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Silvio Rodríguez cumple 100 conciertos en los barrios de Cuba y no piensa en detenerse

El año 2010, el trovador cubano aceptó la invitación que un policía le hiciera para realizar un pequeño concierto gratuito en La Corbata, humilde barrio popular en la periferia de La Habana. Fue tal la emoción que Silvio vio en los pobladores que decidió repetir la experiencia por todo el país. Así inició la que llama la «Gira Interminable»: pequeñas comunidades de la isla ven intervenidas sus rutinas cotidianas por la presencia de las luces de un escenario profesional y la voz inconfundible de Rodríguez.

 


Por Miguel Fauré-Polloni / El concierto 101 coincide con un nuevo aniversario de la Casa de las Américas y su espíritu latinoamericanista. Entre el público (y la lluvia que no impidió que se llevaran a cabo los festejos) el Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. Novedad ninguna: Silvio ya tuvo de espectadores en estos recitales a figuras como Maradona o Pepe Mujica. Reivindicando el espíritu martiano de Casa, Silvio establece el lazo con su centenar de conciertos por los más recónditos poblados de la isla.

 

El Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en el concierto 101 en homenaje a Casa de las Américas.

 

¿Cómo opera la «Gira por los barrios»? Se define la localidad, se estudian sus problemáticas más acuciantes y -finalmente- se le propone a Silvio y su equipo. Tras el sí, comienza la logística, que incluye un entramado rico en humanidad. “En estos conciertos se donan libros a escuelas locales. Se recitan poemas. Se invita a participar a grupos o solistas, consagrados o emergentes. No hay política. Aunque se encuentren entre los oyentes, como ha ocurrido, Maradona o Mujica. Tampoco economía, pues el merchandising brilla por su ausencia”, señala Amín Blanco, productora de estos toques.

 

Para el éxito de cada concierto se da un tejido solidario entre el equipo de Silvio y su estudio Ojalá, RTV Comercial, el Instituto Cubano de la Música, la Agencia Nacional de Giras y la Empresa de Carnavales. “Es una película coral”, dice Amín Blanco, “aquí si no ayuda todo el mundo, la cosa no sale”.

 

Es así como han logrado más de 100 conciertos en menos de nueve años, sin ninguna suspensión. Ningún episodio de violencia ha empañado cada cita. Se sabe que una hora de trova no aliviará las carencias económicas de ningún barrio, pero sí da un empujón para sobrellevar el día a día en un país que resiste con la mayor dignidad.

 

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