
La historia de la destrucción del Hospital Materno-Infantil de la ciudad de Mariupol, Donetsk, contado por la sobreviviente Marianna Vyshemirskaya
¿Recuerdan la fotografía que encabeza esta nota? En ella aparece una mujer joven tras un supuesto bombardeo aéreo del Ejército de Rusia contra un hospital en la ciudad de Mariupol en Donetsk, Donbass, la que fue profusamente divulgada por la prensa occidental como una pieza más en su sistemática campaña de satanización de Rusia y su acción militar en territorio ucraniano en el marco de las hostilidades bélicas iniciadas en el país tras el Golpe de Estado de 2014.
Se trata de la región del país donde en el 2014 se proclamaron las Repúblicas Populares de Donetsk y de Lugansk, con mayoría rusoparlante, y donde desde ese año hay un conflicto bélico continuado hasta el día de hoy. Dentro de esa región, Mariupol es un enclave de los batallones ucronazis y en particular del Batallón Azov, que allí tiene hasta hoy uno de sus espacios bajo su control.
Los hechos en el Hospital y Maternidad del Hospital de Mariupol ocurrieron el 9 de marzo, y fueron presentados por el gobierno de Ucrania como muestra de supuestos crímenes de guerra de las fuerzas armadas rusas.
Sin embargo, numerosos testimonios desmienten tal versión: No hubo bombardeo aéreo, y sí bombardeo terrestre en una zona controlada por las tropas ucronazis del Ejército ucraniano y el Batallón Azov.
En este vídeo, Marianna Vyshemirskaya, expone su testimonio de los hechos:
En lo central, Marianna afirma varias cosas significativas de señalar:
– No hubo ataque aéreo alguno, ninguna de las personas presentes escuchó ruido de los aviones. Sí, hubo un proyectil y bombazos en el recinto.
– Marianna confirma que el ejército ucraniano usó el hospital de maternidad para sus propios fines militares, y también les quitó la comida a las mujeres en trabajo de parto. “El ejército ucraniano no hizo nada para ayudar. Un día vinieron y pidieron comida. Dijimos que era para embarazadas, pero se llevaron todo. Dijeron, “cocina un poco más”.
– Otro detalle importante que menciona son los reporteros que, inmediatamente después de la explosión, se encontraban en la puerta de la maternidad.
– Marianne dijo que filmaron a las personas en contra de su voluntad, entre los periodistas se encontraban los que trabajan para la agencia de noticias estadounidense Associated Press.
A continuación, una transcripción de parte de su relato:
«Me llamo Marianna Vyshemirskaya, antes vivía en la ciudad de Makiivka, Donetsk, luego en 2020 me casé y viví con mi marido en Mariupol. Cuando empezó la guerra, la gente pensaba que nada sería tan terrible y que sobreviviríamos a esto. Pero cuando la escala comenzó a crecer, la gente empezó a sentir pánico, pero ya era imposible salir. No se permitía a la gente salir. La mujer de un amigo de mi marido trató de salir, y explotó en una mina cerca de Zaporozhye.
El 2 de marzo nos cortaron el agua, la electricidad y el 6 de marzo decidimos que tenía que ir al hospital de maternidad, ya que estaba embarazada y el parto estaba a punto de empezar. Fuimos al hospital de maternidad número 3 y allí me aceptaron. Era el hospital de maternidad más moderno, pero luego vinieron los militares y dijeron que teníamos que mudarnos «porque los militares vendrán aquí, ya que hay paneles solares». Nos trasladaron a la única maternidad pequeña que quedaba. Los maridos de las parturientas y las embarazadas se instalaron en el sótano y nos cocinaron la comida en la calle.
Los residentes de las casas vecinas sacaban comida para ellas, lo que no ayudaba en absoluto. Un día vinieron los militares y eligieron nuestra comida. Dijeron que no habían comido nada en cinco días. El día 9, oímos explotar un proyectil y luego otro. El vidrio cayó y me lastimó la cara.
Nos bajaron al sótano, pero después de 15 minutos empezaron a sacarnos, ya que no hubo más explosiones. No hubo ningún ataque aéreo ni antes ni después. Fui la última en salir y me paré a mirar alrededor. Un hombre con ropa militar me sacó fotos.
Le pedí que no lo hiciera. Mi marido vio a este hombre y dijo que era un corresponsal de Associated Press. La mujer que llevaban en camilla no era yo. Era otra mujer. Ella murió. Estuvimos unos minutos en el sótano, pero los corresponsales ya estaban allí y nos sacaron fotos. Al día siguiente volvieron a venir y me pidieron que les contara cómo había sido. Se los conté. Preguntaron si hubo un ataque aéreo. Dije que no había habido ningún ataque aéreo, y que nadie lo había visto.
Ahora, con una condición de salud mejorada, miré las noticias. Hay muchas cosas publicadas, pero las entrevistas que dí no fueron difundidas«.
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