacional público. Aquellos parlamentos que vuestra jefe de Estado menciona en sus discursos son Tratados Internacionales vigentes y vinculantes, celebrados primero con el Rey Felipe IV de España y
que el Estado de Chile asumió como propios, bajo el principio de continuidad institucional, al declararse la independencia en los territorios que comprendían la Capitanía General de Chile.
A diferencia de lo sucedido con la Isla Grande de Chiloé, y las provincias de Tarapacá y Antofagasta, el Pueblo Mapuche del cual nosotros somos legítimos representantes, no ha consentido
jamás en que vuestro Ejército cruzara la frontera norte del Río Biobío, ni tampoco ha cedido territorio
alguno.
No existe un acto jurídico equivalente al tratado de Ancón de 1929, entre Chile y Perú, en donde se pone fin a sus controversias originadas en la guerra del salitre y mediante el cual Chile
anexiona conforme a derecho, los departamentos de Tarapacá y Arica.
Tampoco uno equivalente al celebrado en la Haya, entre Chile y Bolivia, 1904, por medio del cual se anexiona jurídicamente Antofagasta al Territorio Chileno.
Cuando vuestra máxima autoridad refiere a los parlamentos, y en específico al que ustedes denominan Tapihue, omite mencionar que en todos ellos desde el de Quilín, del año 1641, se reconoce
pacíficamente por todas las partes la frontera del río Biobío.
Los territorios hacia el sur del río Biobío no han sido anexionados por Chile mediante un acto jurídico que pueda derogar los parlamentos celebrados con anterioridad.
Los parlamentos son tratados internacionales entre el Reino de España y el Pueblo Mapuche, y entre el Estado de Chile y el Pueblo Mapuche, y siguen vigentes.
En los parlamentos celebrados con el Reino de España la Iglesia Católica compareció como testigo y ministro de fe.
El Pueblo Nación Mapuche es anterior al de España, y a los reinos que la componían. El reconocimiento del colonizador no nos dio existencia, sí nos dotó de un título jurídico vigente hasta
hoy. España pactó con nosotros porque le ganamos la guerra, eso jamás debemos olvidarlo.
Los reinos de Inglaterra y Holanda, así como los Estados Pontificios, celebraron tratados internacionales con el Pueblo Nación Mapuche, reconociendo su autonomía y su Personalidad Jurídica
de Derecho Internacional Público. En igual sentido se ha comportado la República de Francia.
Vuestra máxima autoridad en sus estudios de derecho aprendió que “las cosas se deshacen del modo en que se hacen” y que por lo tanto los actos de fuerza, o las vías de hecho, lo siguen siendo
independiente de los años que pasen y el velo de olvido que ustedes pongan sobre estos irrefutables hechos históricos.
Dicho de forma simple y llana, la violación a los tratados que ustedes celebraron con nosotros no los invalidan ni derogan. Entre los pueblos civilizados se distingue tajantemente entre la fuerza y el
derecho.
Chile violó sus propia Constitución, sus leyes y sus tratados internacionales creando la provincia de Arauco en territorios extranjeros; luego invadiendo, exterminando y colonizando a los
sobrevivientes que jamás dejaron de alegar la vigencia de esas normas.
El Estado traspasó la frontera del río Biobio sin declarar la guerra al Pueblo Mapuche, por lo que hace imposible, bajo el derecho internacional de esa época, que pudiera “anexionar mediante la
guerra” estos territorios.
Nuestro Pueblo fue atacado por vuestro Estado con el fin deliberado de exterminarnos, porque sin herederos no habría controversia. Pese a vuestros denodados esfuerzos sobrevivimos.
Antes de invadirnos permitieron que el ejército Argentino invadiera territorios que correspondían a la Capitanía General de Chile, para que nos exterminara desde el este. Luego cedieron
ese territorio ajeno, que en gran parte pertenece a nuestro Pueblo, a la Argentina. Estos actos nos son inoponibles porque jamás concurrimos a ellos, ni consentimos la ocupación, ni les hemos cedido dichos
territorios conforme al Derecho Internacional Público.
Vuestra máxima autoridad refiere a una pretendida “deuda histórica”, la cual vuestro gobierno, han explicado como un mero asunto de usurpación que debe ser resuelta mediante la entrega de
predios.
Para dialogar sobre esa solución que ha propuesto, dice que será asesorado por la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidad, ONU.
La comisión del buen vivir debía comenzar a sesionar en abril, ello no ha ocurrido conforme a  lo anunciado.
Valoramos que vuestro jefe de gobierno y jefe de Estado, como sucesor de O’Higgins, Freire, Montt, Prieto, reconozca la existencia de los Parlamentos como normas de derecho internacional
público vinculantes como lo hicieron los dos primeros. Valoramos que reconozca la existencia de una
deuda histórica.
Hemos resuelto que aceptaremos vuestro llamado a dialogar, y lo haremos del mismo modo en que usted lo ha esbozado.
Como el Pueblo Mapuche se encuentra en una situación de colonización impuesta por los Estados de Chile y el de Argentina las conversaciones deberán realizarse al alero del Comité Especial
de Descolonización de las Naciones Unidas o C-24.
En lo que refiere a las controversias que existe entre nuestro Pueblo y el Estado de Chile activaremos la carta de la ONU y solicitaremos al Comité de Seguridad que medie, en pos de una
resolución pacífica, para que el Estado de Chile se retire a la frontera norte del Río Biobío, tal cual lo prescribe el Tratado que ustedes denominan como Tapihue, que vuestra máxima autoridad ha
reconocido oficialmente como vigente hasta hoy.
Respecto a los colonos declaramos que ellos y sus propiedades serán respetados conforme al derecho internacional de los derechos humanos, y con justicia y ecuanimidad.
Respecto a los latifundios y explotaciones extractivistas los dueños de esos capitales deberán pedir las indemnizaciones que les corresponda al Estado de Chile, quien los alentó a instalarse en
territorios ajenos.
Respecto a la situación de nuestros recursos marinos adherimos a los tratados sobre los derechos del mar y reivindicamos nuestra área económica exclusiva y nuestro mar presencial de la
costa Lafquenche, así como de los canales y fiordos del sur.
También reivindicamos como perteneciente a nuestro territorio la Isla Mocha.
Finalizamos nuestra comunicación saludando fraternalmente al pueblo mestizo argentino y chileno, así como a todos los pueblos originarios, entendiendo que la situación de menoscabo que han
debido soportar por estar históricamente oprimidos por una casta local asistida por el imperialismo. Ya llegará la hora de la liberación de vuestros Pueblos, en dichos propósitos pueden contar con nuestro
Pueblo como un aliado. Esperamos que comprendan y solidaricen con el inicio de nuestro proceso de descolonización y liberación nacional.
Esta misiva está redactada de tal forma que la casta huinca pueda entender inequívocamente la manifestación de nuestra voluntad soberana; y para que los habitantes de los pueblos oprimidos por las
castas gobernantes chileno y argentinas, conozcan de primera mano las bases de históricas y jurídicas en las que se sustenta nuestro pueblo mapuche.
A continuación la rúbrica de las autoridades ancestrales y legítimas del Pueblo Nación Mapuche que comparecen en este acto:  mirar firmantes y carta original aquí:  Carta CC a Embajadas Completa

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