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Más de 1 millón de británicos firman petición contra la condecoración de la Monarquía a Tony Blair por su responsabilidad en Crímenes de Guerra en invasión y Guerra de Irak

En sólo 3 semanas, más de 1 millón 125 mil personas han apoyado con su firma una petición de retiro de la conderación de la «Orden de la Jarretera», tradicional premio de la Monarquía Británica a los servidores a la Corona, por su responsabilidad en los Crímenes de Guerra ejecutados durante su Gobierno en Irak y otros conflictos aledaños. En redes sociales, ha habido una masiva campaña de apoyo a la «#TonyBlairPetition«.

 

Siendo Primer Ministro del Reino Unido entre mayo de 1997 y junio de 2007, la jefatura de gobierno complementaria de la Jefatura de Estado en manos de la Reina Isabel II,  Tony Blair fue un actor central en la puesta en marcha de la ilegal invasión y Guerra de Irak en el 2003, junto al protagónico presidente estadounidense George W. Bush, y José María Aznar, presidente del Reino de España.

 

Como es recordado, tal nueva invasión y guerra fue ejecutada por el Gobierno de Estados Unidos y sus «vagones de cola» europeos, fue realizada a partir de una manifiesta mentira en relación a una presunta participación de Saddam Hussein (antiguo aliado estadounidense en los 1980s, y ya invadido en 1991 por una coalición encabezada por la OTAN) en el apoyo y financiamiento a los presuntos ataques en Estados Unidos en Septiembre de 2001, y bajo la acusación, probadamente falsa, de que el Gobierno de Irak tenía «Armas de Destrución Masiva», que fue masivamente difundida por la totalidad de los medios de comunicación occidentales dominantes.

La solicitud promovida por redes sociales y organizaciones ciudadanas independientes, surgió como una de las tantas iniciativas en la plataforma web «Change.org», y tiene el siguiente texto en el que se resume el rechazo ciudadano hacia la actuación de Blair en las guerras en las que involucró al país durante su mandato:

«Tony Blair causó un daño irreparable tanto a la constitución del Reino Unido como al propio tejido social de la nación. Fue personalmente responsable de causar la muerte de innumerables vidas de civiles inocentes y de militares en diversos conflictos. Sólo por esto debería ser considerado responsable de crímenes de guerra.

Tony Blair es la persona que menos merece cualquier honor público, en particular cualquier cosa concedida por Su Majestad la Reina.

Pedimos al Primer Ministro que solicite a Su Majestad la retirada de este honor.»

A inicios del presente mes, a días de ser condecorado con la antigua Orden entregada por la Corona británica, una encuesta de opinión publicada por la empresa británica YouGov mostró que el 63 por ciento de los británicos se oponen a que Blair fuera nombrado caballero, rechazo que abarcaba a electorado de la derecha conservadora, pero también de la mayoría de los votantes del Partido Laborista que integra Blair.

Como es sabido, Tony Blair encabezó un notorio giro hacia la derecha del Laborismo en los años 1980s y 1990s, uniéndose con entusiasmo a la hegemonía del neoliberalismo de esos años. Margaret Thatcher, líder en la instauración del programa neoliberal a inicios de los 80s, lo dijo alguna vez muy claramente, al preguntársele cuál consideraba su mayor éxito o logro: respondió «Tony Blair y el Nuevo Laborismo. Obligamos a nuestros oponentes a cambiar de opinión» (“Tony Blair and New Labour. We forced our opponents to change their minds”). Así, la referente de la arremetida neoliberal aplaudía la deriva derechista del «Nuevo Laborismo» o «Tercera Vía», ideológicamente influida por autores como Anthony Giddens, y que influyó en numerosos partidos y fuerzas progresistas y de izquierdas en otros países, como el PSOE de Felipe González y otros en España, y en nuestra región, para mencionar algunos, a Fernando Henrique Cardoso (FHC) luego presidente de Brasil en los 90s, o Ricardo Lagos del Partido Socialista de Chile, luego presidente chileno entre el 2000 y el 2006.

 

 

En el caso británico, en los últimos tiempos, Jeremy Corbyn ha sido el referente que ha intentado, con bastantes méritos y logros, disputar la conducción del Partido Laborista en un sentido que lo vuelva a acercar a las causas populares y de izquierdas, llegando a encabezar su representación parlamentaria y estando cerca de convertirse en Primer Ministro (el Jefe de Gobierno en los regímenes parlamentarios), donde finalmente obtuvo la victoria el conservador Boris Johnson. Pero de todos modos, el protagonismo que ha tomado el progresista y de izquierdas Jeremy Corbyn hace parte de un sector significativo de la sociedad británica crítica de la deriva neoliberal del «nuevo laborismo», y que busca alternativas por izquierda.

De este modo, el rechazo a la condecoración de la Monarquía británica a Tony Blair está directamente dirigida a los gravísimos crímenes de guerra al apoyar y participar de manera central en una operación de guerra que pasó por encima incluso del Consejo de Seguridad de la ONU, instancia en al que el eje occidental no consiguió la aprobación de una operación militar contra Irak, cuestión que desencadenó en una guerra y caotización general en Irak y la región, con cientos de miles de muertos, las más graves violaciones de derechos humanos, y una destrucción y pauperización social y humana generalizada, además de la apertura del escenario propicio para el crecimiento y empoderamiento de los grupos más extremistas del «yihadismo» fundamentalista del «Estado Islámico» o ISIS, y grupos de ese perfil.

Y también, como complemento y contexto más general, con una deriva hacia la derecha de Tony Blair y su «Nuevo Laborismo» cada vez más desprestigiada y motivadora de rechazos y repudios.

 

El memorando secreto desclasificado entre Tony Blair y George Bush: «Estaré siempre junto a tí», parte diciendo Blair a Bush.

 


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Equipo de política internacional de Revista De Frente

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