Deambulan en tatuajes y banderas, rayados callejeros y fotos de portada para el feisbuk. Los cantan las barras del fútbol y en las fogatas de playa. Son un sentir y una pasión, que cruzó el charco y los Andes. la Vela, vamos, vive en el corazón.

Por Migue Fauré Polloni

#ROCK_DeFrente

Lollapalooza hoy en Chile parece un evento pop y nada más. La Vela allí les devuelve ese origen alternativo, a mano y con bronca. Este domingo 31 de marzo el eco de rock barrial e insumiso se toma el festival.

Siempre se han considerado «obreros de la música», construyendo su peso en la escena montevideana a punta de toques en la calle (sí, pidiendo alargadores a los vecinos) y en pequeños locales under.

La Vela es un fenómeno que combina el amor de las masas y la mística que nace del barr(i)o. Benditos por ser rioplatenses, magos al momento de generar íconos cuasi místicos desde el suburbio, allí les vemos desdoblados entre teatros repletos y el espíritu contracultural

El año ’98, Gustavo Santaolalla escucha por teléfono una cinta mal grabada de estos gurises y se produce el link con fibras del cuore que dan origen a los milagros. El parto de la Vela es inminente.

Son imprescindibles para el rock en español. Felices quienes van a corear sus voces en el Lolla. Los mortales restantes a oír Destilar, su última placa (ver nota en DeFrente). Ellos seguirán inspirando nuestras oraciones al dios terrenal vestido de viejo borracho. Zafaremos.

La Vela Puerca en De Frente:

LA VELA PUERCA/ “Destilar”: La sabiduría sucia que dan los años

La Vela Puerca regresa a Chile y es parte de Lollapalooza

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