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La centralidad de la Economía en tiempos de crisis y pandemia del Coronavirus

Está todo bien con la idea de que la vida humana debe estar en el centro de las preocupaciones y nadie con un mínimo de humanidad podría rechazarla en función de otras consideraciones, cosa que debiera valer para siempre y cualquier momento, y por cierto también para un momento de crisis general como la actual. Pero hay algo de erróneo en esa simplificación que reduce aquello a un «lo que vale es la salud y por tanto el confinamiento y aislamiento social, no la economía». De hecho, eso es muestra de lo colonizadas que tenemos nuestras cabezas con el pensamiento ultracapitalista y neoliberal que domina la escena hace ya un buen tiempo.

 

Lo que estamos viviendo como Humanidad es una crisis planetaria general, que si bien ha tenido un factor de inicio en una pandemia provocada por un virus y por tanto en una emergencia sanitaria, va mucho más allá de ella, y tiene en la cuestión económica una dimensión central. Es, como lo vienen señalando prácticamente todos los analistas y centros intelectuales atentos, y con todas sus letras, una nueva crisis capitalista de proporciones que aún no se pueden ponderar a cabalidad, pero que pareciera ser de una magnitud analogable a la de 1929. Tal crisis económica, unida a un cambio geopolítico de también enormes proporciones, ha tenido un factor catalizador o detonante en aquella situación pandémica, pero va más allá de ella y seguramente se prolongará mucho tiempo más allá de cuando se resuelva la emergencia sanitaria.

 

Y volvamos algunos pasos atrás. La idea de «economía» desde siempre ha dicho relación con la producción de lo necesario para satisfacer las necesidad de la vida humana, su distribución e intercambio. Es decir el sentido de lo «económico» apunta a la sostenibilidad de la vida humana, y de hecho el vocablo proviene del griego donde «eco» viene de «oikos» que significa «casa» («administración de la casa», «normas de la casa») [1].

 

Pero en este mundo donde todo está al revés, lleno de pensamientos «invertidos» e ideas «enajenadas» donde todo se nos parece como ajeno y lejano [2], la ideología dominante nos ha metido en la cabeza la idea de que «la economía» dice relación antes que todo con las cifras e índices macroeconómicos, con los grandes capitales concentrados y transnacionales y otras variables que al menos en un principio no están directamente relacionadas con la vida humana y sus sustentos más elementales.

 

Tal cosa no es casual ni sólo «ideológica» o de «imaginarios» o «relatos», por cierto: Dice relación con una organización económica (y social y política junto a ello) donde el Capital está por sobre todo lo demás, por sobre el ser humano y también sobre lo que nos «rodea» desde siempre, eso que genéricamente hemos llamado como «naturaleza» o que con nuestra creciente intervención en ella ha venido a denominarse como «medio ambiente», por lo que muy paradojalmente la idea dominante (capitalista) de «economía» ha rechazado incorporar a sus preopupaciones también a la «ecología».

 

Retomando lo del inicio y mezclando las cosas dichas anteriormente. Claro que hay que nuestra atención prioritaria debe estar también en la economía, pues de hecho, es probable que hayan más vidas humanas en peligro por el tipo de organización económica que tenemos, que por la pandemia viral y la emergencia sanitaria.

 

O dicho de otro modo y en resumido, y no se está diciendo aquí ningún gran descubrimiento con ello, es cosa de mirar el escenario global que está abriéndose paso y los análisis de los principales y más centrales actores y anailstas del mundo en que vivimos: La crisis económica capitalista que está forjándose a propósito de la emergencia sanitaria y pandémica, seguramente cobrará más vidas, y amenaza con más daños y sufrimientos humanos, que la que produce el virus aquél. Y si es cierta la comparación con la crisis desatada en 1929, no está de más, ni peca de exageración, recordar la cadena de sucesos que aquella desencadenó.

 

Por todo eso, y porque la vida y la humanidad debieran estar en el centro, el problema es centralmente la economía, y sin duda, el Capitalismo.

 

Por: Héctor Testa Ferreira.

 

Referencias:

[1] «Economía» proviene del latín «oeconomia», y este del griego oikonomía ‘dirección o administración de una casa’, derivado de oikonomós ‘administrador’, ‘intendente’, formado de oîkos, ‘casa’, y nomós ‘reglas, leyes’, ‘administración’.

[2] Esto no es más que replicar la crítica marxista a la «ideología» entendida como una forma de representarnos la realidad de manera distorsionada, ajena, e «invertida».

 

* La imagen es de un grafiti en Chicago, Estados Unidos.

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