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«Las tareas inmediatas de la Revolución chilena» Por: Nicolás Romero

Por: Nicolás Romero

-El pueblo chileno ha demostrado su claridad política al momento de definir y atacar a las fuerzas que sostienen el «pacto neoliberal». EEUU, grandes empresarios, monopolios mediales, FFAA, Iglesias, Carabineros y los partidos que actúan como «clase política». Si bien no es lo mismo Radio Agricultura que Radio Bio Bio, Boric y Bellolio, etc, todos se unen contra los pueblos para defender la estabilidad del sistema neoliberal hoy puesto en entredicho por la «Rebelión chilena». 

-Hoy existen las condiciones objetivas y subjetivas para impugnar el pacto neoliberal y avanzar hacia la conquista de una sociedad democrática y post neoliberal. Por eso hoy debatimos sobre «los caminos de la revolución chilena».

-Cuando hablamos de revolución nos referimos a un proceso histórico y social sostenido en el tiempo donde a partir de grandes batallas se desmontan estructuras y se construyen nuevas formas de organización de la sociedad, el Estado y el mercado. De allí que en una revolución (nacional) no se «deroga por decreto» el Estado y el mercado, sino más bien se reorganizan bajo control obrero y popular para orientarlos hacia los objetivos del «buen vivir».

-Las revoluciones son posibles cuando los de arriba ya no pueden seguir dominando como antaño y los de abajo ya no están dispuestos a someterse. Es allí cuando se plantea «el problema del poder» y el desarrollo de los enfrentamientos comienza a delinear los (en plural) caminos de la revolución. Por ejemplo, el cerco que como pueblos realizamos a las FFAA trás su salida a la calle es expresión de la ecuación memoria + redes. La principal amenaza de uso de la fuerza fue boicoteada por un pueblo con memoria liderado por una juventud rebelde que hizo añicos la amenaza del uso de la fuerza, despertando del hechizo a las generaciones que vivieron la dictadura. Al valiente ejercicio de memoria (que recordaba la desmovilización del pueblo frente al golpe del 73) se sumó la coordinación en redes facilitada por las herramientas tecnológicas y la ausencia de una dirección centralizada de partidos.

-Una revolución no se construye por el triunfo en una batalla, constantemente se encontrará acosada por sus enemigos internos y externos por lo que debe ir consolidando sus avances midiendo el escenario global de enfrentamientos. Es por eso que la táctica que organice nuestra fuerza en un momento político (el año 2020) debe ir en consonancia con la estrategia. Así las tácticas desplegadas no pueden comprometer nuestra estrategia.

-El momento político es tácticamente destituyente del pacto neoliberal y estratégicamente constituyente de una sociedad democrática, de derechos y por el buen vivir. El momento requiere consolidar una mayoría popular activa que se proponga transitar grandes batallas para conquistar sus objetivos. Una mayoría que pierde la ingenuidad y se encuentra dispuesta a defender sus conquistas entendiendo la necesidad de incorporar una visión democrática y defensiva del la dimensión político militar.

En concreto:

-En el actual momento político debemos definir y priorizar nuestras batallas. Hoy nuestros dardos deben apuntar a consolidar una mayoría consiente y movilizada que se enfrente, derrote y divida a la derecha. 

-En el actual momento debemos cercar a los órganos represivos del Estado a partir de una impugnación a la FFAA y Carabineros en una combinación de lucha callejera y un llamado a la refundación en clave ciudadana de estas instituciones estatales. Está tarea debe estar en el centro de nuestro programa constituyente.

-En el actual momento político debemos cercar al FA y la Concertación para evitar que se constituya un centro político que bajo la retórica de la mediación del conflicto, diluya y apunte a reestablecer el orden neoliberal.

Más en concreto:

-Debemos promover un masivo proceso de movilización popular en torno a el plebiscito de Abril, las elecciones de delegados constituyentes y las municipales. Debe quedar en evidencia que la hegemonía neoliberal ya terminó y que existe una mayoría social activa que lucha por cambios profundos. En todos estos procesos debemos desarrollar una táctica de cerca al progresismo neoliberal. En concreto:

A.-Interpelar a los partidos de oposición para que entreguen la totalidad de sus minutos para el desarrollo de una «franja social», coordinada por MMSS y medios alternativos. Así existirá una franja de derechas y otra popular.

B.- Exigir primarias ciudadanas en las elecciones municipales y de delegadxs constituyentes, apostando a que la mayor cantidad de candidaturas populares se impongan sobre las del progresismo neoliberal. Los medios alternativos debemos colocarnos al servicio de estas campañas. A su vez se debe impugnar el mecanismo de elecciones por listas y se debe exigir la integra devolución de los dineros que entrega el Estado por votos, para así fortalecer iniciativas de los MMSS.

-Debemos colocar en el centro de nuestras reivindicaciones constituyentes la refundación y ciudadanización de las fuerzas de orden, desarrollando un programa que apunte a: 

1-La desmilitarización de Carabineros de Chile.

2-Terminar con la influencia de EEUU e Israel en su formación. 

3-Fin a la participación de las FFAA en el Comando Sur, apéndice del ejército imperial de EEUU en la región.

4-Ingreso único y fin de las dos escuelas en las FFAA.

5-Disolución de las academias militares y apertura de departamentos de formación militar en las Universidades Públicas, para así desarrollar una doctrina militar ciudadana, revolucionaria y defensiva.

-Fortalecimiento de la lucha callejera y de todas las formas de lucha que apunten a la salida del Dictador Piñera. Urge coordinar una «Huelga General Efectiva» que golpee los intereses económicos del gran empresariado para así forzarlos a presionar la salida del Dictador.

-Multiplicación de las estrategias de presión internacional para buscar la salida del Dictador y la persecución de las responsabilidades penales y políticas en la violación de DDHH.

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