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Tamara, Guerrillera del Tiempo

Por Pedro Piñones Díaz 

Para mí, personalmente, hablar de Tamara,
Rosita, Roxana, es demasiado
porque se me juntan muchos recuerdos de esta luchadora audaz, valiente y de un gran sentido de la responsabilidad con la organización y compromiso serio, que estaba imbuida en una lucha frontal contra un enemigo poderoso, cruel y asesino.

Ella ponía una gran dosis de ternura y un audacia sin límites, para ir pasando las barreras de la represión del dictador y avanzar entre sus fauces con decisión llevando en sus manos los elementos que los luchadores por Chile necesitaban.

Además tenía una gran personalidad que se imponía solo por presencia, porque ella hablaba de la moral revolucionaria y recordaba a grandes luchadores de otros tiempos.
Era una admiradora de las guerras de liberación que en esos tiempos se celebraban avizorando un triunfo sobre los enemigos de siempre.

Ella veía también una victoria en Chile sobre la dictadura.
La resistencia nacional tenía nombre de libertad y apellidos de mujeres buscando con empeño una patria soberana.
Tamara irradiaba juventud y coraje, fue sin duda una heroína que le dio honor a la lucha mancomunada de un pueblo contra la dictadura.

En esos destacamentos convivían con alegría y decisión mujeres, hombres, viejos, jóvenes, niños, todos luchando por la libertad y las reivindicaciones populares, por los derechos , la igualdad, la justicia social y un gobierno popular que hiciera suyo las demandas.

En toda esta lucha Tamara se fue formando, era admirable su compromiso y el respeto por sus compañeros, ella fue una heroína que ayudó a formar una vanguardia de luchadores populares, teniendo como objetivo lograr la segunda independencia nacional, luchando contra el imperio y los poderosos.
Tamara Guerrillera fue la flor mas distinguida entre ese jardín de mujeres combatientes.
Ellas le pusieron amor y ternura cuando había que curar heridos, esconder a compañeros, sacar y entrar combatientes e integrarlos al combate.
La resistencia nacional contra la dictadura no podría avanzar sin contar con esas valerosas compañeras.

Muchas de ellas cayeron en combate, otras asesinadas cobardemente; otras son hoy madres, otras tantas abuelas cariñosas que pasan oralmente el legado de un pueblo en rebelión donde Tamara guerrillera fue una luz esplendorosa en la siniestra noche fascista en Chile.

A través de los tiempos saludo a esas luchadoras. Chile aún no escribe sus luchas, nos falta recordar a todas y todos. Fue un honor grande y un orgullo haber estado en trincheras, en las calles, en las montañas, en las universidades; y en esos momentos de descanso tomando un café para tomar un vuelo y seguir organizando y combatiendo, gloria a ellas, gloria a todos.

Tamara fue una combatiente que se fue haciendo en la lucha. Fue también una estudiosa de la situación, ella tenía muy claro los objetivos y esperaba siempre los errores y las debilidades de los verdugos de su tiempo.

Ella tenía una vocación irrenunciable de valores y mucha paciencia. Un valor importante y ella lo decía siempre, la unión de los resistentes y el compañerismo, para elevar en grados la capacidad combatiente y técnica, porque ella nos decía: Manuel Rodríguez nos necesita en estos tiempos.

Tamara tenía el credo sólido que sólo luchando se derrotaría al dictador. Con el tiempo nos dimos cuenta que ella tenía la dureza del roble, y un gran amor por la victoria. Era orgullosa de sus compañeros, nos entregaba la ternura que tanto se necesita en tiempos grises, oscuros y cobardes del dictador.

La Comandante Tamara nos enseñó que la cohesión era el elemento eficaz para no perder de vista principios y futuro, todo eso facilitaría llevar a cabo una misión que la historia le había entregado a un grupo de jóvenes patriotas que eran llamados a defender la dignidad de la patria que estaba herida y sentía vergüenza por las atrocidades de los grupos del dictador.

En esta casa que estoy escribiendo muchos años después de las epopeyas que escribió la Comandante Tamara, se me viene a la memoria cada cosa, a la que le encuentro más valor y sigo dándome cuenta que ella era una imprescindible.
Aquí ella nos hablaba noches completas, nada olvidaba, nos decía que nadie era más que otro en esta lucha, nos incitaba a tener la mente siempre despierta, para salir adelante en el empeño de organizar, luchar y avanzar.

Tamara llegaba a esta casa en la comuna de Cabildo, siempre de noche, cuando el día cambia de nombre, ella risueña, cansada y con hambre, saludaba a cada uno con un beso una sonrisa y una fuerte palmada en la espalda, dejaba cerca de este lugar su auto de color rojo y subía a pie para hablarnos hasta la amanecida para preparar esa amanecida de los tiempos que nos predicaba con orgullo y devoción, tiempo después los políticos entregaron esa lucha y acordaron una transición de corte fascista con el dictador.

Otras veces llegaba siempre cansada en un auto blanco a reunirse con nosotros. Otras veces llegaba con otros cuadros de la resistencia. Aprovechaba cada minuto para enseñar, explicar, corregir y señalar un sendero claro y sólido, en realidad para ella eso era fácil, estaba tan convencida de lo que afirmaba que veía una patria libre, tenía la conducta de una guerrillera y ella resaltaba con fuerza los valores, y las virtudes que debe tener un guerrillero.

En esos tiempos aquí en Cabildo y en otras ciudades de Chile, era el silencio. Esas noches se convertían en aliados seguros para conversar y preparar la resistencia nacional, todo era visto con seriedad, aun prepararse para lo peor. Que orgullo de aquellos valientes que entregaron lo único que tenían: su vida, por la libertad de Chile. Eran los elementos eficaces para no perder de vista principios y futuro, siempre tuvieron muy clara su misión y cumplieron, gloria eterna a ellos.

Tamara, por estas tierras de Petorca, subía montañas a visitar a sus compañeros y de esto es primera vez que se escribe. Allí en ranchos mal olientes, los mineros la saludaban con orgullo, todos sabían quién era ella, se sentaba a tomar té en los choqueros de esos obreros pirquineros y conversar hasta la amanecida, aprovechando ese silencio de la montaña, que es la paz que entrega la naturaleza y sus bellezas incomparable.

Ella regresaba, contenta, risueña y feliz de haber estado con sus compañeros. Tamara no confiaba en el azar, siempre nos decía revisemos lo chico para ejecutar bien lo grande, tampoco busquen el interés propio, pensemos en todos para que este barco funcione.

Ella era disciplinada, leal, y esa amistad nos llamaba a quererla.
Muchos compañeros de esos tiempos se fueron casando y cuando nacía una hija, la bautizaban con el nombre de Tamara, como un homenaje perpetuo a esta mujer sonrisa, a esa lealtad guerrillera.

Un día llegó, como siempre a medio de la noche de un fin de semana, y nos hizo un cursillo para adiestrar el cuerpo, tener la mente siempre despierta, un espíritu revolucionario en que fuéramos dignos de las tradiciones y las luchas populares por el mundo.
Ha pasado harta agua bajo el puente. Pienso ahora que ella lo dio todo por la libertad de la patria, ella se formó estudiando a héroes populares, tenía la eficacia de un guerrillero y a veces eso le resultaba un cansancio, falta de sueño, fatiga, pero estaba más que segura que ella iba a cumplir su misión.

En esta primera parte, que solo es una reseña de esta gran compañera, de esta mujer patriota, de esta guerrillera que pasó con coraje y luchando, a la dimensión de heroína.

Comandante Tamara, desde esta esquina del tiempo con este escrito te saludo, no puedo dejar de decirte, toda la falta que nos haces: Gloria eterna a Cecilia Magni.

Pedro Piñones Díaz.
Ciudad de Cabildo. Chile.

Equipo editorial Revista De Frente

Comentarios (3)

  • No Mas Terroristas

    El socialismo le lava la cabeza a los muchachos inventándoles enemigos que no existen y luego muertos los convierten en Psudoheroes que nadie reconoce. Jóvenes Chilenos, no crean esta palabrería, cuiden sus vidas y disfruten de lo poco o mucho que tienen…

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    • Car

      Callao escoria miserable

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    • Rafael Riofrío Tacuri

      indentifícate porquería fascistoide

      reply

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