
Tras una década de lucha: Los pobladores del comité Ukamau celebran la ansiada casa propia
Son más de 1.700 personas las que vivirán en el nuevo proyecto habitacional emplazado en el límite de Santiago con Pedro Aguirre Cerda. Los nuevos vecinos catalogan este lugar como una gran victoria, un hito en la historia de la vivienda social chilena. Los recursos públicos para la construcción fueron administrados por el conocido colectivo Ukamau, quienes dieron una ardua batalla por obtener mejores condiciones habitacionales, en definitiva “Vivir con dignidad”. Esta es su historia.
“Por primera vez voy a saber lo que es sentarse a ver televisión en un sillón”, comenta Cristian Molina orgulloso de su nuevo hogar. Es padre de dos hijas, una de ellas una joven de 26 años con Síndrome Down; la segunda, una pequeña de nueva años. De cerca lo mira su esposa Lidia Galvez, este feliz. Por fin cumplieron el sueño de la casa propia.
-Algunas personas lo ven como algo superficial, pero por fin voy a dormir con una puerta, porque siempre hemos dormido separados por cortinas-, dice Lidia y deja ver su emoción.
Los Molina Galvez son una de las más de 400 familias integrantes de la agrupación Ukamau, movimiento que lucha “por el derecho a la vivienda digna”. Luego de nueve años de batalla recibieron las llaves de su casa propia. Son viviendas de 67 metros cuadrados, con una amplia cocina, living comedor y tres habitaciones. Todas residencias emplazadas en un condominio de cinco pisos con áreas verdes y estacionamientos.
Este proyecto fue liderado por Pamela Gonzales y Emilio Becerra, arquitectos de la Universidad Arcis, quienes mientras estaban desarrollando un proyecto para el curso de Arquitectura de Viviendas Sociales dictado por Fernando Castillo Velasco, conocieron a la organización Ukamau y comenzaron a idear el proyecto “Barrio Maestranza”.
A la hora de ser evaluados por el premio nacional de arquitectura, él les dijo: “Esto es lo que estaba buscando, no basta con el proyecto, hay que realizarlo”. Desde ese momento, Castillo Velasco y su hijo Cristian, en conjunto con sus estudiantes de arquitectura, se embarcaron en un nuevo proyecto de viviendas sociales de calidad. Uno de los últimos realizados en su vida, el arquitecto falleció en 2013.
La urbanización se llama “Maestranza”, en honor a su antigua función, que está emplazada en el histórico barrio San Eugenio, uno de los primeros proyectos de vivienda económica construido para los obreros de la Maestranza de ferrocarriles tras la aprobación de la Ley de Viviendas Obreras de 1925. Un lugar que aún resiste a la especulación inmobiliaria y en el que todavía se experimenta esa vida de barrio en la que el vecino es uno más de la familia o en la que se compra todo en el almacén de la esquina.
Esta se encuentra a veinte minutos del centro capitalino, en el límite de la comuna de Santiago y Pedro Aguirre Cerda. En sus cercanías se encuentran las estaciones Lo Valledor, Cerrillos y Estación Central; conexión que muy pocos proyectos de corte social cuentan. Además en sus alrededores existen colegios, negocios, cultos religiosos y plazas.

Allí viven más de 400 familias provenientes de las comunas de Estación Central y Santiago, la mayoría vivía de allegados en casa de sus familiares o arrendaban piezas en distintos cites de la comuna.
“Yo vivía en una pieza con mi hija en donde no podía meter ruido”, recuerda Sandra Imilán quién es costurera y en su nueva casa podrá coser tranquila con su máquina. Allí vivirá con su hija de 23 años, quien estudia y trabaja. Está feliz, por primera vez cada una tendrá su propia habitación.
Lo primero que hizo fue hacer las cortinas para su nuevo hogar, las fabricó “al ojo”, pero al momento de instalarlas se dio cuenta del amplio ventanal que por la emoción de la primera visita pasó por alto.
Llegar al nuevo barrio Maestranza o Maestranza Ukamau, como lo denominan los vecinos, no fue fácil. Doris González, líder del movimiento, recuerda que la primera traba fue convencer a la Empresa Ferrocarriles del Estado (EFE), propietaria del terreno en donde se emplaza la urbanización, de que ese sitio lo destinaran a viviendas. Una mañana decidieron tomarse la Estación Central de Trenes y paralizaron el servicio ferroviario hacia San Bernardo y Rancagua.
“Si uno no lucha no consigue nada”, dice Sandra Imilán quien en un principio era temerosa de las manifestaciones, pero con el paso del tiempo se dio cuenta que la única forma de ser escuchada era protestando. Ella en conjunto con la agrupación Ukamau, cada cierto tiempo y en horario punta de tráfico (siete de la mañana), cortaban la Alameda. Así insistían para que Serviu concretara la promesa de edificar las viviendas y pedían que nos los erradicaran a las periferias de la ciudad, ya que uno de las principales peticiones era quedarse en la misma comuna.
“Me mojaron, me llevaron detenida, corrí del guanaco”, recuerda Betty Castro, originaria de Collipulli, quien orgullosa muestra nuevo hogar. Tras veinte años de vivir en Santiago logró a punta de esfuerzo y perseverancia el sueño de la casa propia.
-Cada detención donde fui gaseada y mojada tuvo recompensa, no me arrepiento de nada de lo que hice para obtener su hogar-, confiesa.
Esta nueva urbanización se distingue completamente del resto de las viviendas sociales construidas en Chile en los últimos 30 años. Se encuentra localizada en un lugar próximo al centro de Santiago, terrenos que históricamente no son destinados a viviendas sociales, dado su alto valor comercial; además los recursos públicos fueron administrados por un colectivo social lo que redujo el costo de producción y se logró obtener mejores condiciones habitacionales.
“Nadie estaba preparado desde la institucionalidad para confiar en las capacidades que tenemos como organización”, explica Doris González, líder de Ukamau. Hace hincapié que movimiento fue fundado por su tío Antonio González, integrante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, en 1987.