
Partido Igualdad convoca al FA a una reflexión política
Compartimos el documento que Partido Igualdad presenta para invitar a una reflexión política a la Mesa Nacional del Frente Amplio.
DOCUMENTO PARA LA JORNADA DE REFLEXIÓN POLÍTICA COLECTIVA DE LAS ORGANIZACIONES DE LA MESA NACIONAL DEL FRENTE AMPLIO
1.- Interpretación del momento político, social y cultural actual en el país, y su situación en el proceso mundial.
Vivimos un periodo político de reconfiguración de las fuerzas sociales y políticas del país, donde se está delineando el escenario de las futuras luchas en Chile. Dicho momento político está caracterizado por los siguientes elementos:
-Un desapego creciente de la ciudadanía hacia la “clase política” en general, y en particular de los partidos que hasta el momento han sido los sostenedores del sistema económico y político de la post dictadura.
-Despolitización de amplios sectores de la ciudadanía.
-Agudización de las contradicciones capitalistas, reflejadas en incremento de la explotación de los trabajadores, mercantilización creciente de los derechos sociales, preponderancia del capital financiero, intentos del capital por generar condiciones favorables para un nuevo ciclo de inversión capitalista.
-Emergencia de fuerzas políticas por fuera del duopolio (FA), con amplio respaldo ciudadano, que desestabiliza uno de los pilares del sistema político imperante, como fue la inexistencia de una fuerza con potencialidad política a la izquierda de la Concertación-NM.
-Incorporación de nuevas generaciones de chilenas y chilenos, que no vivieron la dictadura, a la lucha social y política.
-Debilitamiento y fragmentación de las organizaciones de la clase trabajadora y el pueblo.
-Incremento del malestar ciudadano por los temas no resueltos como la seguridad, el empleo, la salud, la educación, la violencia de género, la bancarización creciente de todos los aspectos de la vida, la previsión, la corrupción, el medio ambiente, etc. Además del incremento del consumo de pasta base y cocaína en los sectores populares, que destruye las redes sociales en las poblaciones en todo Chile.
-Inicio del fin del periodo de reflujo de las movilizaciones sociales y populares.
-Desarticulación creciente del pacto estratégico tácito, que involucró desde la derecha hasta el PS, y que le dio gobernabilidad capitalista a Chile durante décadas, basado en la mantención del modelo político y económico acordado en las postrimerías de la dictadura.
En términos generales, vivimos la dinámica provocada por del fin del ciclo de expansión neoliberal (sustentada en la privatizaciones de los 80 y 90, el salto tecnológico que significó la introducción de la informática y el impulso económico que significó el empeño globalizador de los 90) y el fin del ciclo político post dictadura. Situación que nos hacen pensar que, a pesar del triunfo electoral holgado de Piñera en 2da vuelta, no es un momento de dominación estable para la burguesía chilena.
Por tanto, el presente periodo político abre potencialidades enormes para las fuerzas transformadoras, como nunca las habíamos tenido desde el fin de la dictadura. Pero esas potencialidades solo se harán realidad en la medida que sepamos leer bien la dinámica del periodo y el tengamos la claridad política para incidir en ella.
2.- Caracterización del gobierno de Sebastián Piñera y su rol en la región.
El gobierno de Piñera es el gobierno de la gran burguesía chilena y del capital financiero. Y, por su propia constitución orgánica, es parte de las elites regionales y mundiales y, por tanto, expresión de sus intereses. No es, por tanto, en cuanto a sus intereses y su actuar, un gobierno propiamente de carácter nacional. Esto se debe a que la burguesía chilena esta íntima y
orgánicamente vinculada a las distintas fracciones de la burguesía mundial.
En cuanto tal, está obligado a ser la punta de lanza del gran capital chileno y mundial. Sin embargo, para mantenerse en el gobierno y garantizar una dominación estable y de largo plazo, tiene necesariamente que hacer concesiones, o aparecer haciéndolas, a la ciudadanía y sus electores. Tiene que aparentar dar respuesta a los grandes temas que el malestar ciudadano
permanentemente instala en la “opinión pública” y en las calles. Es evidente que dichas respuestas, por muy rimbombantes que sean, no modifican el origen estructural de los malestares ciudadanos. Es muy probable que en estos 4 años de gobierno de derecha, vivamos un nuevo ciclo de luchas y movilizaciones sociales, como las ocurridas en el periodo 2010-2013, pero esta vez en mejores condiciones orgánicas y políticas, siempre y cuando el FA esté a la altura de los desafíos.
Si bien el avance electoral de la derecha en la región es evidente, también es cierto que avanza sobre un terreno inestable. El triunfo del progresismo de izquierda en México, el avance en Colombia, la crisis de legitimidad de los gobiernos de derecha en Argentina y Brasil (y la mantención, a pesar de todo, de la alta popularidad de Lula); los avances electorales de la izquierda en Perú; la estabilidad y mayoría popular que mantiene el gobierno boliviano; los reiterados triunfos electorales del proceso revolucionario de Venezuela, etc., dan cuenta de que el terreno donde avanza la derecha en la región no es firme. En este contexto, el gobierno de derecha chileno viene a ser un puntal en la legitimidad de las políticas neoliberales en la región, que permite golpear y aislar a los gobiernos progresistas del continente, y dar una señal de aparente estabilidad regional y mejores condiciones para la inversión del capital mundial. Sin embargo, dicha estabilidad no está para nada garantizada.
El fracaso, en muchos países de la región, de los gobiernos y proyectos socialdemócratas progresista neoliberales, han abierto nuevamente una oportunidad en la región para la emergencia de proyectos realmente antineoliberales que le puedan disputar el futuro de Latinoamérica a la derecha.
3.- ¿Cuáles son los elementos que sostienen el régimen neoliberal presente en Chile actualmente? ¿Qué significa ser una fuerza política que busque hoy superar el neoliberalismo en Chile?
El régimen neoliberal presente en Chile se sostiene, en términos políticos: por el pacto construido a fines de la dictadura entre las fuerzas políticas sostenedoras del modelo, que fueron desde la derecha más reaccionaria hasta la socialdemocracia representada por el PS; la exclusión del sistema político de sectores anti neoliberales; la cooptación hacia el sistema
político de sectores vacilantes; la mantención de una constitución hecha para defender el modelo neoliberal a través de limitar el poder del Estado y la acción colectiva, garantizar la propiedad privada y el lucro por sobre los derechos sociales, asignar al Estado solo un carácter subsidiario de la iniciativa capitalista. En términos económicos: por la hiper explotación de la
clase trabajadora con el aumento de la precarización laboral y la externalización; la devastación ser gobierno y prepararse para la resistencia y agresiones que, sin duda, vendrán de las elites y de la gran burguesía chilena. Una política efectiva para superar el neo-liberalismo en lo económico, es que el Estado, bajo un nuevo diseño participativo democratizado, retorne a cierta áreas estratégicas de la economía, con el objetivo de impulsar la creación de un sector productivo y de servicios no capitalista, esto es, no regido por el lucro ni la apropiación privada del excedente, sino por formas democráticas y comunitarias en el marco de la producción, la distribución y el consumo. Empujando así la construcción de una economía mixta, como antítesis a la privatización plena que ejerce el neo-liberalismo como modelo económico.
En el actual momento, en que aún no somos gobierno, significa fortalecer los espacios de organización social y popular, en sus dimensiones territoriales y sectoriales. Aliarnos fuertemente con los movimientos sociales actuales y los que el futuro se levantarán, ser su expresión política en el país y abrir nuestra forma organizativa para su plena participación.
Difundir, explicar, hacer conciencia y convencer a nuestro pueblo acerca de lo justo y correcto de nuestro programa de transformaciones, para responder al malestar y las exigencias ciudadanas. Desde los territorios, masificar el FA y convocar a su filas a los cientos y miles de chilenas y chilenos que se identifican con nuestro programa y accionar político. Usar el parlamento como tribuna de denuncia de la incapacidad de este gobierno y los conglomerados neoliberales de dar solución a los problemas de nuestros pueblos. Agitar y explicar nuestro programa, presentando proyectos de leyes que, si bien sabemos que la gran mayoría de ellas no serán aprobadas producto de la composición de fuerzas en el parlamento, sí permitirán construir el perfil, el carácter, el prestigio y la aceptación ciudadana hacia el FA, dejando claro que es la fuerza que verdaderamente refleja y defiende los derechos y aspiraciones de las mayorías ciudadanas.
4.- ¿Cuál debe ser el proyecto político del Frente Amplio en materia táctica para este período político?
4.1.- Sello como oposición y relación con el gobierno y otros actores de oposición:
El objetivo del FA en cuanto oposición, debiera ser lograr ser la expresión del descontento social organizado y no organizado. Debe expresar el sentido común, traducido en clave política, de la crítica y el malestar profundo del pueblo y los ciudadanos hacia los gobernantes de turno.
Nuestro principal atributo, por tanto, no es ser un “interlocutor válido” para los actores del sistema, llámese gobierno u oposición neoliberal. No son las fuerzas del sistema en donde debemos ir a buscar certificados de “madurez política” ni de “buena conducta”. En la relación con el gobierno, el problema no es si debemos ser una oposición “dialogante”, “constructiva”, o “que le niega las sal y al agua al gobierno”. En cada coyuntura, la forma de la relación con el gobierno debe estar supeditada al objetivo político global, que es lograr que el FA sea la expresión política de los intereses sociales de las inmensas mayorías ciudadanas que, constantemente, en su vida cotidiana en cuanto trabajadores, pobladores, consumidores, ciudadanos, etc., sufren las penurias del neoliberalismo y entran continuamente en conflictos con este modelo y sus sostenedores. Por tanto, en este momento político, que es un momento de acumulación de fuerzas y de perfilar el carácter y la fuerza propia, el FA debe ser una oposición rebelde, osada, y con una iniciativa política disruptiva y no convencional. Debe ser flexible para provechar los espacios de iniciativa política que se abran en las coyunturas, muy firme para exigir y alzar la voz por los derechos ciudadanos y, de ser posible, en el parlamento conquistar triunfos parciales para nuestro pueblo, en especial los que se conquistan con movilización y organización, lo que significará llegar a acuerdos sobre todo lo que signifique un avance para los intereses y derechos del pueblo y los ciudadanos.
El FA debe diferenciarse totalmente de la decadente oposición neoliberal que representa la nueva mayoría y, de esta forma, representar en política a la única oposición que realmente importa, que es la oposición social, popular y ciudadana, que se manifiesta en el malestar de los no organizados y las luchas de los organizados, y de esta forma constituirnos en la única oposición real y viable para las mayorías ciudadanas, que es la oposición no solo al gobierno de derecha sino, por sobre todo, al sistema neoliberal.
4.2.- Relación e inserción en movimientos sociales:
Los movimientos sociales son la expresión organizada del malestar social y de las movilizaciones por causas. Son parte fundamental de las fuerzas transformadoras y de oposición al gobierno y al sistema. El FA debe estar insertos en ellos, debe crearlos donde no existan, debe apoyar a los ya existentes, debe impulsar a la lucha a los que vacilan, debe solidarizar con los que están movilizados. Debe ponerse al lado de ellos, no arriba, ni adelante, ni atrás. Debe abrirse e invitar a que ellos sean parte constitutiva de la organización del FA.
4.3.- Rol de nuestra bancada parlamentaria:
Tomando en cuenta los siguientes elementos:
-La bancada parlamentaria será por mucho tiempo la cara visible del FA, por tanto lo que hagan, digan o propongan los parlamentarios será de la máxima relevancia para el conjunto de FA.
-El riesgo de burocratización de los parlamentarios es alto, en especial producto del sistema político chileno donde los parlamentarios no tiene legalmente ningún control de parte de sus electores e, incluso, ni siquiera de sus partidos. En este sistema parlamentario la maraña burocrática puede opacar las rebeldías y la emergencia de lo nuevo que FA quiere representar en política.
-En el parlamento la política de nuestros adversarios será la de domesticar, acallar, golpear y minimizar el protagonismo de nuestra bancada.
-Hay un contexto donde crecerán los requerimientos de mayor participación y protagonismo de las bases de FA, de los territorios y frentes sociales.
-Nos hemos planteado el objetivo de forjar una nueva forma de hacer la política, de cara a la gente, al pueblo y nuestros electores.
-Queremos consolidar al FA como una legítima opción de transformación social, de representar el descontento de los chilenos y de no traicionar las esperanzas de millones. Nuestro objetivo es llevar al parlamento las propuestas de transformación profundas del país, expresando así el sentir de millones, garantizando el carácter de ser una fuerza antineoliberal y de esta forma seguir creciendo en el apoyo del pueblo chileno.
-El objetivo de construir una sólida legitimidad, hacia adentro y hacia afuera de FA, del conjunto de las instancias del FA, ya sea su bancada parlamentaria, sus instancias de dirección, sus estructuras de funcionamiento, etc. Donde la transparencia, la democracia, la participación, la consecuencia y lo acertado en cada decisión juega un papel importantísimo en consolidar dicha legitimidad.
-La necesidad que la bancada de FA cumpla los objetivos planteados colectivamente y ningún parlamentario quede fuera de los procesos colectivos o deje de representar el sentir de sus electores y de las fuerzas que los llevaron al parlamento.
Por lo anterior, creemos necesario que la bancada del FA, al igual que todos los espacios frenteamplistas, debe tener las siguientes tareas: a) agitar, comunicar y dar a conocer permanentemente el programa del FA y nuestra opinión política desde el parlamento y los distritos respectivos, y en cada lugar donde los parlamentarios pueda hacerse escuchar. b) Ser
constructores de pueblo organizados en sus distritos. En cada distrito donde tengamos parlamentario, debe ser tarea permanente del parlamentario y sus equipos el construir y potenciar la organización social. c) Ser constructores de FA en los territorios, levantando comunales y organización territorial frenteamplista en todas las comunas de sus distritos. d) Cada parlamentario debe ser evaluado periódicamente, en cuanto a estas tareas políticas aquí señaladas, por su partido por los partidos de FA, por las organizaciones frenteamplistas del territorio, y por los frentes sectoriales en el que el parlamentario interviene conforme a la comisiones parlamentarias en que interviene.
4.4.- Rol de la construcción política territorial y sectorial:
La construcción de fuerza territorial y sectorial es fundamental en el proceso de construcción de fuerza antineoliberal. En lo territorial y sectorial, el FA no solo debe aportar a la construcción de luchas, sino ser el FA mismo un actor de ellas. Por tanto, el FA no solo debe ser una coalición política, sino ser también un espacio de organización social y popular en sí mismo, donde no solo se articule la acción política, sino también la organización y la movilización social, ya sea en su dimensión territorial o sectorial. Los frentes sectoriales, por tanto, deben ser espacios que impulsen y desarrollen frentes de luchas en cada tema de su competencia. La organización territorial del FA, no debe ser solo el espacio de reunión y acuerdo de los “políticos” de cada comuna o territorio, debe además ser un espacio de organización y solidaridad de las luchas locales. Por otra parte, el espacio territorial frenteamplista debe ser un espacio de liberación y comunión de todos los que buscan un nuevo Chile y una vida digna. Su diversidad está dada no solo por la presencia de partidos políticos distintos, sino por la presencia de las más diversas formas de expresión y organización de la ciudadanía. En este sentido, proponemos que los espacios organizativos de base del FA sean más que la suma de los partidos, proponemos que sean un espacio de unidad y organización de lo más avanzado del pueblo.
Por otra parte, la construcción territorial también tiene una función electoral de enorme importancia. En sistemas electorales voluntarios como el chileno, una gran cantidad de votos se conquistan por el trabajo y la preocupación personalizada hacia los electores. Los partidos de la derecha y la nueva mayoría cuentan con gran parte del aparataje estatal para hacer esta labor.
En el FA solo contamos con nuestro convencimiento, nuestras ideas y con la fuerza de nuestras bases militantes frenteamplistas. Pero para ganar las próximas elecciones municipales y las presidenciales siguientes, tenemos que ser capaces de organizar a muchos miles de frenteamplistas. Esa es una tarea ardua que no se hace a última hora, ni con medidas burocráticas. Solo se logra con una acción política que nos prestigie, sume voluntades y logre el convencimiento de cada militante frenteamplista a partir una alianza amplia con miles de ciudadanas y ciudadanos que sientan como suyo este proyecto y su organización, y se sumen decididamente a él.
Para desarrollar las labores políticas señaladas, creemos necesario elaborar un plan de crecimiento del FA, con el objetivo de tener presencia orgánica en al menos 200 comunas del país hacia fines del 2019, y llegar a los 10.000 frenteamplistas organizados hacia el año 2020.
Ambas metas absolutamente realizables si nos ponemos a trabajar desde ya en ellas. Por otra parte, los territorios frenteamplistas deben tener un papel protagónico en las coyunturas electorales, las que deben ser, para el FA, un verdadero momento de amplia participación y protagonismo ciudadano y popular, en donde las chilenas y chilenos puedan ser parte activa de la creación de la política comunal de la mano del FA. Para ello, deberemos diseñar una política que vaya más allá de los acuerdos de partidos o de las primarias legales dentro de un pacto electoral. Debemos generar una genuina participación popular y ciudadana en los diseños políticos comunales, ya sea en la generación, definición y aprobación de las candidaturas en sus comunas y distritos, además de la elaboración de los programas locales de transformación. Para lo cual deberemos generar acuerdos políticos que enmarquen dicho proceso junto a protocolos de participación claros.
5.- ¿Cómo se expresa orgánicamente una fuerza política así? ¿Cómo vemos su orgánica, cuáles son las reglas del juego, los actores, las relaciones entre ellos y su modo de resolver conflictos?
El FA debe constituirse como el espacio de unidad, solidaridad y lucha social, política y cultural del pueblo y los ciudadanos. Un espacio de organización y unidad no solo de los que buscan una sociedad distinta, sino también de los que buscan solidaridad, apoyo a sus demandas, formación política y una colectividad comunitaria liberadora.
Desde esta concepción el FA, en su base territorial y en sus frentes, debe tener una orgánica abierta, flexible, democrática y radicalmente participativa. Que permita crecer en los momentos álgidos de movilización social y política, y mantener una militancia estable y activa en los momentos de reflujo de la lucha social. Una orgánica que permita convivir armoniosamente a los partidos, a las organizaciones sociales, a los dirigentes sociales y a la ciudadanía simple y llana. Una orgánica que esté abierta a la incorporación de movimientos sociales o, si no en su totalidad, a lo menos de sus dirigentes o de su activo más politizado. Una orgánica en donde puedan convivir los más politizados junto a las que recién se integran a la política o los que se acercan al FA buscando solidaridad con sus luchas o necesidades.
Para construir el necesario vínculo de toda esta diversidad social y política, y permitir el crecimiento, el apego y el compromiso para con el proyecto frenteamplista, la orgánica de FA debe garantizar la más amplia participación democrática de todos sus participantes, en la medida que tienen un compromiso con el accionar colectivo y unitario. Al mismo tiempo, la forma organizativa debe permitir la libertad e independencia de las organizaciones, ya sean políticas o movimientos sociales. No es una organización que tienda a la homogenización o imposición lo que debemos construir. Sino una organización que permita la construcción de fuerza social y política, el actuar en conjunto en las materias y momentos requeridos, pero que garantice la existencia de la diversidad, diferencias y libertad de las organizaciones que lo componen.
A partir de lo anterior, creemos que la orgánica del FA debe basarse en la articulación de 3 pilares organizativos: los partidos y movimientos políticos; los movimientos sociales y frentes sectoriales; y los territorios frenteamplistas. De estos 3 espacios organizativos se constituirá un consejo político nacional consultivo, que se reunirá periódicamente y que fijará los acuerdos macros. En los 3 espacios organizativos del FA, debemos asumir formas democráticas de resolver las diferencias en aquellas materias en que sea imprescindible acordar una postura única. Somos una coalición diversa y así lo asumimos, pero en aquellas materias en que se requieran unidad de acción, no puede darse libertad de acción o asumir distintas tácticas. Hay un país que nos observa como alternativa de gobierno y debemos mostrar unidad y coherencia en aquellas materias que así lo requieran. Como regla básica democrática proponemos que en toda materia en que se requiera unidad de acción pero no haya consenso, se recurra a la votación con el criterio ya establecido de que una opción, para ser considerada mayoritaria, debe contar con el apoyo de 2/3 de las fuerzas presentes en cada espacio. Por otra parte, las fuerzas minoritarias se deberán sumar a la mayoría o, al menos, no actuar en contra del acuerdo de mayoría. De esta forma, mostraremos unidad en nuestro accionar político.
De manera permanente, funcionará la Mesa Nacional de FA compuesto por las organizaciones políticas y/o sociales que tengan carácter nacional, y que tendrá como labor la conducción política nacional cotidiana del conglomerado y la resolución de conflicto que pudieran generarse.
Los espacios territoriales a nivel comunal serán la base de la organización frenteamplista territorial, serán el espacio de unidad y colectividad del frenteamplismo de base, y en ellos podrán participar todas las organizaciones políticas y sociales, los dirigentes sociales y la ciudadanía que se sienta convocada. Su forma organizativa será flexible, pero deberá garantizar al menos una instancia asamblearia regular y un equipo de coordinación permanente compuesto por las organizaciones vivas del territorio más las compañeras y compañeros activos del territorio y que se designen democráticamente en los espacios asamblearios. El principio rector de esta forma organizativa es que quien lleva la carga y la iniciativa de la acción política y de construcción de FA en el territorio, es quien debe coordinar los esfuerzos de los frenteamplistas en dicho territorio. Y quien mejor puede determinar quienes son esas compañeras o compañeros, son los participantes del mismo territorio. Los espacios territoriales a nivel provincial o regional, tendrán autonomía para desarrollar la forma organizativa que acuerden. En todas estas instancias, se deberá velar por el resguardo de los principios por los cuales, como FA, también luchamos por conquistar en el país, como son: garantías democráticas plenas, participación y no exclusión, información y transparencia total.