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Juan Pailahueque y el legado de los Winkler

 

El 13 de noviembre de 1916 fue asesinado el cacique Juan Pailahueque a manos del colono Edmundo Winkler Raddatz.
El hecho ocurrió cuando este último pretendiendo extender los márgenes de su fundo Villa Alegre, corrió cercos y comenzó un litigio contra Pailahueque en 1914. Producto de ello el jefe indígena había visitado muchas veces los diarios, señalando que se lo quería expulsar de sus tierras y que se iba a desatar un conflicto. Como Winkler no contaba con la documentación necesaria para comprobar que efectivamente aquellos terrenos le pertenecían a él y no al fisco, comenzó con la táctica de ejercer esta soberanía ficticia sobre el terreno, construyendo viviendas para inquilinos en las colindantes tierras de Pailahueque, haciendo pasar a la comunidad huilliche allí residente como inquilinos de su fundo.

Como la presión venía desde hacía años, siendo esos terrenos codiciados sobre todo después de la llegada del ferrocarril a Puerto Montt en 1911, ese fatal 13 de noviembre sólo fue la explosión final de una larga lista de hostigamientos desarrollados por los alemanes en la zona. Según el relato del hijo del cacique, José Antonio Pailahueque, ese día llegaron a las tierras de Pailahueque, Edmundo Winkler en compañía de cuñado Guillermo Held Schonherr, Carlos Hechenleitner (administrador del fundo)  y un número indeterminado de “mozos”…, veníanse a construir su edificio en nuestras posesiones y como estos creyeronse interrumpidos por mi padre y que él debía prohibirles esos trabajos veníanse armados todos estos con sus respectivos revólveres directos a quitarnos nuestras vidas, viéndose perdidos ellos de todos sus proyectos entonces el alemán Edmundo Winkler le disparó a mi padre en el corazón dos balazos de pistolas y a mi hermano Pascual Pailahueque cinco balazos en las extremidades. El hermano mío herido como estaba tomó una escopeta que tenía en su pieza y le disparó un tiro de municiones dándole algunas sin daño grave en las extremidades…”
siguiendo el relato de Pailahueque hijo, tras asesinar a su padre, Winkler es herido por su hermano Pascual tras lo cual, «vino otro alemán Guillermo Held a balearnos en general hiriendo hacia otro indígena de gravedad que no se sabe si vive o muere de estas reyertas vinieronse un grupo como de treinta alemanes a concluirnos haciendo miles de inequidades no solo en nuestros hogares votaban nuestros ranchos sino también baleándonos a todos y a otros vecinos de nuestra raza indígena y tomando individualmente a unos diez indígenas presos por sus propias fuerzas y caprichos para asesinarlos y de esta forma despojarlos de sus suelos…”

La prensa oficial desde luego fue enfática en su apoyo al “señor” Winkler, señalando que éste, “fue acogido en medio de insultos por parte de un indígena llamado Juan Pailahueque y su familia, con quienes el señor Winkler ha venido sosteniendo un largo y molesto juicio sobre el dominio de esas tierras. El señor Winkler habíase desmontado cuando del interior de la casa de Pailahueque rompió una descarga de escopetas y revólveres, al mismo tiempo que una partida de 20 o más indígenas, premunidos de distintas armas, aparecía amenazante”. La familia de Pailahueque jamás tuvo armas de fuego, y escasamente los huilliches las tenían.
Mientras los mapuche fueron a para a la cárcel, el trato a Winkler fue muy distinto. Desde luego no fue a parar a la cárcel en vista de sus influencias con las autoridades locales, judiciales y policiales. El sumario fue llevado adelante por un amigo de Winkler, el juez de Frutillar Fernando Hechenleiter, mientras recibía el apoyo de la familia Stange desde el municipio de Puerto Montt.
En defensa de los mapuche actuó la Sociedad Indígena Caupolicán liderada por Manuel Manquilef. A pesar del revuelo que tuvo el caso y de la causa justa levantada por los huilliches, la ley del más fuerte prevaleció como en la mayoría de los casos, y Winkler pudo pronto construir sus casas para inquilinos en tierras de Pailahueque.

Díez años después, un 13 de abril de 1926, los primos de Edmundo iniciaron los hostigamientos para desalojar a familias huilliches y de campesinos pobres de las que supuestamente eran «sus» tierras en el fundo Cancha Rayada. En la ocasión, una tropa de 50 carabineros y huasos armados comendados por Alfonso Winkler Raddatz (1896-1972) irrumpieron en la comunidad, quemando casas, encerrando animales y asesinando al joven labrador Eduardo Parada. Aquella vez, 34 familias -huilliches y chilenas- fueron puestas en el camino al frío de la intemperie. Como forma de justificar dicho asesinato, los criminales liderados por Winkler mandaron a la cárcel a varios campesinos como supuestos autores de asalto a carabineros.
Así se apoderaron de las tierras huilliches los Winkler haciéndose de grandes extensiones, comprando a las «honorables» autoridades locales que ejercían las leyes de la «república», violentando de diversas formas a las reducciones huilliches que intentaban pervivir a la supuesta llegada de la civilización.

Durante la Reforma Agraria, los Winkler fueron desde luego férreos opositores a la Unidad Popular. Varios de sus fundos fueron tomados, manteniéndose en la memoria la forma fraudulenta en éstos se habían hecho de las tierras. Mientras moría el despiadado Alfonso Winkler y ya le quedaba poco a Edmundo (falleció en 1974), las tierras a cargo de Renate y su hermano Heriberto Winkler eran tomadas una y otra vez por los campesinos movilizados. Llegado la Dictadura Militar, éstas fueron repuestas a los señores Winkler.

No hace mucho, y en una muestra simbólica de la predominancia en el poder local de esta familia, Piñera nombró a Eduardo Winkler Hechenleitner, como Secretario Regional Ministerial de Agricultura de la Región de Los Lagos.

En la imagen: Edmundo Winkler y su esposa; caciques esperando audiencia en la plaza de Osorno.

Comentarios (1)

  • Vera

    Gracias por darme la oportunidad de leer esto y conocer un poco más de los huilliches y su luchadora vida
    Mi desprecio a los Winkler y los otros alemanes que vinieron a Chile para hacer maldades solamente
    Y mi desprecio a piñera y sus múltiples negocios

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