
Nos toca endurecernos sin perder la ternura
Por Esteban Telléz Villagran
«Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, un revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Amor a la humanidad, amor a la justicia y a la verdad. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Quizá sea uno de los grandes dramas del dirigente; éste debe unir a un espíritu apasionado, una mente fría y tomar decisiones dolorosas sin que se contraiga un músculo. Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos.”
Hace unos días se conmemoró otro año más desde el asesinato del compañero Ernesto Che Guevara, en honor a él y su memoria nos encontramos con sus discursos y frases más famosas, siendo la ya mencionada una de las principales y que considero fundamental para el quehacer del Frente Amplio, es el amor por el pueblo el que debe guiar nuestras formas y fondos al momento de hacer política.
Desde la creación del Frente Amplio nos hemos jactado de una nueva forma de hacer política, pero durante todo este tiempo hemos estado en una crisis constante por caer en prácticas poco fraternas que buscan intereses y posicionamientos personales –y por orgánica- siendo un reflejo del constante actuar de la ex Nueva Mayoría -guardando las proporciones- que nos ha llevado, a ratos, a perder nuestro norte.
Cómo nueva fuerza tenemos la oportunidad y la responsabilidad de hacernos cargo de la esperanza levantada, una esperanza casi romántica que no se sostiene sin el profundo sentimiento de amor que expresa el Che, y ese amor debe ser un símbolo de lealtad hacia la radicalidad democrática que hemos profesado, haciendo al pueblo parte protagónica de este maravilloso proyecto. Entonces, es nuestro deber volcar todas nuestras energías hacia la construcción con el pueblo y no desde esa mirada mesiánica disparando a nuestros compañeros y compañeras, sino desde la mayor humildad cómo un igual que entrega todas sus fuerzas hacia un proceso de construcción revolucionario, que se levanta con la fuerza de muches y no desde cocinas un poco más amplias a las ya criticadas.
Desde el Frente Amplio nos toca enfrentar grandes desafíos. La construcción si bien debe tener sus mayores cimientos en la fuerza de la organización popular con las dificultades permanentes que esto implica, uno de los desafíos institucionales más difíciles serán las elecciones municipales, esto no sólo por la importancia de ganar, sino de demostrar – cómo lo ha hecho Jorge Sharp en Valparaíso- que podemos entregar gobernabilidad sin separarnos de nuestros principios.
Es por ello que debemos ser sumamente cuidadosas y cuidadosos en nuestros mecanismos de construcción programáticos, pero principalmente en los desafíos de elección de quienes encabezarán estos procesos, siendo un deber militante ponerse a disposición, pero también un rol colectivo importante realizar la elección con la afinidad al proyecto y la mejor representación de este, aprendiendo y no repitiendo las fallidas maquinarias de la Concerta y la Nueva Mayoría, donde hasta diputados y diputadas designaban a dedo a las representantes en estas disputas.
En cada frente de lucha las opciones se acotan a desafiarnos de frente al pueblo y con el profundo sentimiento de amor, porque en este oficio tan hostil, nos permitirá cuidarnos y protegernos. Sobre todo cuando tenemos tremendos monstruos fascistas atacándonos por todos los flancos.
Abracemos el proyecto revolucionario y abracémonos en el proceso de la revolución, hoy el llamado es a cuidarnos y a luchar con fuerza y de la mano.
Hoy nos toca, cómo dijo el Che endurecernos sin perder la ternura.
Imagen extraída de dede14.com