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Por el derecho a la ciudad y el territorio, ¡fuera las inmobiliarias de Pedro Aguirre Cerda!

“El derecho a la ciudad se define como el

usufructo equitativo de las ciudades dentro de los

principios de sostenibilidad y justicia social”

 

(Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad,

Foro Social Mundial, 2005)

 

 

 

La expansión urbana de fines del siglo XX se ha caracterizado por ser un fiel reflejo de la desigualdad social del país. Se trata de un fenómeno global, aunque con intensas particularidades locales. En la zona sur de Santiago, por ejemplo, especialmente en el Distrito 13, el cual se componen de las comunas de San Miguel, Pedro Aguirre Cerda, Lo Espejo, San Ramón, El Bosque y La Cisterna, se encuentran los mayores índices de pobreza en toda la Región Metropolitana (CASEN, 2011).

 

Pedro Aguirre Cerda (PAC), desde su constitución oficial en 1991, ha sido parte integral del “círculo de pobres” (30% de la población comunal en situación de “pobreza multidimensional” según encuesta CASEN 2015), y constituye uno de los focos urbanos más dramáticos de exclusión social a nivel país. Nuestra comuna padece hoy serios problemas en varias dimensiones, entre las cuales las áreas de educación, salud y vivienda constituyen las más conflictivas. El estudio anual  de la Pontificia Universidad Católica (PUC) y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) revelaba esta situación: Pedro Aguirre Cerda era una de las comunas con peor calidad de vida urbana del país (ICVU, 2018).

 

Esta situación ha sido el resultado de una larga experiencia histórica en el territorio que hoy ocupa Pedro Aguirre Cerda. Tras un proceso sostenido de industrialización y crecimiento urbano, el Estado chileno implementó, entre 1957-1973, y en particular hacia la zona sur de Santiago, diversos programas habitacionales destinados a trabajadores urbanos y empleados públicos. En tal contexto, se originaron los espacios residenciales y poblaciones que dieron vida a sectores como Balmaceda, Alessandri, San Joaquín, Lo Valledor y (Miguel) Dávila, entre otros.

 

Si bien este proceso de urbanización fue implementado desde el llamado Estado de bienestar, una diversidad de actores, en especial migrantes rurales y “pobladores sin casa”, estimularon una ferviente movilización popular por la vivienda, cuya  manifestación más significativa fue la “Toma” de La Victoria, que dio origen a la población del mismo nombre, y constituyó una expresión concreta de la movilización directa (1957). Tras el golpe de 1973, estas poblaciones, en especial aquellas que se identificaron con el proyecto socialista liderado por Allende, sufrieron una dramática represión y desarticulación social. La crisis económica del período 1981-1982 azotó los hogares populares y arrastró al movimiento de pobladores a tomar la bandera de la lucha anti-dictatorial. A lo largo de los gobiernos de la Concertación, el escenario no fue mejor, ya que la respuesta por parte del estado al problema de la vivienda, como lo demuestra ampliamente la literatura, fue de pésima calidad y acentuó la desigualdad de esta zona de Santiago.

 

Durante el verano 2018, la Municipalidad de Pedro Aguirre Cerda, a través de su alcalde Juan Rozas Romero, recibió dos proyectos inmobiliarios a realizarse en nuestra comuna. Estos proyectos han sido presentados por MAESTRA INMOBILIARIA S.A. e INMOBILIARIA LOS SACRAMENTINOS S.A. Es así como hoy la comuna está en mira del mercado inmobiliario. Proceso que se aceleró con la creación y puesta en marcha de la Línea 6 del Metro de Santiago.

 

Esta situación provocó la reacción de vecinos y vecinas, quienes al mirar sus instrumentos de planificación territorial, se encuentran con un problema de gobernanza mayor: la comuna no cuenta con Plan Regulador propio. Esto no quiere decir que esté en un vacío legal, sino que el ordenamiento fue heredado de las comunas de Santiago, San Miguel y La Cisterna de manera fragmentaria, y no se encuentra ajustado a las necesidades actuales de la población residente en Pedro Aguirre Cerda.

 

De esta manera,  los dos anteproyectos inmobiliarios presentados, los cuales son de una hiper densidad (altura de 23 pisos aproximadamente), nada tienen que ver con el desarrollo histórico de la comuna, con departamentos a precios irrisorios, e inalcanzables para nuestros/as vecinos/as. Se trata de un verdadero negocio inmobiliario que comienza a presionar por su instalación a todas las autoridades locales.

 

Estos “ghettos verticales” generarán, como ya lo hemos visto en otras comunas del país, una serie de externalidades para la vida de las familias de la comuna. Las inmobiliarias se apropian de veredas y calles, las cuales, mientras dure la construcción, se vuelven foco constante de  delincuencia, violencia sexual y trae serios problemas para la movilidad de los adultos mayores. Una vez construidos, devalúan su entorno con conos de sombra sobre casas aledañas, y su nuevo flujo vehicular satura las calles. Debe considerarse, además, la baja calidad de vida que ofrecen a los residentes de las torres, quienes –víctimas de la burbuja especulativa– pagan precios abrumantes por pocos metros cuadrados y de baja calidad constructiva, sin privacidad, ocasionando constantes problemas entre vecinos.

 

Los criterios referidos a la articulación urbana, por ejemplo, los de índices de constructibilidad máximos, debe ser materia de gobierno metropolitano y no comunal (López, 2013).  Es irracional que un municipio, además empobrecido como es Pedro Aguirre Cerda, autorice un pedazo considerable de territorio a las inmobiliarias, ya que generará impactos sin vuelta atrás para toda la ciudad. Y es todavía más dramática la situación si se considera la grave falta de vivienda en la comuna (índice de allegamiento del 9%, que corresponde a más de 2.432 familias). Por todo ello, es urgente convocar a nuestros/as vecinos/as a discutir la aprobación de proyectos de mega-edificación a futuro, pues las autoridades municipales no han informado las externalidades que generarían estos proyectos inmobiliarios.

 

Es importante realizar un llamado a la información en la comunidad. Uno de los modus operandi más clásico de las inmobiliarias es el amedrentamiento y presión psicológica a los vecinos y vecinas, quienes temen por su futuro. Junto a ellos, vital será la reactivación política social en todos sus niveles. Necesitamos estar atentos y atentas, de manera activa, evitando que las inmobiliarias arrasen con nuestra comuna, la cual hemos construido y tenemos derecho a habitar y defender.

 

¡Por el derecho a la ciudad y el territorio, fuera las inmobiliarias de Pedro Aguirre Cerda!

 

FRENTE AMPLIO PEDRO AGUIRRE CERDA

Agosto de 2018

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