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Mike Pompeo, el Secretario de Estado del Gobierno imperial de Estados Unidos en la era Trump

*** Nota actualizada hasta el 1 de Mayo de 2019.

Anteriormente lo hemos hecho con Elliot Abrams («Elliot Abrams, el “enviado especial” del Gobierno de Estados Unidos para Venezuela: Crímenes de guerra, mafia, y narcotráfico»), y John Bolton («Imperio, belicismo y extremismo en una persona: John Bolton, el Consejero de Seguridad Nacional del Imperio de Estados Unidos»), otros de los altos mandos político-militares del Gobierno de Estados Unidos. A propósito de su anunciado viaje a Chile este viernes 12 de abril, en el marco de una gira que lo llevará a la frontera de Colombia con Venezuela en Cúcuta, más Santiago de Chile  Perú y Paraguay (en una clara articulación con los gobiernos de derechas de la región), ahora pasamos a reseñar y describir a Mike Pompeo, el actual Secretario de Estado del Gobierno de Donald Trump.

Lo primero es señalar la relevancia del cargo. La «Secretaría de Estado» es en Estados Unidos la instancia análoga a las cancillerías, ministerios de «asuntos exteriores» o de «relaciones internacionales» en otros países. Pero en el caso de un país cuyo Estado se extiende en muchos sentidos con un nivel planetario de pretensiones omnipresentes, la «cancillería» de Estados Unidos es mucho más que diplomacia y políticas de relación con otros países, siendo un verdadero «gobierno exterior» con un enorme poder, y directamente enlazado al aparato militar y el complejo industrial-militar estadounidense.

En particular, Mike Pompeo es parte del ala más ultraconservadora del muy derechista Partido Repúblicano. Es un típico «halcón», es decir, aquellos sectores más explícitos en formular una política imperialista e injerencista fuera de las «fronteras» del país. «Fronteras» que es preciso poner entre comillas, pues la noción de un imperialismo de rango global tiende a mutar tal idea de un afuera o un adentro del país y sus políticas, cuestión que se expresa muy claramente en un poderoso aparato militar extendido en más de 700 bases esparcidas por prácticamente todos los continentes y regiones del planeta, y un poder sobre los mares por medio de su poderosísima flota de portaviones y demás embarcaciones militares (Ver, del medio derechista ABC, «La inmensa red militar con la que Estados Unidos domina el mundo», o desde la vereda de las izquierdas y referido a nuestra América, «Bases militares de EE.UU. en América Latina y el Caribe. El Plan Suramérica», del Granma de Cuba, o cualquiera de los textos o videos de la investigadora Stella Calloni).

 

Como buena parte del cuerpo político-militar al mando de la política exterior de Estados Unidos, Mike Pompeo es un ex oficial, en cuyo servicio fue vigilante de la frontera entre las dos alemanias, y luego parte de los contingentes movilizados en la Guerra contra Irak a inicios de los 90s (ver Reseña bibliográfica de Mike Pompeo en CIDOB, Barcelona Centre for International Affairs). Luego de eso, se inició como empresario privado en las industrias aeronáutica y petrolera, dos actividades particularmente poderosas y vinculadas al complejo industrial militar del país. Instaló su empresa aeronáutica en Wichita (Kansas), la capital de la industria de la aviación en EE.UU. Junto con eso, se tituló de abogado en la Universidad de Harvard, y finalmente se enroló en el ala más ultraderechista del Partido Republicano, desde donde saltó a la arena política parlamentaria en 2010 en el Estado de Kansas, en el centro del país, tradicionalmente conservador y de dominio del Partido Republicano, además de potencia energética a nivel nacional y con muy cuantiosa extracción de petróleo y gas.

 

Una vez en el Congreso, se afilia al Tea Party, la tendencia ultraderechista que actúa desde dentro y fuera del Partido Republicano. Diácono y lector de la Iglesia Presbiteriana Evangélica, con un fuerte clericalismo, es un ferviente opositor al derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo, y al matrimonio de parejas del mismo sexo. Es integrante además, de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), la organización armamentista que opera como un poderoso lobby y núcleo de articulación de los sectores más reaccionarios de la política estadounidense, y que hoy preside Oliver North, el ex militar que encabezó junto a Elliot Abrams las operaciones contra el Gobierno Sandinista de Nicaragua en los 80s, y la muy polémica y judicializada operación «Irán – Contra» en la que fueron condenados por la propia justicia estadounidense por la abierta ilegalidad de sus múltiples aristas (ver «Elliot Abrams, el “enviado especial” del Gobierno de Estados Unidos para Venezuela: Crímenes de guerra, mafia, y narcotráfico»).

Es, además, partícipe de la fundación «Americans for Prosperity», central en la defensa de políticas regresivas en las materias señaladas, y otras como la oposición a la reforma al sistema de salud propuesto sin éxito por el Gobierno de Obama («Health Care»), o la promoción de una política tributaria aún más favorable para los más ricos y las grandes empresas, o, nada más ni nada menos, la negación de abordar el cambio climático por considerarse «escéptico» ante su existencia y riesgo para la Humanidad y la vida en el planeta.

 

Mike Pompeo en el Gobierno de Donald Trump

 

Pompeo fue primero nombrado por Donald Trump como Director de la CIA, donde recientemente admitió que «Mentimos, engañamos y robamos». Pero en medio de una tensión creciente con el sector más «moderado» de la cúpula político-militar del país (moderación muy entre comillas de todos modos), es traspasado a la cabeza de la política exterior estadounidense en el Departamento de Estado, reemplazando a Rex Tillerson (a su vez, entre otras cosas, ex presidente de la petrolera Exxon Mobil, la principal empresa energética del mundo), con quien Donald Trump venía teniendo una tensa relación, en general, debido a que el actual Presidente propone soluciones aún más belicosas y de directa injerencia militar en torno a los escenarios más «calientes» de la escena global, y con algunos puntos específicos de enfrentamiento, como la renovación del acuerdo nuclear con Irán y la política frente a este país (Ver «Ocho razones del cese de Tillerson y el fin de la diplomacia en EEUU«, Nazanín Armanian, El Público). Trump anunció la salida de Tillerson por medio de un tuit sin comunicárselo previamente, y junto a eso, traspasó el mando de la CIA a Gina Haspel, quien supervisó las torturas practicadas en la cárcel secreta del Imperio de Estados Unidos en Tailandia, y las defendió públicamente (Trump pone al frente de la diplomacia a Pompeo, del sector más radical, El País).

 

Con todos esos antecedentes, Pompeo es una de las dirigencias más relevantes del Gobierno de Trump, llegando incluso a insinuarse alguna posible candidatura senatorial o hasta presidencial en algún futuro venidero (Pompeo, en manos de Dios y de Trump, La Vanguardia).

 

Acorde a este historial y biografía, recalcar algunas de sus posiciones en la arena internacional:

 

Pompeo es uno más de los «escépticos» ante el fenómeno del cambio climático que dominan el actual gobierno estadounidense, y rechaza la promoción pública de las energías renovables no convencionales, acorde a su posición pro-energías fósiles ya reseñada.

 

Ha tenido siempre un fuerte tono antimusulmán, con el Estado Israel como constante referencia. En unas declaraciones de fuerte invocación «religiosa», declaró que «es posible que Trump haya sido enviado a salvar al Pueblo judío» («Pompeo says ‘it’s possible’ Trump was sent to save the Jewish people).

 

Es férreo defensor de una política de intensificación del bloqueo y asedio al Gobierno de Irán, defendiendo la línea de no renovar el acuerdo nuclear que promovió el Gobierno de Obama.
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Es representativo de los sectores que sostienen una más agresiva política injerencista hacia nuestra América, cosa incluso recalcada por medios de la prensa dominante en los países del eje OTAN, como la BBC Mundo, en «Qué cambia para América Latina con la elección de Mike Pompeo como nuevo secretario de Estado de Estados Unidos». Como muestra de su belicismo, ha señalando con alto desparpajo declaraciones como «Cuba es el verdadero poder imperialista en Venezuela» y que «Rusia ha creado esta crisis», y tiene un marcado interés por una política de mayor injerencia y asedio sobre los gobiernos adversos que existen o pudiesen existir en nuestra región.

En medio de una nueva asonada e intentona golpista en Venezuela, este 30 de abril Mike Pompeo volvió con su injerencismo imperialista y guerrerista: «Una acción militar es posible. De ser ello necesario, eso es lo que Estados Unidos hará«.

Una muestra más del tipo de personaje que está al mando del Gobierno e Imperio de Estados Unidos.

 

 

 

 

 

 

 

Comentarios (1)

  • Alberto

    Gracias por la información, el tipo se las trae

    reply

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