
«La historia de Qatar y la Copa Mundial» por Miguel Silva
Por: Miguel Silva
Qatar lejos de ser una reliquia antigua, como los otros Estados árabes «atrasados» del Golfo, fue creado por el Imperio Británico. Sus formas de gobierno conservadoras y autoritarias se deben principalmente a su integración en un sistema económico mundial dominado por Occidente.
Esa integración es en sí misma un legado del Imperio Británico y su poder en India (1).
A principios del siglo XIX, Gran Bretaña se negó a pagar a las tribus árabes del Golfo Pérsico para que permitieran el paso de sus barcos hacia la India. Las tribus árabes se negaron a aceptarlo y como venganza, el Imperio destruyó los barcos de esas tribus y obligó a otros líderes árabes a firmar un acuerdo «antipiratería» que permitiría a los barcos británicos transportar lo que querían.
Acto seguido, firmó acuerdos para repartir trozos de tierra a varios gobernantes árabes que aceptaron el control británico. Qatar fue uno de aquellos.
Gran Bretaña ofreció la «protección» de la armada británica a los que aceptaron el trato y bombardeó y atacó a los puertos y ciudades de los que no firmaron. Esta agresión no solamente facilitó el saqueo de la India por parte de Gran Bretaña, sino también ayudó a proteger India de los ataques de otros imperios como Francia y el Imperio Otomano.
El posterior descubrimiento de petróleo -en 1940 en Qatar- hizo que el Golfo fuera aún más importante para Gran Bretaña. Controlar el petróleo no sólo significaba que Gran Bretaña podía beneficiarse de su venta, sino que también podía seguir siendo «importante» después del derrumbe de gran parte de su imperio.
Los tratados de Gran Bretaña con Qatar consisten en asegurarse de que permanezca estrechamente vinculado a las instituciones financieras de Londres, que son una importante fuente de inversión extranjera para los Estados del Golfo.
A su vez, esta conexión refuerza la posición de Gran Bretaña como centro de las finanzas mundiales. Sus instituciones financieras han dependido a veces incluso del Golfo para su sobrevivencia. La inversión de miles de millones de libras de la Autoridad de Inversiones de Qatar, y de un miembro de su familia gobernante Al Thani, salvó a Gran Bretaña de tener que rescatar al banco Barclays durante la crisis global de 2009.
Qatar ha tenido que intentar independizarse de sus mayores aliados y rivales, Arabia Saudí y los EAU, manteniendo un cierto equilibrio entre ellos y sus rivales. Así, por ejemplo, Qatar alberga una de las mayores bases militares de Estados Unidos en el extranjero y mantiene estrechos vínculos con el principal rival regional de Estados Unidos, Irán. Fue uno de los primeros Estados árabes en establecer vínculos con Israel, pero también apoya y financia al grupo de resistencia palestino Hamás.
Con ello se pretende obtener una ventaja política y un margen de maniobra.
La Copa Mundial
La Copa del Mundo no sólo se trata de crear una cara pública atractiva, sino también de fomentar el turismo y las inversiones extranjeras mientras el país intenta reducir su dependencia de los ingresos procedentes de los combustibles fósiles.
Y por supuesto, los imperios sacan su porcentaje. En 2018, el gobierno derechista de Gran Bretaña se jactó que las empresas británicas estaban «en buen camino de conseguir acuerdos para la Copa del Mundo por valor de 1.500 millones de libras».
Describía cómo el Departamento de Comercio Internacional «ya había ayudado a las empresas británicas a consegiuir 940 millones de libras en exportaciones relacionadas con la Copa del Mundo de Qatar y aspiraba a conseguir al menos otros 500 millones de libras antes de que comience la competición.»
Todo ello apunta a que el Mundial es mucho más que un ejemplo de «lavado deportivo». Es una parte sucia de un sistema sucio, con Gran Bretaña metida hasta las masas en la suciedad.
(1) https://socialistworker.co.uk/past-issues/2831-16-november-2022/