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«¿Qué es la Alianza del Pacífico, la apuesta regional de Boric? Parte IV» por Nicolás Valenzuela

Última entrega de este especial sobre la Alianza del Pacífico. En este episodio nos enfocamos en la decisión del Gobierno de Apruebo Dignidad en darle prioridad a este mecanismo, en analizar los recientes acuerdos de la XVI cumbre -celebrada en Colombia-y en sus perspectivas de futuro.

PARTE IV: INTEGRACIÓN EMPRESARIAL

UNA SORPRESIVA PRIORIDAD Y MUCHAS PREGUNTAS SIN RESPUESTA

Es cierto que la integración Latinoamericana debiese ser prioridad en este contexto global multipolar. Es cierto, a su vez, que deben existir mecanismos de integración económica e incluso financiera. Sin embargo, la Alianza del Pacífico (AP) es una apuesta integración empresarial, liderado por el sector financiero, cuyo objetivo «pragmático» dista de una efectiva autodeterminación de los pueblos y de dar prioridad a los diversos problemas sociales y ambientales que tenemos. Sigue esta moda de crear mecanismos supranacionales para atar la sobernía de los países a los intereses de las grandes empresas. Sus metas son las de siempre: abaratar costos, elevar ganancias, reducir impuestos, recibir inversión extranjera y asaltar el continente. En definitiva, seguir la lógica neoliberal en la que el crecimiento económico y la apertura son la piedra filosofal, sin importar la profundización del extractivismo, la degradación socioambiental, la pérdida de autonomía y democracia y el crecimiento de la hegemonía estadounidense.

Sin embargo, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a quien le corresponde obrar como presidente pro tempore en este nuevo periodo que inicia en 2022, ya manifestó, en la XV conferencia virtual de 2020, matices con esta perspectiva: “Tenemos que revisar la estrategia que se ha venido aplicando cada vez que se presenta una crisis económica. Es muy importante repensar acerca de lo ineficiente que ha sido el modelo económico neoliberal; desde luego, bueno para las minorías, muy malo para los pueblos.”

Por eso no se entiende que, luego de desechar la invitación del presidente saliente a ser parte de una reunión de ProSur -la iniciativa derechista en contraposición a Unasur- nuestro mandatario electo afirmó: “Vamos a darle en el futuro prioridad a la Alianza del Pacífico. Ya he conversado con con Andrés Manuel López Obrador, de México, con Iván Duque, de Colombia, y hemos estado en contacto también con la Cancillería de Perú”.

La Alianza del Pacífico no figuraba en ninguna parte de su campaña: Ni en las 229 página del programa presidencial, ni en el documento para el crecimiento económico, ni en la franja televisiva. No fue parte del debate ni en las primarias, ni en la primera ni en la segunda vuelta. Entonces ¿Por qué es una prioridad?

Cómo no hubo debate político entorno a la priorización de este órgano quedan muchas dudas ¿Cómo llegó Gabriel Boric a esa conclusión? ¿Fue la conversación con Piñera algo realmente importante en este sentido? ¿Es una convicción personal? ¿Es la elaboración o convencimiento de su más cercano grupo de asesores? ¿Es una decisión política del Frente Amplio? ¿Fue una solicitud expresa del gran empresariado y tienen línea directa? ¿Cómo es posible que un mecanismo de integración regional dirigido por las oligarquías de cada país sea la prioridad de un gobierno de izquierda o de centro izquierda?

De lo que no hay dudas es que la Alianza del Pacífico es una prioridad para la Confederación de la Producción y el Comercio y los grandes capitalistas chilenos.

PRESENTE Y FUTURO DE LA ALIANZA DEL PACÍFICO

Acaba de realizarse la XVI cumbre de la Alianza en Colombia. Los principlaes hitos fueron los siguientes: se firmó un tratado de libre comercio con Singapur, convirtiéndose en el primer estado asociado; se aprobó el ingreso de dos estados observadores (Pakistán e Irlanda); Se aprobaron una serie de medidas orientadas a la equidad de género y un acuerdo para promover las industrias creativas; La alianza respaldó el ingreso de Perú a la OCDE; Ecuador ya afinó los detalles para ser el quinto miembro dentro de este año, Se analizará el ingreso de la República de Corea como estado asociado y la presidencia pro Témpore pasó de manos de Colombia a México. Medidas que, a la luz del estancamiento que se sentía entre los miembros del organismo, aparecen como el impulso que necesitaba la AP para reactivarse.

Como analizamos en los episodios anteriores, la AP tiene una serie de piedras de tope, la más difícil de todas la representa los cambios políticos que puedan haber. Revisemos el panorama.

Chile es el país más avanzado en materia de liberalización de mercados y firma de tratados de libre comercio, en tal sentido, funciona como punta de lanza para promover lo mismo en la región, cuestión que favorece a la naciones hegemónicas del norte y los grandes capitales trasnacionales. Los empresarios chilenos, por su parte, tiene especial interés en la integración financiera, en la posibilidad de, a través de esta plataforma, tener más acceso a capital extranjero y a mejores condiciones para desembarcar sus inversiones en resto de los países aliados. Habrá que ver, más alla de declaración del presidente Gabriel Boric, como el proceso constitucional puede impactar en la definición de una política regional.

Ecuador, quien aspira a ser miembro, es todo lo contrario. El esfuerzo del gobierno de Rafael Correa estuvo orientado hacia la creación de valor y hoy Guillermo Lasso, representante de la oligarquía de ese país, ya tiene en carpeta la firma de una quincena de tratados de libre comercio que condenaran al pueblo guaya a vivir de la exportación primaria. Por lo tanto, se avizora como uno de los principales impulsores de la AP.

El recien asumido gobierno de Pedro Castillo en Perú, altamente asediado por las clases dominantes, busca resolver de forma pragmática, a falta de mejores condiciones políticas, las necesidades de su pueblo y poniéndose a disposición de la agenda de apertura comercial. Ese mismo escenario hostil lo ha hecho abandonar de momento a la idea de una asamblea constituyente, con lo que queda limitado a los límites impuestos por el fujimorismo. Cuenta a su favor con históricos números de inversión minera, que pretende seguir expandiendo.

Colombia, fiel aliado de EEUU en la región, está a días de una elección presidencial en la que Gustavo Petro, oposición al gobierno de Iván Duque, asoma como uno de los favoritos. Sin embargo, y a pesar de provenir de la izquierda, al igual que Gabriel Boric, su triunfo no da certezas de un cambio sustantivo en materia de integración regional.

México, el miembro más grande de la AP, más allá de las declaraciones de AMLO, tiene interés en promover la integración comercial y financiera entre los estados miembros. Por su tamaño, las reglas de la apertura comercial le benefician. El discurso brindado por Rogelio Ramírez, secretario de Hacienda y Crédito Público de México, en la XVI cumbre al asumir como nuevo presidente pro tempore dan cuenta de aquello, pues reafirmó su compromiso con las bases y objetivos de La Alianza del Pacífico, poniéndo el énfasis en la recuperación económica post pandemia, los benefcios de la apertura comercial y la integración de los mercados financieros.

La nueva oleada de gobiernos progresistas no parece tener las claridades que en su momento tuvieron Venezuela, Brasil y Argentina para detener la llegada del ALCA. Así las cosas, solo la eventual elección de Lula en Brasil podría dar un vuelco en materia de integración regional. La Alianza del Pacífico parece ir viento en popa, creando un contexto favorable para los grandes capitales nacionales y extranjeros, sin importar si eso reafirma nuestra condición subordinada y periférica, limita nuestras posibilidades a generar cambios en nuestra matriz productiva, pone en riesgo la sobernía alimentaria y los frágiles ecosistemas en los que habitamos.

Los efectos sociales y políticos de este tipo de iniciativas ya los conocemos, sin embargo, el costo de ellas y las limitantes que generan, en esta oportunidad, caeran sobre gobiernos llamados a ser de cambio, generando un panorama político complejo en Nuestramérica, si es que éstos no recapacitan o los pueblos nos movilizamos en un sentido contrario.

 

Este artículo una opinión a propósito de la publicación “La Alianza del Pacífico: el dispositivo empresarial regional” realizada por parte de la Dra.C. Ximena Roncal Vattuone en los Cuadernos De Nuestra América, (02), 22. Recuperado a partir de https://cna.cipi.cu/cna/article/view/53 

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