
Mario Hernández (Bachillerato Darío Santillán): «China es un capitalismo de Estado, de socialista no tiene nada»
En el contexto del «Encuentro de Economía de los y las Trabajadorxs» realizado en Santiago de Chile en el mes de octubre, estuvimos conversando con Mario Hernández, docente argentino del Bachillerato Popular Darío Santillán, sobre el rol de China en el escenario global.
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Por Nicolás Romero
#DeFrente
-¿Qué lugar ocupa actualmente China en el actual sistema económico global?
China es la segunda potencia después de Estados Unidos, aunque hay algunos que después de ciertos cálculos lo ubican como la primera potencia. Pero está en ese orden, entre el primero y el segundo.
-¿Cómo China llegó a ocupar esa posición los últimos 40 años?
El desarrollo económico de China, no se explica sino tienes en cuenta los 30 años previos de Mao; eso es fundamental. Imagínate que la principal consigna con la que Mao hace la revolución, es que para cada chino haya un plato de arroz. China, era un país que se caracterizaba por las grandes hambrunas. Entonces, lo que fundamentalmente forma Mao es una clase trabajadora, que es después sobre la cual se va a montar Deng Xiaoping, quien comienza todo este proceso de desarrollo económico de China. Con una particularidad, que es que los chinos no solamente ofrecían mano de obra barata como se cree, sino que los chinos obligaban a las empresas que se instalaban a llevar su tecnología “no home”, y luego lo copiaban. Mucha gente cree o tiene la idea de que China es un exportador de juguetes, de calzados, de ropa, de productos de baja calidad. Pero no se llega a ser una potencia mundial económica produciendo ese tipo de cosas. China, hoy en día, es un país que exporta productos de alta tecnología. Es el mayor exportador de automóviles, por ejemplo. Ahora, incluso, le ha ganado la carrera con respecto al auto electrónico, a todas las potencias del mundo. Es el país que más patentes tiene, más que Estados Unidos, Japón y Alemania juntos. Es decir, tiene la computadora más veloz del mundo. Eso es lo que le permite estar en esa ubicación que te digo yo.
-¿Es China una economía concadenada a la economía estadounidense, o es una economía central nueva, o distinta a la economía estadounidense, cómo lo ves?
Evidentemente, hay una interrelación muy fuerte. La deuda externa norteamericana más importante la tiene con China. La mayor cantidad de bonos del tesoro norteamericano la tienen los chinos; eso por un lado. Por otro lado, ves las grandes fábricas de productos electrónicos, de celulares, de iphones, por ejemplo. Pero, ojo, porque dentro del componente iphone, lo que es chino es específicamente un 3%. Y todo lo demás, es norteamericano, empezando por la tecnología, etc, que ése es un problema que se genera con el tema de las sanciones económicas arancelarias que ha impuesto Trump, porque perjudica a muchas empresas norteamericanas que se han asentado en en el país.
-El proyecto imperial de Estados Unidos expresada en la línea “tradicional” del imperialismo contemplaba a Estados Unidos en el centro de la economía mundo. A Japón y Alemania como brazos, o aliados estratégicos, con cierto nivel de industria en la alta tecnología. La India y China, como periferias industriales. A Latinoamérica y África y el resto de Asia, lo ven más bien como una sub periferia orientada a la explotación de materias primas. La llegada de Donald Trump, ¿es una intensificación de ese proyecto? ¿O más bien expresa una diferencia en torno al tratamiento del poder imperialista estadounidense, en su relación con China?
Es evidente que hay una disputa global en curso. Acá hay dos campos hegemónicos. Uno, es el hegemón norteamericano y otro es el hegemón chino. Ahora, yo te puedo dar un dato. El socio comercial más importante que tiene Alemania es China. Y China, tiene un proyecto hegemónico que fundamentalmente pasa por la ruta de la seda. La nueva ruta de la seda, implica la inversión más importante, luego del Plan Marshall impulsado en la década del 50 del siglo pasado por los Estados Unidos para la reconstrucción de Europa. Desde esa época, no ha habido un plan de inversión tan importante como el que va a desarrollar China con la ruta de la seda, que va a unir China con Alemania. Y que inclusive, tiene efectos sobre América Latina.
-¿Qué efectos?
En la última visita que hizo el presidente chino; que creo que estuvo acá en Chile si mal no recuerdo en el año 2016, habló de incorporar a América Latina a la ruta de la seda. Y señaló a Chile, como un país central de esa política. Es decir, unir el Pacífico a través de Chile. Y relacionado con este proyecto existen varias iniciativas. Una, muy importante que ahora está en stand by que es la del canal por Nicaragua, que competiría con el Canal de Panamá. Aparte, no olvidemos que China es el más importante socio comercial de Chile, Perú y Brasil. Y luego, todas las inversiones que ha hecho en Venezuela, fundamentalmente vinculadas al desarrollo petrolero y minero. China, le ha prestado a Venezuela 40 mil millones de dólares, que el país paga en petróleo. Y ahora inclusive, técnicos chinos se han instalado en Venezuela en el tema de la industria petrolera, que está muy afectada por la inmigración de técnicos. En Argentina, para darte un ejemplo, en este momento están trabajando 7000 mil ingenieros venezolanos. Y los chinos, han mandado técnicos e ingenieros chinos a Venezuela, para mantener la producción petrolera que ha decaído mucho en Venezuela. Y también, tienen un acuerdo estratégico con Ecuador. Uruguay está interesado en suscribir un Tratado de Libre Comercio con China.
-En un contexto de declive del poder estadounidense, ¿China es un aliado de la izquierda, de los movimientos sociales? O más bien, ¿Hay ahí inevitablemente un proceso de neocolonización?
Eso es muy difícil de definir, porque en general los chinos no se meten en política interna de los países, al revés de lo que hace Estados Unidos. Por lo menos, hasta ahora no lo han hecho. Ahora, inevitablemente en algún momento va a suceder creo yo, sin el ánimo de hacer futurología. Hay un intercambio desigual con América Latina, porque desde este lado del mundo exportamos fundamentalmente materias primas. Petróleo, material de hierro, material de cobre, soja y otras materias primas. Y ellos exportan productos elaborados, tecnología y grandes proyectos de infraestructura muy necesarios en América Latina. Un proyecto que el Banco Mundial tarda en aprobarlo 10 años, los chinos te lo aprueban en 3 meses. Y encima, no te preguntan si eres de izquierda, o de derecha, porque hasta ahora en eso no se han metido. Ahora que eso, en un futuro pueda favorecer proyectos de izquierda, yo no creo. Por otro lado, en China no hay democracia, hay partido único que es el que controla el desarrollo económico; no lo controlan las empresas privadas. Si bien, hay empresas privadas muy importantes chinas y extranjeras, la economía la dirige el Partido Comunista.
-¿Socialismo con características chinas?
Yo creo que no es un país socialista. Pero es una opinión personal, es un debate ése. Para mí, es un capitalismo de Estado. Lo que tiene, es un partido que se denomina comunista y es un partido único. Pero de socialismo no tiene nada.