
La guerra económica contra Venezuela (Parte I)
Por Misión Verdad*/ La guerra no convencional (GNC) como doctrina política y militar del aparato de guerra estadounidense se enmarca en un conjunto de manuales que condensan la gran mayoría de sus aspectos operativos y funcionales.Sin embargo, son el contexto, las condiciones económicas, culturales y políticas del país-objetivo las que determinan y jerarquizan las operaciones y formas de despliegue del agresor.
Son guerras milimétricamente diseñadas no por el manual en sí mismo, sino por cómo las características generales de esa doctrina permiten a los actores de la guerra no convencional adaptarse rápidamente a cualquier condición y/o escenario del país bajo situación de asedio. Los manuales de GNC, sus fases y marco operativo, son básicamente una cartografía general de un conjunto de acciones específicas para consagrar un objetivo, que no es otro que el cambio de régimen (como Ucrania en 2014 o las primaveras árabes en Medio Oriente a partir de 2011), o la sumisión de un país a un estado de violencia ilimitada para apropiarse de sus recursos naturales (como Libia y Siria).
Uno de sus principales ejes está especificado en el manual TC-1801 de GNC de las Fuerzas Especiales del Pentágono de EE.UU: “Las intenciones en los esfuerzos de guerra no convencional de los Estados Unidos buscan explotar las vulnerabilidades políticas, militares, económicas y psicológicas de un poder hostil, mediante el desarrollo y el sostenimiento de fuerzas de resistencia que cumplan con los objetivos estratégicos de los Estados Unidos”.
En tal sentido, las condiciones rentísticas, monoproductoras y de intermediación especulativa entre el capital extranjero y el local, en menoscabo de la producción interna, que componen el tejido económico y financiero de Venezuela, ponen de relieve un conjunto de puntos débiles, sobre todo en lo económico, que han sido atacados, precisamente por ser los más vulnerables.
El ataque a la moneda, la creación de una divisa paralela, la consolidación de una sofisticada estrategia de cerco financiero y el sabotaje a la distribución de productos básicos, parten de esos puntos débiles, debido al todavía carácter dependiente de las importaciones de la economía venezolana y la repercusión del comportamiento del dólar en el desenvolvimiento del mercado interno y externo.
El daño a la economía del país es similar al bombardeo de instalaciones petroleras (como efectivamente ocurrió en Irak, Siria y Libia, para socavar las bases de apoyo de sus legítimos gobiernos). No de forma frontal, convencional y tradicional, sino a través de aproximaciones indirectas, encubiertas y colaterales, la afectación de la economía, como principio ordenador de la vida cotidiana de la población, se mantiene como objetivo, aunque se hayan tecnificado más las formas de ejecución de los ataques.
Circunscribiéndolo al caso venezolano, bastó con manipular el mercado energético para diezmar el principal ingreso del país y manipular, igualmente, el riesgo-país (parte fundamental de la estrategia de bloqueo financiero) para acrecentar las dificultades. Según el informe financiero de PDVSA del año 2016, el país dejó de percibir 60,6% de sus ingresos petroleros en comparación con el año 2015, además, producto de manipulaciones financieras que analizaremos más adelante, se reducen las posibilidades de Venezuela, de adquirir recursos financieros internacionales.
La GNC condensa varias dimensiones que la describen como instrumento y doctrina para la intervención política, económica y financiera en la vida de naciones soberanas. Afectar sustancialmente la economía específicamente es sinónimo de violentar y socavar las rutinas básicas de la población. La no convencionalidad de este tipo específico de guerra rebasa cualquier marco jurídico que pueda regularla, dejando a los Estados y poblaciones desprovistas de instrumentos en las organizaciones internacionales -regionales y mundiales-, para su contención en lo interno.
La investigadora Sharmine Narwani, sobre la base de este manual y otros también analizados por Misión Verdad, elabora una pirámide de operaciones que muestra las fases de la GNC desde sus preparativos, pasando por la generación de condiciones intermedias hasta su conflagración final mediante la creación de fuerzas de resistencia o jerarquías paralelas, asistidas propagandística, militar y políticamente por Estados Unidos.
La base de la pirámide, es decir, el factor neurálgico que permite que el resto de las operaciones se desarrollen, es la instalación de condiciones políticas y domésticas que generen insatisfacción en la población, donde se desplegarán acciones de sabotaje interno y externo para profundizarlas y luego trasladar sus causas y consecuencias en el terreno de la realidad al gobierno, mediante una propaganda diseñada para tal fin. Si la base de la pirámide falla, todo lo que se sitúa por encima de ella también. Que la GNC sea exitosa depende de que el pilar del sabotaje económico (bloqueo financiero, disminución de la producción, afectación del sistema de distribución y precios, ataque a la moneda, etc.) se mantenga y prolongue mientras los demás factores progresan hacia los objetivos estratégicos de Estados Unidos: destituir al chavismo del poder, vaciar el sostenido apoyo del pueblo a la dirigencia en funciones y moldear el país según el diseño del gran capital global.
Existe también un desarrollo teórico; la investigadora Mary Kaldor en su texto Las nuevas guerras, establece los fines y objetivos estratégicos de las guerras no convencionales en su variante económica: desmantelar la infraestructura de
la economía nacional e imponer una dinámica de violencia cotidiana que es funcional tanto a la globalización neoliberal como a las economías ilegales, y aún más funcionales al capital extranjero. Este fundamento, sumado a la pirámide anteriormente presentada, compone la estructura operativa de las acciones de guerra no convencional en la producción, las finanzas y el consumo. De aquí en adelante precisaremos sus actores más preponderantes y las estrategias utilizadas.
*Texto extraído de «Radiografía de un asedio«.