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La cartografía como poder: el caso del Mapamundi y las proyecciones de Mapas del Mundo

El llevar una superficie esférica a una representación en una superficie plana, implica de por sí el hacer una distorsión, una «proyección». Para la cartografía del planeta tierra, se han elaborado más de 400 proyecciones, que implica el tomar opciones en cuanto a qué y cómo llevar a cabo esa distorsión. Pero más allá de el detalle de un recuento exhaustivo de ese largo listado, las características del más usado, dan cuenta de algo más que una opción casual.

El Mapamundi más utilizado es el mapa o proyección «Mercator». En él, en un principio, la distorsión escogida implica una ampliación o sobredimensión de los territorios ubicados más cerca de los polos, y una reducción o subdimensión de los que se ubican más cerca de la línea del Ecuador. Tal opción subdimensiona especialmente a África, Sudamérica, y Australia. Y sobredimensiona enormemente sobretodo a Canadá, Groenlandia, Rusia, pero también, a Estados Unidos, Europa, y los territorios más norteños.

Esto último, ocurre con una operación conjunta a la anterior: En una parte muy significativa de los mapas que reproducen la proyección Mercator, se omite la Antártica. Ya sea por ser un continente prácticamente deshabitado y poco explorado, por no estar aún explotado, por ser un gigante continente sin soberanías estatales consolidadas y un estatus particular definido en el Tratado Antártico, su territorio de 17 mil kilómetros cuadrados simplemente se omite. En el Polo Norte no hay un continente como la Antártica, pero un espacio de tierra muy cercano al polo, como es Groenlandia, aparece de unas dimensiones enormes, casi del tamaño de África, cuando la relación es radicalmente distinta: 30 millones de kilómetros cuadrados para el «continente negro», versus algo más de 2 del país declarado como «Región Autónoma» del Reino de Dinamarca. En un Mundo en un momento histórico de encrucijada por conservar un mínimo equilibrio ecosistémico, la importancia planetaria de la Antártica parecería recomendar el al menos representarla dentro de los mapas.

En cuanto a la orientación, algo obvio: en el universo no hay un «arriba y abajo» definido de antemano, y tal cosa depende de la ubicación de quien observa. Por tanto, la representación de esa realidad podría ser más libre, sin tener por qué estar siempre el Norte «arriba», y el Sur, «abajo». Tal cosa, además, tiene una relación con nuestras concepciones de que quien está arriba es dominante, y quien está abajo, dominado.

Además, la proyección Mercator pone a Europa en el centro, y no es casual: fue realizada por Gerardus Mercator, un cartógrafo, geógrafo, y matemático nacido en Flandes (actual Bélgica).

Para corregir dichas situaciones, es que surgió la «proyección» o Mapa Peters, que procura representar los distintos territorios manteniendo la proporción de los distintos territorios (como la imagen que encabeza esta nota). Esto implica también una distorsión, pero al menos es una que representa a los distintos territorios en una medida proporcional a su real extensión.

Poner de relieve todas estas consideraciones no cambiará de por sí el Mundo ni las representaciones dominantes, pero sí nos contribuye a proponer y difundir otras formas de verlo, partiendo por algo tan elemental como la imagen del Planeta que tenemos, representada entre otras cosas, en los mapas. En los textos educativos, en las imagenes que ocupamos para innumerables usos, deberíamos diversificar las proyecciones o mapas utilizados, y por cierto, extender el del Mapa Peters.

Por: Héctor Testa Ferreira.


Mapa de Google, a partir de la «Proyección Mercator», con datos de la pandemia del Coronavirus, actualizado al 22 de abril del 2020.


 

Compartimos aquí algunos videos y enlaces para complementar todo esto.

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