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La meritocracia es una ideología que nos impone la clase dominante

Por Marcos Muñoz R.

#DeFrente

 

 

La meritocracia es una ideología que impone la clase dominante para legitimar sus privilegios y las desigualdades generadas en democracia. En las sociedades neoliberales, donde hay muy poca gente con mucho dinero que se asume meritocrática se difunde por todos los medios esa ideología, para ocultar sus privilegios de clase. La meritocracia es una ideología dominante impuesta a la sociedad subalterna (clases medias y bajas), para dividirla mediante la competencia y el rankeo, transformando derechos colectivos como la educación y salud pública en mercancías, en privilegios, premios, becas o beneficios.

 

Bajo este mismo principio meritocrático se impone la falsa idea de la competencia de todos contra todos. Pero ¿qué mérito tiene para las elites competir – y medirse en un rankeo (SIMCE, PSU, etc.) –cuando saben de antemano que van a ganar? No hay mérito alguno, solo se evidencia el mecanismo de reproducción de su clase que consisten en mantener la ilusión de la competencia legítima, con el fin de fragmentar a la sociedad no elitaria bajo la lógica del mérito, el rankeo y copago.  

 

En sociedades tradicionales (feudales-coloniales), donde eran legítimos los privilegios heredados por linaje, la desigualdad era soportable, pues no había alternativa a la cuna, sólo los hijos de la elite accedían a la educación, hasta que las revoluciones políticas y procesos de descolonización, abrieron los estados postcoloniales y la iglesia a la educación del pueblo, pero nuevamente para disciplinarlo y hacerlo funcional a sus intereses de clase.

 

La clase dominante es una elite o minoría que se impone a la mayoría (demos) para someterlas en la ilusión de que todos pueden gobernar, o escalar socialmente. No hemos podido independizarnos de la oligarquía y su colonialismo interno que mercadea con nuestros derechos imponiendo la trampa de una competencia donde solo ellos ganan. La reproducción es un hecho sistemático que cohesiona a la clase dominante y la hace triunfar, pues fragmenta a las clases subalternas, desplazando la lucha de clases a una contienda entre individuos aspiracionales por los recursos y posiciones sociales del capitalismo, es un aparato descolectivizador fundamental para el triunfo de la elite.

 

La educación pública, privada subvencionada por el estado y privada están completamente subsumidas a este modelo, pues reproducen los privilegios y acentúan las desigualdades. Por ello urge retornar el proyecto histórico de la educación popular, antipatriarcal y descolonizadora, una lucha que entendió que el fin último de la educación es la emancipación social, y que iniciaron las y los luchadores sociales de Nuestra América hace más de un siglo.    

 

Comentarios (1)

  • Yo

    La mediocridacracia, un deportista para que entrena, un estudiante para que estudia, para los que aún no nacían desde una escuela o liceo público existía la posibilidad de desarrollarse seleccionando más que por inteligencia o dinero de los padres por esfuerzo. También existían valores. Cuando veo el instituto Nacional donde egresaron muchos líderes de este país y al que podían ingresar transversalmente desde cualquier estrato social es un claro ejemplo que el fin a la meritocracia sepulta la posibilidad de quien por esfuerzo pueda superar su condición social original.
    Al leer este texto me pregunto que interés persigue la mediocridacracia así como la facilitación de drogas si no es tener un pueblo más sometido e ignorante.

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