
«Sobre el futuro para la educación» Por Roberto Campos, el profesor que saltó el torniquete
Por: Roberto Campos Weiss, candidato a Diputado por el Distrito 10
Esta semana fui invitado a la Convención Constitucional al Ciclo de Conversaciones Constituyentes: Levantar la mirada y reflexionar nuestro horizonte para los próximos 100 años. En ese contexto nacen las siguientes ideas que comparto a continuación.
Como profesor he sido testigo y cómplice en la formación de personas individualistas en su propio proceso educativo, sumidas en un contexto supremamente competitivo, donde las relaciones humanas quedan postergadas en función del rendimiento académico, de la eficiencia en los instrumentos de medición y la normalización de las conductas de les estudiantes para obligarles a encajar en una sociedad que camina inexorablemente a su autodestrucción. Esto afecta de forma irreversible la salud física y psicoemocional de les estudiantes y, de paso, los sueños e ilusiones de millones de mentes encerradas en islas de conocimiento ortodoxo e insuficiente.
Lo anterior es evidencia de cómo la actual educación de mercado que se le entrega a nuestra infancia y adolescencia está impregnada de disvalores que dificultan la construcción de una sociedad cooperativa, amena, amorosa y solidaria. Aspectos que debieran ser basales o transversales a los currículos educativos para fortalecer el tejido social y encontrar en la diversidad, el diálogo y el trabajo colaborativo, las respuestas a los desafíos cada vez más complejos que por nuestra propia actuación tenemos que comenzar a resolver.
Es tanto el nivel de desconexión que existe entre les estudiantes y nosotres, les «adultos pensantes» pertenecientes a este pequeño grupo social que está tomando las decisiones en los distintos poderes del Estado —por los motivos que hayan sido—, que son les mismes jóvenes quienes hasta el día de hoy mantienen la movilización social en contra del modelo precarizador. Están cansades de esperar que los adultos tomemos las decisiones pertinentes ante la crisis multisistémica de la que somos responsables.
Hablemos del adultocentrismo. Ese concepto acusador con las personas de mayor de edad, quienes consideran que la experiencia que entregan los años es jerarquizadamente, más valiosa que la creatividad de las mentes más jóvenes, menos manipuladas, alineadas, sesgadas, capaces de poner el mundo al revés con tal de velar por el buen vivir de sus familias, sus territorios, los ecosistemas. Pese a que la educación que impartimos impone qué pensar mientras deben acatar silenciosamente, nuestras infancias y adolescencias fueron capaces de romper estos paradigmas para luchar por la dignidad personal, pero también, colectiva.
¿Por qué fueron las juventudes quienes tuvieron que hacer las primeras acciones para que los adultos llegáramos a este momento histórico que nos convoca hoy? Por un lado, es porque las generaciones en el poder, impregnadas de los disvalores de la educación de mercado, construyeron una sociedad basada en los vicios que hoy nos tienen sumidos en la peor crisis institucional de los últimos 30 años. Por el otro, porque la exclusión de la vida política y social hacia la juventud escaló a niveles discriminatorios. Por eso se levantaron y saltaron los torniquetes días previos al 18 de octubre.
«Evadir, no pagar, otra forma de luchar», cantaba la consigna. Implícitamente esta fue una interpelación hacia los adultos, las instituciones, el modelo neoliberal, en definitiva, el patriarcado. Elementos que deben ser evitados, bypasseados, ignorados, para construir una alternativa de supervivencia ante el inminente deterioro de la Tierra Ñuke Mapu.
¡Dejemos de lado la política adultocentrista!
El futuro es inclusión. Abogo, por ejemplo, bajar la edad de participación ciudadana para involucrar a jóvenes, que tengan injerencia en la creación de proyectos e iniciativas constitucionales. ¿Cuántas veces las juventudes han querido expresarnos miradas diferentes que escapan de la lógica actual, que los ojos del capitalismo no logran ver y que, tanto el Estado como la sociedad, no les hemos permitido participar? Se les criminaliza por pensar diferente, se les segrega, e incluso se les persigue y encarcela.
Lo urgente hoy es salvar el planeta. Los glaciares están derritiéndose exponencialmente, la sequía del saqueo está devastando comunidades, la contaminación de las aguas, la deforestación. Salvarlo es un imperativo ético, social, económico y político. Construyamos una educación basada en el respeto entre las personas, con los animales y la naturaleza. No podemos pensar en el cambio climático si no cambiamos el paradigma en la forma de educar. Criar personas felices pasa por educar estudiantes que desde temprana edad respeten toda forma de vida y a todas las especies. Eduquemos para amar, empapemos las generaciones venideras con generosidad, solidaridad e interés por el bienestar colectivo.
En este momento en que hay una Convención Constitucional que cobija múltiples esperanzas, porque así como en el ciclo de la naturaleza no existe la muerte, sino la transformación, nuestras esperanzas apuntan a que esta vez nacerá algo nuevo, bueno, haremos las cosas diferentes y transformaremos Chile en un país donde se pueda vivir con dignidad. De este modo evitaremos que nuestras futuras generaciones tengan que salir nuevamente a saltar torniquetes.
Juan Candia Muñoz
Me siento identificado plenamente por lo escrito por Álvaro, pues vive esas experiencias, de LUCHA incansable, alegre, con mística, por construir colectivamente von acciones y actividades, directamente dirigidas para las TRABAJADORAS y los TRABAJADORES de nuestra PATRIA.
Cómo MAESTRO NORMALISTA, hemos siempre trabajado por la formación y educación en VALORES, de Solidaridad, Honestidad, Compromiso Social, Probidad, Transparencia, Organización de TODAS y TODOS los ciudadanos y ciudadanas, en diferentes orgánicas muy pluralistas, en función de crear un Estado de Bienestar Social y Económico para lad grandes mayorías.
Alvaro Campos Castro
Si hay recuperar la Mistica lo que tuvimos los que fuimos Jovenes durante el Gobierno de Salvador Allende. Pues eramos adolescentes Voluntarios que frente al Paro Patronal de los Camioneros en los Años 1972 y1973. Nos movilizabamos en los buses de la entonces Empresa de Transportes Colectivos del Estado( E T.C.E.) Y distribuimos Harina a las Panaderias durante todo el Dia, y algunas veces nos quedabamos a Dormir en las Garitas para salir temprano al dia siguiente.Era una Juventud Generosa donde el Nosotros era Sentido Comun. Y se estaba comenzando ha construir ese sentido bueno de las Cosas. Cargabamos Sacos de Papas en las Estaciones de Ferrocarril,Gas y Harina . Lo que fuera necesario para evitar el Desabastecimiento. Y con la misma conviccion acudian ha votar a las elecciones los de 18 años. Pues era una Herramienta Legitima con que la Poblacion habia aprendido a Derrotar a las elites Gobernantes. Y eso fue posible por que los Jovenes desde un tiempo ya estaban recibiendo Educacion Civica en forma Natural. Y se hacia desde las Juntas de Vecinos, Clubes Deportivos,Centros de Madres,Sindicatos y Centros de Estudiantes. Se hablaba de todo( incluida la gestion Politica). No como despues donde se impuso el miedo a Debatir. Y se establecio el Salvate Solo. Se destruyo el ser Colectivo.
Pues debemos recuperar los colores de esa Juventud Generosa del Nosotros. Y al calor de los Movimientos Sociales Deliberar con mucha Informacion. Y volver a soñar Unidos con la mas Noble Actividad Humana que es La Politica ,Siempre y cuando sea mandataba por el Pueblo y acatada por quienes reciben el alto honor de Representarlos.
Si tenemos una Juventud que sueña un Mundo mejor. Tenemos Futuro.
Villa Alemana.
Alvaro Campos.