
«Relato de una Mujer Encabronada » por Anchi San Martín L
Por: Anchi San Martín L.
En un principio pensé en escribir de la forma que lo hago siempre; desde la guata y después corregir. Pero no me resultó. El tema se me hace tan personal que finalmente gira a mi historia y no quiero eso.
Llevo siete años separada y tres años peleando una pensión de alimentos. El progenitor de mis hijas se fue del país justo cuando comenzó la pandemia y dejó de pagar lo que le correspondía. Nunca dijo nada, nunca avisó, simplemente dejó de pagar y ya. Esta situación de negligencia me trajo muchos problemas económicos teniendo que cargar con todo estos últimos tres años e ingeniármelas para resolver todos los gastos que requiere un menor de edad. En mi caso dos menores.
Hasta antes de esto manejaba poco el funcionamiento de nuestro sistema judicial en materia de familia. Tengo la suerte de tener una abogada particular que es quien me ha ayudado y se la ha jugado en cada momento por mi y mis hijas.
Pensión y la paternidad ausente…
No puedo no reflexionar sobre la ligereza y con cómo tenemos naturalizadas las paternidades ausentes. En conversaciones entre mujeres-madres siempre somos muchas las que criamos sin el padre de nuestras crías presente. Comparamos negligencias, deudas de pensiones, inoperancias de los padres. Nos reímos, porque ¿qué más podemos hacer? Dan ganas de quemarlo todo, pero tampoco podemos hacer eso. Puertas adentro tenemos hijxs que sufren por la ausencia de alguien a quien consideraban un pilar. Se sienten no queridxs, no elegidxs, secundarixs y abandonadxs. Mi opción ha sido fortalecerlas y explicar que son decisiones que las personas toman, que no todas las personas son maduras para criar, que no todos quieren de la manera que queremos ser queridas. No puedo decirle lo que realmente pienso y siento y lo que me ha significado las negligencias de su progenitor. Las tengo en terapia y ha sido un proceso largo acompañarlas a transitar ese duelo.
No somos mujeres que estemos detrás de las lucas para irnos de vacaciones, o reventar la tarjeta en el mall, como les gusta dibujarnos. En mi caso el progenitor tiene una deuda un poco mayor a los ocho millones de pesos. El mes pasado ofreció pagar en 96 cuotas de 1.27 UTM, incluidas en la pensión; algo así como $80.000.- mensuales por 8 años, es decir cuando mi hija mayor cumpla veinte años se estaría saldando la deuda, pero se sabe que hay casos peores que el mio… y montos ridículamente mayores al mio.
Somos madres que hemos tenido que lidiar con la urgencia de hacer malabares para que la vida de nuestros hijos e hijas sea medianamente decente, para que puedan ir al colegio, al dentista, atender su salud mental, alimentarlos, recrearlos, tenerles techo, agua, luz etc. Todo lo que se necesita en una sociedad en el día a día. Somos las que nos quedamos criando, cuidando y amando, las que tenemos que estar detrás de los deudores, persiguiendo en los tribunales, pagando abogadxs, cuando se puede, o al ritmo de las corporaciones judiciales cuando no nos queda otra opción. (En mi caso empecé con la corporación y ahora estoy con abogada). Somos nosotras, nuevamente quienes debemos demostrar a un juez que hay una parte deudora de pensión. Sostenemos la vida de estos menores con progenitores ausentes y además tenemos que relacionarnos con un sistema de justicia hecho a la medida para quienes se dan el “lujo” de no cumplir.
Después de tres meses de funcionamiento, el Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos alcanzó 30.357 personas inscritas, de las cuales 29.472 son hombres (97,08%) y 885 son mujeres (2,92%). En la actualidad hay 1.869 instituciones enroladas y una deuda que en total suma más de 47 mil millones de pesos. (https://minmujeryeg.gob.cl/?p=49594).
Es que escribo este relato como madre y da rabia y si lo escribo como mujer da más rabia, porque veo como siempre se repite lo mismo para nosotras. Esa necesidad de demostrar, demostrar que el otro es el negligente, demostrar que no queremos carretear la pensión, ser enfermamente impecables porque al menor error nos destruyen todo lo construido. Y claro, estoy detrás de esa deuda, porque es dinero que el progenitor me debe, porque estuve tres años absorbiendo esa deuda costeando su parte y mi parte. Y no es sólo plata, es impotencia, es tristeza, es rabia, es frustración. Son meses pagando psicologxs para que ellas puedan procesar a este personaje que consideraban un súper héroe y ahora no es más que un súper chanta. Pero vuelvo a la pensión.
Hace unos días conversaba con mi abogada (qué además es mi mejor amiga) comentando cómo este sistema judicial funciona como el ñafle. Me decía que los tribunales de familia, principalmente en Santiago están colapsados con la puesta en marcha de la nueva ley de pago de pensión de alimentos. ¿Y por qué? Bueno porque hasta el día de hoy no se ha visto que exista mayor dotación de personal en los tribunales de familia, que desde antes ya estaban colapsados y, ahora han redoblado su trabajo, pero este se lo está llevando el mismo número de empleados, les aumentaron la carga laboral al tope, atiborrándolos con solicitudes a las cuales responder en un corto tiempo, presionando para que todo funcione y empobreciendo nuevamente la calidad y salud mental de las personas que entramos en esto, ya sea como demandantes, como abogados, jueces, asistentes judiciales, etc.
Claro, pusieron en la página de pjud.cl en trámite fácil la opción de solicitar el pago de la deuda de pensiones a través de la AFP con un click. Pero no explican a las personas todo el proceso previo para levantar esa solicitud, entonces cualquier persona puede hacer ese procedimiento. Entonces llegan decenas de solicitudes que se van distribuyendo entre los mismos funcionarios. Cómo va a funcionar el sistema al que acabamos de entregarle una nueva tarea si no son capaces de dotar con mayor cantidad de funcionarios? (Abogada Carolina Araya experta en temas de familia).
Es la regla de en la medida de lo posible. El sistema funciona así con todo a medias y resolviendo en la marcha… amarrando con un cañamito por mientras, para después arreglarlo “de verdad”. Las madres estamos desesperadas y encabronadas con el hecho de que nos pidan paciencia, porque sabemos que la mesa no se llena con paciencia y el médico no se paga con amor. El sistema capitalista sabe que nosotras como mujeres, seamos del país que seamos, vivamos donde vivamos tenemos esa capacidad de salir adelante, de resolver, de ingeniarnosla para sobrevivir en la precariedad y descansa en esa certeza. Sabe que de una u otra manera sabremos cómo resolver el problema y por eso podemos ver que el tema de la deuda de pensión trasciende el territorio, trasciende el idioma y es un tema sistémico.
El padre, el hombre, el progenitor tiene la puerta abierta y el camino hecho para abortar libre, seguro y bordeando la legalidad, porque si no hay una mujer atrás que denuncie no habrá un Estado que reaccione. Muy por el contrario, de hecho podemos ver cómo con esta ley tan vitoreada por el sector político, sigue dificultando el perseguir a los deudores. La ley que estableció el pago de la deuda con los fondos de la AFP fue promulgada en septiembre del 2022 pero se le dio una espera de entrada en vigencia hasta mayo del 2023 con el detalle anexo de que para solicitarla el deudor debía poseer por lo menos tres meses de deuda acumulada desde su entrada en vigencia. Entonces las personas primero pensaron que iba empezar a regir en septiembre y no, las hicieron esperar hasta mayo y ahora llegó mayo nos enteramos de este artículo transitorio que exigía estas tres liquidaciones posteriores. Llevamos un año de espera aproximadamente que desde el ministerio fue justificado con que en este periodo se iba a dotar a los tribunales con mayor número de personal, cosa que tampoco vemos…
Y así son los portazos que se reciben diariamente. Entonces ahora nos dicen que la plata se la quitaremos a los pesos pesados, que nosotras como madres podremos enfrentar a los bancos y las AFP. Una cosa es encarar a tu ex en los tribunales y otra cosa es tener que verla con los matones. Y en esa etapa estoy entrando yo por ejemplo. Entonces tenemos los tribunales colapsados con escritos que pueden tardar meses en ser subidos al sistema y también ahora debemos como individualidades pedir a tribunales de familia que diga a los bancos cuánto dinero tienen en sus cuentas los deudores de pensión.
Extrañamente ha surgido un nuevo fenómeno, los bancos están diciendo que los deudores no tienen dinero en sus cuentas. Claro, en un principio se pensó en que el mecanismo de solicitar la retención bancaria a los deudores no fuera público, sin embargo eso se rechazó. Entonces qué está pasando? dos cosas. Primero los deudores están traspasando sus ahorros a cuentas de terceros para aparecer en el sistema sin plata y segundo, se está viendo que los bancos están informando que deudores poseen saldo cero en las cuentas a su nombre. Lo mismo está ocurriendo con las AFP quienes ya en repetidas ocasiones responden a los tribunales que las personas no tienen fondos en su AFP.
Se ha visto en ocasiones en que el deudor acuerda con la demandante saldar la deuda con sus fondos de pensión, la contradicción entre la información que maneja el deudor y la que levanta la AFP al tribunal. Actualmente no existe un organismo que pueda regular este tipo de acciones que se están volviendo reiteradas en el proceso, porque cuando se oficia a la Superintendencia de Pensiones para que fiscalice a una AFP por alguna irregularidad, la Superintendencia lo que hace es pedirle a la misma AFP que se fiscalice y entregue su información y de cuenta de sus movimientos. Entonces la AFP termina funcionando como juez y parte. Las AFP siguen robando descaradamente y aumentando sus utilidades sin ninguna represalia. Roban a los viejos, roban a menores y roban a las madres.
Frustra ver como estamos obedientemente confiando en las leyes, cumpliendo los requerimientos, los tiempos y todo lo que se nos pide a las demandantes y una y otra vez recibimos un portazo, una espera interminable y sin sentido. No puede ser que se siga cargando a las mujeres con la responsabilidad de perseguir al deudor de pensión. Cargamos nosotras porque depende de nosotras tener para pagar un abogadx o depende de nosotras “chicotear los caracoles” en las corporaciones judiciales que son atendidas por estudiantes de derecho que sean disciplinados con nuestra carpeta. Ahora tenemos que sumar la carga de hacer frente a pesos pesados como son los bancos y AFPs que con leyes hechas a la medida se dan el lujo de mentirnos en nuestra cara. Y qué tenemos nosotras de defensa? Una ley llena de filtros de instagram para poder hermosear y ocultar que en realidad tiene un sinnúmero de ineficiencias que están ahora saliendo a la luz y que la vuelven casi imposible de poder ser aplicada en un sistema judicial colapsado hace décadas.
Debiese ser responsabilidad del Estado velar porque las necesidades básicas de los NNA del país se cumplan, por lo mismo es deber del Estado usar su aparataje judicial para enfrentar un banco y una AFP y perseguir a los deudores y no de nosotras como individualidad enfrentarnos a ellos. En países que tienen leyes similares a las chilenas en materia de pensión de alimentos, lo que se ha hecho es crear un departamento completamente nuevo encargado solamente del cumplimiento del pago de pensiones, de esta manera se logra también descomprimir a los funcionarios judiciales y enfocar esta materia sólo a un departamento. Porque nunca va a lograrse que la ley funcione correctamente si los funcionarios que ven en materia de familia, divorcios, medidas de protección, herencias, vif, y muchas cosas más, ahora además deban ser los encargados de perseguir a progenitores deudores de pensiones de alimentos sin tener las herramientas para hacerlo.
Me veo y nos veo constantemente haciendo lo correcto y el Estado sigue sin protegernos en la maternidad; se burla en nuestra cara con sus tiempos, con esa complicidad demente con las instituciones bancarias y de pensiones y nosotras seguimos esperando que las cosas giren a nuestro favor. ¿Y el progenitor?… bien gracias subiendo fotos de mis hijas a su perfil de instagram.