
Las posibilidades de un ciclo conservador en Chile a raíz de la trama venezolana
Por Fernando Alvarado
Recién pasado el llamado “Día D” de la oposición venezolana deja como saldo a Maduro aún a la cabeza del gobierno, ningún aparente quiebre interno en las Fuerzas Armadas de Venezuela y cumplida la fecha límite para que Guaidó llamase a elecciones, en lo a todas luces parece ser una gran derrota para Estados Unidos y sus aliados.
La noticia más bullada, o que intentó serlo al menos, fue la quema de camiones que transportaban la supuesta “ayuda humanitaria” a Venezuela, pero para el infortunio de oposición venezolana y los planes de Estados Unidos no existe evidencia concreta o fabricada que inculpe a la guardia nacional del ataque a los camiones, como señalaron algunos medios, sino que por el contrario, ya en redes sociales comienzan a aparecer registros que muestran lo obvio, los camiones habrían sido quemados por opositores al gobierno en lado colombiano del puente Tienditas. Sumado a esto, para el gobierno chileno pareciera no haber saldos positivos que sacar del viaje de Piñera a Cúcuta, particularmente debido a los costos que podría enfrentar el gobierno debido a la innecesaria ausencia del presidente en Chile en momentos en los que se vive una verdadera catástrofe en el sur del país a causa de los masivos incendios que afectan a la zona.
A todas luces pareciera ser que la derecha chilena vuelve con las manos vacías desde Venezuela, pero podría haber una pequeña victoria a largo plazo para su sector. La nueva población venezolana migrante que se ha instalado en Chile en los últimos meses potenciada por la llamada “Visa de Responsabilidad Democrática” impulsada por el gobierno chileno, el cual facilitaba la inmigración de venezolanos a nuestro país, lo cual se suma a la explosión de “Permanencias Definitivas” entregadas por el gobierno de Chile, pasando de 3.704 en 2016 a 11. 819 en 2017.[1] Aunque lo mencionado sea por mera consecuencia de la intención de fustigar al gobierno bolivariano, o por un plan elaborado para estos fines, pareciera que la derecha “importó” posibles futuros votantes desde Venezuela.
Ante esto cabe recordar, que la colonia venezolana superó a la peruana según últimos datos de la CASEN y se transformó en la primera población de inmigrantes en Chile con un poco más de 188 mil residentes. Aunque una parte sustancial de esta población no podrá participar de las próximas elecciones municipales ni presidenciales debido al requerimiento de 5 años de residencia en el país para poder sufragar en éste, ya para el 2024 habrán aproximadamente 168 mil venezolanos habilitados para sufragar. Si bien no es posible asegurar con certeza que porcentaje pudiese eventualmente votar a la derecha, si existe la claridad que la mayoría de los venezolanos residentes en Chile comparten algo en común, un gran rechazo a todo proyecto político que siquiera se parezca al de su tierra natal, por lo que pareciera que la derecha tiene un terreno fértil de votantes que podría capturar en un futuro.
Aunque hablar de “cálculos electorales” no es lo óptimo, si es necesario tener en consideración ciertos frente que podrían abrirse desde la “trama venezolana”. A raíz de esto, ya es sabido desapego de la política de chilenos y chilenas, y la poca capacidad de movilización electoral que cuentan las actuales coaliciones. Lamentablemente el Frente Amplio no escapa a esta tendencia, ya que no movilizó nuevas masas de votantes, sino que vació las de otros proyectos políticos progresistas en competencia. Los resultados en la primera vuelta para la izquierda fueron de 3.400.00 sumando a todas las candidaturas tanto de izquierda como progresistas, por contraparte la derecha obtuvo 2.939.000 sumada entre sus dos candidaturas presentadas. Ya en segunda vuelta, Piñera obtiene 3.795.896 votos, lo cual significa que ya sea porque la derecha movilizó votantes inactivos de la primera vuelta o porque vació votos desde otras candidaturas, de la primera a la segunda vuelta, la derecha consiguió 856.896 votos más, lo que terminaría dando la victoria. Para el caso de Nueva Mayoría y las izquierdas no sólo no se movilizaron más votos, sino que se desmovilizaron 239.775 votos menos que en la primera vuelta. Esto, deja en claro que las derechas, movilizaron incluso votantes que no participaron en primera vuelta, por lo que hasta el momento el universo votante de las izquierdas pareciera tener un techo que no va más allá de los 3 millones y medio de votantes si se analizan las ultimas elecciones en nuestro país.
Es aquí, donde cobra relevancia la abierta realidad que la nueva población inmigrante venezolana posiblemente sea captada por la derecha, que problablemente intentará estirar el factor “Chilezuela” para potenciar su proyecto político. Ya lo han dicho variados actores del sector, se quiere perfilar un ciclo conservador en el país, por lo que la derecha buscará estar en el gobierno por 8 años consecutivos. Ante esto cabe recordar que, Chile Vamos ha presentado un proyecto de reelección presidencial que podría ver la luz antes de la elecciones de 2020, lo cual le permitiría a Piñera presentarse nuevamente a una carrera presidencial, con la abierta posibilidad de poder ganar dichas elecciones. Y como ya se ha dicho, posterior a esa elección, ya para el 2024, la derecha podría contar con el capital votante de la inmigración venezolana para perfilar un tercer período en el gobierno.
Si bien, deben darse una seguidilla de acontecimientos para encontrarse en el dantesco escenario de un “ciclo conservador”, no es algo imposible y aunque la derecha vuelve derrotada de su intento por derrocar al gobierno Bolivariano en esta pasada, podría tener réditos positivos en no mucho tiempo más de la “trama venezolana”. Para contrarrestar la posibilidad de este escenario las izquierdas, particularmente el Frente Amplio deberán ser capaces de convocar más personas a las urnas, sino, es claro que los números actuales no dan. Es claro que no hay recetas ni manuales para esto, porque habrá que maximizar los recursos políticos, culturales y sociales a nuestra disposición maximizándolos en las disputas esenciales. En esto, los municipios, la idea del “gobierno local” aparece como una posibilidad, especialmente por el eje Jadue-Sharp, que en las próximas municipales podría servir como cabeza de playa para que el Frente Amplio se haga con más municipios y muestre señales de gobernabilidad socialista territorial a la ciudadanía. Es sabido que las municipales son una primera señal de lo que ocurrirá en las elecciones parlamentarias y especialmente en las presidenciales, y es de esperar que las izquierdas socialistas logren importantes victorias en este campo que permitan perfilar un posible gobierno con vocación pos-neoliberal.
Fuentes:
[1] https://www.extranjeria.gob.cl/media/2018/01/Minuta-Venezuela.pdf