TOP

«Mantra» por Pablo Monroy Marambio

 

Por: Pablo Monroy Marambio

 

No hay peor ciego que el no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere escuchar, dice el dicho. Y probablemente, este que aquí escribe, este incurriendo en los dos abusos.

La Lista del Pueblo no puede estar ya más involucrada en entredichos (aunque esta tierra usualmente es generosa en sorpresas, cuando creemos que ya nada puede sorprendernos), pero aunque son mayoría, lo cierto es que existen más miembros de la Convención Constitucional que siguen trabajando…¿La “persecución” o la notoria preocupación por los movimientos de la Lista, de parte de la prensa en general, tendrá que ver con que son la mayoría en la Convención? Obedece a la campaña de constante desprestigio iniciada desde el principio por los convencionales de derecha?

Los tropiezos en que ha incurrido la Lista, ¿se deben al nerviosismo y ansiedad por generar respuestas, a sabiendas de que son tan observados? Deberán responder, por supuesto, quienes y cómo decidieron por Ancalao y no por Cuevas para candidato, entre otras inconsistencias, pero lo cierto es que, como ya dijimos, hay más constituyentes en la Convención, quienes, a pesar de todo el acontecer, de todas formas han podido seguir concretando cosas.

No es menor el hecho de que se haya solicitado al Ministerio de Justicia el que se otorgue la posibilidad de sufragio, en el plebiscito de salida, a quienes aun permanecen privados de libertad, y a quienes se reconoce también como responsables de que exista esta instancia transformadora. Se estableció el reglamento que específica y discrimina lo que se entenderá como “violencia política”, para evitar cosas como esa “mapuchización” de la convención que acusó Cubillos. Asimismo, se estableció que el sábado recién pasado fue la fecha límite para el establecimiento de todas las comisiones (mientras que diputados de RN, por su parte, ingresaron un proyecto de reforma constitucional, para que el reglamento de la Convención sea revisado por el TC). Se votaron las más de 500 enmiendas hechas al reglamento, entre las que destacan el que, quienes se abstengan de votar los temas de la tabla del día, serán considerados no votantes y se fijaron los cuórums por mayoría. De igual modo, se definió el cuórum requerido para la aprobación final de la propuesta de la nueva constitución, que se fijó finalmente en los 2/3 tercios de los constituyentes en ejercicio.

Otra idea que llamó la atención, fue la decisión de la comisión de DDHH de la Convención, que en una maratónica jornada que se extendió hasta las 4 de la madrugada, aprobó reemplazar a Carabineros por otra institución, cuyas disposiciones deben ser votadas ahora por el pleno del organismo. Jugar con el tejo pasado, dice otro dicho, que por estos lados se aplica a cada cosa y a cada rato. Es cultura nacional.

 

No es lo único que sucedió en la semana, por supuesto

 

Y es que es notorio, y no solamente notorio, sino que extraordinariamente notorio, el que en la misma semana dos viejas prácticas de este país se apoderaran de las editoriales de los distintos medios. Las firmas falsas del ex candidato a presidente por La Lista del Pueblo, Diego Ancalao, y el reportaje hecho al fiscal nacional Jorge Abbott, en el que se dio cuenta de las diversas reuniones que sostuvo, de manera privada y antes de ser nombrado en su actual cargo, con diversos personeros políticos, cuestión que reflota, ineludiblemente, lo relativo al caso SQM y la forma en que se financiaba la política hasta hace unos años (?)… Con la consecuente manera en que la clase política (muchos de los cuales fueron quienes justamente participaron de esas reuniones con el hoy fiscal nacional) “retribuía” ese financiamiento, supuestamente anónimo. Boletas ideológicamente falsas, se llamaba dicha práctica.

No soy prosélito del escritor y constituyente Jorge Baradit, pero si hay que reconocer que la idea central (a mi parecer) que instala en su libro Dictadura, no puede ser más certera. Si de algo se trató la dictadura militar en este país, fue de instalar para siempre, la idea de que el fin superior a cualquier causa aquí en la larga y angosta, es la del orden. Valor que es lícito proteger a cualquier precio por estos lares, sean vidas u ojos, como tristemente se ha visto.

 

En el reportaje que dio pie al escándalo político relativo a Jorge Abbott, el fiscal nacional, al ser consultado sobre el porqué en el proceso en contra del senador Pizarro nunca terminó en el juicio que debería haber tenido ligar, Abbott señaló que “Hay que cuidar el Congreso Nacional”.

Imposible, al menos para mí, no recordar el “dejemos que las instituciones funcionen”, dicho por el ex presidente Ricardo Lagos en momentos en que ejercía dicho cargo (y repetido en varias oportunidades y por diversos motivos, como un mantra), cuando, allá por los albores de este siglo, era acosado por la prensa, que quería saber sobre el caso MOP-GATE. Muchos creen que el caso debe su nombre (por el sufijo) al célebre escándalo gringo Watergate, en donde otro Ricardo, el Nixon, encubrió el robo de documentos delicados desde las oficinas de sus opositores políticos. Pero lo cierto es que el MOP-GATE, por más familiaridad que presente el acrónimo, se llama así por la relación entre el Ministerio de Obras Públicas y la empresa Gestión Ambiental y Territorial S.A., bajo cuya sociedad tuvieron lugar el pago de sobresueldos a 129 funcionarios, por trabajos que nunca se realizaron, a la vez que GATE recibía pagos por autopistas concesionadas y sus proyecciones desde el año 1997. El Ricardo gringo dimitió producto de su escándalo, dicho sea de paso; el Ricardo chileno en tanto, no dimitió y además hoy cuestiona a quienes lo sobrevivimos, y algunos lo escuchan… ¡Viva Chile!

Una arista de ese caso, fue la llamada MOP-Délano, que versa sobre la relación de la cartera estatal con M&P Délano Consultores, consultora que falsificó instrumentos al ex jefe de gabinete de Ricardo Lagos, Matías De La Fuente (sobrino de Luisa Durán de Lagos). El Délano nombrado aquí es Pablo, hijo de otro ilustre que, por estos días y dados los últimos acontecimientos en la política nacional, ha vuelto a salir a la palestra, Carlos Alberto “Choclo” Délano Abbott.

No es difícil para nadie, expuestos los personajes, hacer líneas de filiación ciertamente obvias, cuyos apellidos insisten, de hecho, en volver a aparecer relacionados a la candente actualidad. Nueve son los hijos del Matrimonio Délano Méndez, entre los que figura Pablo, quien, junto a sus hermanos, controlan el 75% de Minera Dominga. ¿Lindo, no?

De igual modo, otro de sus hermanos, Carlos Délano, controla Penta con Francisco Lavín Chadwick, el hijo el otro involucrado en el escándalo del grupo financiero, Carlos Eugenio Lavín García-Huidobro. Todo queda en familias.

Pero no nos enredemos con tanto lazo filial de los dueños del país (al menos por ahora), porque lo que busco exponer con todo lo escrito hasta aquí, es cómo opera ese “mantra” que dice querer salvaguardar la estabilidad y el orden de la nación, cuando enunciados como el del fiscal Abbott, relativos a que hay que cuidar el Congreso, son usados nuevamente. Este mantra, como el usado por Lagos, relativo a la supuesta independencia de los poderes del Estado, viene al cabo a servir de comodín para sortear el escándalo del día, haciendo parecer, de paso, que hay una justicia que opera y que lo que ella resuelva, es algo a lo que todos debemos someternos por igual.

Decidor al respecto, es justamente lo relativo al otro escándalo de la semana, del fraude del ex candidato presidencial Diego Ancalao, oportunista y charlatán que se aprovechó de la aun incauta Lista del Pueblo para poder reflotar sus ambiciones políticas. ¿O actuó como operador político infiltrado, cuyo fin específico era seguir desestabilizándola? Ya veremos. La guillotina social, absolutamente necesaria por el propio mérito de la situación, cae más fuerte sobre él y con más estruendo verbigracia del eco mediático, porque, en efecto, aun cuanto está cometiendo las mismas faltas y trampas que el resto de clase política, no cuenta con las filiaciones sanguíneas que lo hacen perdonable en personajes como los nombrados más arriba.

Por supuesto, jamás justificaremos este tipo de prácticas, pero no se puede negar la evidencia de que aquí puedes hacer trampa y salir indemne, siempre y cuando pertenezcas a la familia de los tramposos.

Por su parte (y poco importa), Diego Ancalao anunció que se impugnará la decisión del Servel de inhabilitar su candidatura, alegando que habría aquí otros operadores políticos involucrados, cuya finalidad sería perjudicar su carrera y la del conglomerado que lo apoyó, mismo que, a su vez, ya anunció querella criminal en contra del ex candidato, por falsificación de instrumento público.

Nadie trabaja para nadie, todos trabajan para todos. A río revuelto, sería otra forma de exponerlo.

Lo que está haciendo Ancalao no se aleja mucho de lo hecho ya por varios políticos acusados de una cosa o de otra, quienes, al verse acosados por la opinión pública, emprenden estas contra-acciones con la esperanza de ponerse al mismo nivel, o “empatar para abajo”, en proceso judiciales que usualmente se diluyen. Desaparecen de las primeras planas, siendo arrastradas por el constante caudal de la novedad del momento, hasta que eventualmente sean reflotadas por cuestiones como el reciente reportaje de CNN, que trae nuevamente a colación las diversas aristas del caso SQM.

Algunos acusan a Lagos de haber inaugurado este mal hábito de capturar a las instituciones del Estado, para luego aparentar que se está sometido a ellas, impostura que tuvo su máximo despliegue justamente en el caso Penta y SQM, en donde fuimos testigos de cómo órganos como el SII fueron intervenidos con tal de limitar su rango de acción. Y lograr con ello que los procesos que deberían perseguir a los perpetradores no puedan siquiera comenzar y que se resuelvan de manera tal de que los victimarios puedan aparecer como casi víctimas. Frases como las de “hombre honorable”, o “la justicia me absolvió”, dichas por Longueira y Moreira, en situación de que lo que en verdad ocurrió fue un acuerdo de no perseverar en la investigación por parte de los intervinientes, son más que decidoras al respecto. Pero lo cierto es que el gen mismo de ese hábito está contenido en la médula de la actual Constitución, lo que no me deja pensar en otra cosa que el hecho de que es esta y no otra, la razón de porqué todo el espectro político, casi sin distinción, ha aparecido a cuestionar las acciones y tropiezos de la Convención Constituyente y de uno de sus grupos más notorios, la Lista del Pueblo.

No es menor que piezas de museo como Eduardo Frei se hayan dado el tiempo, la semana antepasada, de emitir también su opinión respecto del trabajo de la Convención. Todas las momias son útiles si de proteger el panteón se trata.

 

Tal el mantra, y los esfuerzos de esa iniciativa llamada “rechazo de salida” parecen estar dando resultados, porque ya entre pares he oído acusaciones a nuestros compañeros constituyentes, por estas “inaceptables” faltas a la probidad que estarían cometiendo nuestros pares en la Convención, mientras que de la constante abyección e indecencia de nuestros clásicos “honorables” pareciera que no queremos darnos por enterados, o que la aceptamos ya por cansancio. Siglos de práctica tiene el negocio ese de los pecadores instalando en nosotros el pecado.

Comentarios (2)

  • Jorge Moraga Boads

    Es impact ante esta noticia de colisión y no voluntad de ejercer justicia Se ha repetido esta negra historia desde el tiempo del golpe militar
    Tenemos que ejercer justicia juzgar criminales asesinos

    reply
    • pablo+monroy+marambio

      Es tarea pendiente, por lo mismo urgente.
      Gracias por pasar.

      reply

Comparte tu opinión o comentario