
«The Last of Us: De inapelable video juego a serie de HBO» Por Andres Saenz
Por Andres Saenz
A estas alturas describir el planetario existo del video juego para PlayStation “The last of us” es reiterativo. A lo largo de la historia de la industria del entretenimiento electrónico pocas veces ha ocurrido algo semejante, el 2013 la desarrolladora Estado Unidense Naughty Dog lanza el primer titulo de la saga para la consola de la Sony PS3 cambiando para siempre el canon de como desarrollar narrativamente este tipo de productos.
El contexto argumental del juego no es nuevo, una Ucronía post apocalíptica luego de una infección pandémica que transforma a la humanidad en zombis donde el reducido grupo de sobrevivientes intenta resistir en un mundo que se acaba. Dicho esto, lo superlativo de The last of us no se encuentra en el universo donde se desarrolla sino más bien en la disminuida y blindada humanidad de sus protagonistas, quienes a partir una premisa bastante simple, un contrabandista endurecido por 20 años de catástrofe global a quien se le encomienda acompañar (o contrabandear) a una adolescente atreves de un destruido Estados Unidos es que se elevan para confrontarnos con todo aquello que nos hace ser lo que somos antes la inminente e irremediable desaparición.
Este juego que presidió de los acostumbrados recursos del género: Escopetas recortadas doble cañón, hordas de hambrientos zombis acechando en cada esquina, hachas, bates de beisbol y muchas, muchas balas para en cambio enfrentarnos con la relación entre un adulto traumatizado por los eventos que le han tocado vivir y una apenas adolescente que solo ha conocido ese mundo de infectados y dictaduras militares que a punta de un sistema policial filo fascista intenta mantener en pie lo poco que queda.
HBO tomo el reto durante la pandemia de Covid-19, un contexto que hacia particularmente atingente llevar a la pantalla una historia sobre el fin de la humanidad. Así es que la gigante norteamericana con su acostumbrada factura se puso a trabajar encomendando al Showruner de Chernóbil (también HBO) Craig Mazing y al mismísimo creador y guionista del video juego Neil Druckman la misión de llevar a cabo la serie, fichando directores, técnicos y actores entre quienes resalta el casting para los dos protagonistas; Pedro Pascal en el rol de Joel Millier y Bella Ramsey como Elli, antiguos conocidos de la cadena, ambos con pequeños pero relevantes papeles en la también mítica Games of thrones.
La apuesta fue muy alta, el primer capítulo (de una temporada de 9 en total), estrenado este domingo 15 de enero en todo el Mundo tuvo una duración de casi 90 minutos, llevando al formato de las series de televisión a un nuevo estándar canónico, los capítulos pueden y serán mejores en calidad, producción, financiamiento y por supuesto duración que cualquier película estrenada en el mismo periodo.
Aproximarse a los míticos 90 minutos que el estándar fílmico de Hollywood a definido como la duración deseada de un largometraje no hace mas que insinuar que el género ninguneado durante décadas, este hermano bastardo de las pantallas grandes ha tomado un lugar preferente en el ecosistema audiovisual, poniendo un clavo mas en el ataúd de la industria tradicional.
El capitulo piloto en sus primeras horas en línea ya ha sido visto por millones de espectadores por los servicios del streaming HBO Max, sin mencionar a los aun incontables clientes de televisión por cable, satelital o IP que cuentan en sus parrillas de programación a la cadena.
No es la idea de esta nota hacer spoiler o análisis detallados de esta primera temporada de TLOU, pero es imposible no terminar reconociendo que la puesta en escena es casi perfecta, actuaciones de una solides que logran la empatía del espectador desde el mismo inicio, una fotografía que homenajea continuamente al video juego donde la oscuridad y ansiedad cuajan en cada secuencia, la musicalización de Gustavo Santaolalla, el mismo responsable de las entregas para PS3 y PS4 que con sus cadenciosas composiciones enmarca el tono narrativo de la propuesta y sobre todo una excelente adaptación de un juego, que aunque no es requisito alguno para ver la serie, remata como el detalle mas maduro y cuidado de la producción.