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Sobre la Consulta Municipal: «No hay que ser pitonisa»

Por: Ingrid Córdova

Ayer domingo se entregaron los resultados de la consulta ciudadana 2019 organizada por la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM). Cómo señalan El Mostrador la votación voluntaria y  no vinculante convocó a más de dos millones de personas, sumando el voto digital y el presencial. Solo en la modalidad online, los participantes fueron 1.521.864 personas.

Cerca de las 19 horas, la AChM entregó los primeros resultados, correspondientes a las 29 comunas que ocuparon la plataforma consultamunicipal.cl, implementada por E Voting, con 1.055.044 votos. Pasadas las 22 horas, entregaron un nuevo cómputo, con 2.144.075 votos escrutados y donde los resultados siguen la tendencia trazada en la primera entrega, dijo el presidente de la AChM, Germán Codina.

Estos datos liberados indican una clara mayoría a favor de una nueva Constitución, con 846.110 votos (91,3%) contra 80.378 que la rechazan (8,7%). En cuanto al mecanismo, la opinión fue clara a favor de una Convención Constitucional integrada en su totalidad por ciudadanos electos íntegramente para este efecto, con 345.393 votos versus los 138.647 que prefieren la Convención Mixta, todo un termómetro de lo que ocurrirá en el plebiscito de abril de 2020.


Hoy terminó la consulta levantada por las municipalidades que sin duda alguna presentó bastantes aristas a considerar:

1. No era una consulta vinculante.
2. No incluía la posibilidad de Asamblea Constituyente como tal, sino las opciones consideradas en el Acuerdo por la Paz ya anunciado.
3. Hubo comunas y alcaldes que se negaron a hacerla o que explícitamente ni siquiera incluyeron la pregunta por los dos tipos de convención propuestas.
4. No toda la gente votó por considerar que el proceso no entregaba garantías reales o bien, porque les parecía que, finalmente, contribuía a desmovilizar factores de presión como la manifestación callejera y/o la acción de las asambleas territoriales.
Aun así arrojó un resultado significativo y aplastante en relación a la necesidad de una nueva carta magna para Chile y al mecanismo para llevarla a cabo, inclinándose por la convención constitucional donde el 100% de los representantes serían elegidos para tal efecto.

El 91% obtenido debe afectar, lo quieran o no, a los sectores de la derecha dura, que obtusamente se apegan a las estadísticas y números sin considerar la desobediencia civil que se ha instalado de facto, más aún cuando obedientemente alineados, los sectores proclives al gobierno y comunas históricamente de esa tendencia, votaron mayoritariamente en contra de una nueva constitución y a pesar de ello los resultaron fueron desfavorables para su sector. Atrapados en los números que tanto les gustan, no podrán desconocer esa cifra.

Frente a esto, la pregunta es qué reacción se puede esperar y la respuesta que se avisora no es nada positiva. En primera instancia, podrían endurecerse aún más las medidas represivas frente a la movilización popular que no tiene pensado abandonar la calle.
Como segunda cosa, posiblemente intenten posicionar a como de lugar, la opción de convención mixta que considera un 50% de constituyentes elegidos y 50% de parlamentarios en ejercicio, como último recurso.
Pero surge una tercera opción, impensable para muchos, pero muy posible teniendo en cuenta que no han podido arrebatarle las calles al movimiento y en concordancia con estos resultados; esto es , simple y llanamente, bajarse del acuerdo que ellos mismos suscribieron con los partidos de oposición y volver a fojas cero, vale decir, negarse de plano al cambio de la Constitución del 80.

Para quienes se han sentidos más aliviados con los resultados de esta consulta más bien simbólica que efectiva, y ya comienzan a pensar en como dirigir sus acciones hacia abril del 2020, conviene advertirles que la derecha no acepta, de buena gana, votaciones que vayan contra sus objetivos, por legítimas que sean o parezcan – para muestra el botón de 1973- y que seguramente pretenderán deslegitimar o desconocer los resultados obtenidos así como han hecho todo este tiempo con la movilización en sus diferentes expresiones.

De ahí que no sea el momento de sentir alivio ni de «echarse en los laureles» a descansar, sino por el contrario, es urgente prepararse para los diversos escenarios, donde seguramente habrá que continuar luchando de todas las formas posibles, porque el poder no perderá sus privilegios tan tranquilamente.

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