
Octubre rebelde: Crónica de un pueblo en lucha (Parte I)
Por Pablo Parry
#DeFrente
Llega el alba. Tras el toque de queda, el silencio sepulcral y un par de nubes grises se toman las periferias de Santiago, mientras la Villa Grimaldi, otrora centro de tortura y exterminio, recibe el día en medio de un país que despertó de golpe.
El pasado vuelve a ser presente. Es la bota milica pisando fuerte en la pobla, el grito ahogado de los inocentes y el coraje vivo de los que cayeron. Como si todos esos momentos de la historia se entrecruzasen a la vez, recordándonos que siempre vuelve, y que cuando lo hace, es cuando menos lo esperamos.
El tirano en La Moneda, la metralla asesina, la clandestinidad, el fusil de Miguel, el exilio, Pisagua, Tejas Verdes, Chacabuco, Estadio Chile, el sabor a pólvora de la derrota, una mezcla de emociones, olores y sensaciones que vuelven como aquel fantasma que pena una y otra vez sobre un pueblo que se negaba a enfrentar su propio pasado.
Hasta que un día, de súbito, el miedo se acabo.
De pronto, las nubes dejaron poco a poco ver el sol. De los primeros rayos, el silencio se convirtió en un coro de voces. A medida que llegamos a Plaza Italia, esas voces se le suman tambores, batucadas y un aroma intenso a juventud. Un poco más lejos, un par de petardos y algo de caucho quemado vuelve a girar los relojes de la historia, en un recuerdo blanco y negro digno de escena de la «Batalla de Chile»
Es Allende, la UP, el 4 de septiembre, los cordones, los comités, el caminar incesante de los descamisados, Fidel, Gladys, el MIR, los pobladores, las corridas de cerco, y el clamor de un pueblo luchando por hacerse con las riendas de su propio destino.
Y en un chasquido, el «oasis» latinoamericano, jaguar de latinoamerica, la joyita del pacífico, la inglaterra del sur, se convertía en una marea humana, unida bajo una sola voz de hartazgo, pero con la esperanza intacta de un futuro nuevo, distinto, necesario. Como cual furor colectivo que resurge a la superficie cada tantos lustros, como aquella fuerza inconsciente motora de los procesos sociales que rebrota en esos momentos de crisis donde lo viejo deja pasar a lo nuevo que puja por nacer.
La historia es nuestra.
CONTINUARÁ
Imágenes de Pablo Parry