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III Encuentro Regional Sudamericano de la Economía de los Trabajadores en Santiago de Chile

Por Rafael Enciso

 

 

Los días 1, 2 y 3 de noviembre se reunió en Santiago de Chile, el III Encuentro Regional Sudamericano La Economía de los Trabajadores. Me correspondió el honor de asistir por Colombia en representación de ÚNETE, para intercambiar experiencias e informar sobre el estado actual de la implementación de los Acuerdos de Paz firmados en 2016 entre el Gobierno Nacional y las FARC, y el enorme riesgo de que el proceso de paz fracase, con enormes repercusiones negativas para América Latina y el mundo.

 

Los convocantes y más de 700 participantes, fueron miembros de organizaciones sociales populares y trabajadores de empresas auto-gestionadas, que hacen parte de un movimiento que surgió en América Latina, pero en particular en Argentina, en medio de la más profunda crisis del capitalismo desde el año 2001 en adelante, para luego extenderse hasta ahora a 25 países del mundo, en Centro y Norte América, Europa, Asia y África.

 

Son empresas sin patronos. Centenares, fueron empresas capitalistas que quebraron por diversos motivos, recuperadas y puestas en funcionamiento por sus trabajadores en las más difíciles circunstancias, con el loable propósito de preservar sus puestos de trabajo y asegurar los ingresos necesarios para mantener a sus familias. En muchos casos, los trabajadores libraron estas luchas organizados en sindicatos, con apoyo de otras organizaciones populares. Luego se organizaron en cooperativas u otras entidades de economía solidaria, para poner las empresas en funcionamiento y realizar la producción y gestión empresarial, afrontando todas las dificultades propias de un mercado monopolizado y de una sociedad controlada por las personificaciones del capital, en donde es evidente que las instituciones estatales, político – jurídicas, económicas, sociales y culturales, son adversas a los trabajadores y los pueblos.

 

Han recibido el apoyo de académicos y profesionales con formación humanista, solidaria y clasista. Luego de varios años de resistencia contra el neoliberalismo, en muchos casos, los trabajadores, combinando la resistencia social y la lucha jurídica, así como el aprendizaje en formación de valores y ética comunitaria, autogestión y aspectos técnicos de los procesos de producción y prestación de servicios, han logrado la propiedad de los terrenos, galpones y edificios, maquinarias y equipos. En sentencias judiciales, Las propiedades han sido entregadas a los trabajadores organizados en cooperativas, en pago por los pasivos laborales y perjuicios causados a los trabajadores y sus familias por las acciones arbitrarias, ilegales y en veces criminales de sus antiguos propietarios.

 

Las experiencias y conocimientos acumulados en las empresas auto-gestionadas por sus trabajadores, en los más diversos aspectos, fueron motivo de análisis colectivos en 4 Ejes Temáticos, sesiones plenarias y diversas mesas de trabajo. Los trabajadores colombianos, los sindicatos y organizaciones afiliadas a ÚNETE, deben vincularse a este movimiento para aportar su enorme capacidad de lucha y resistencia; para dar y recibir solidaridad, amistad, apoyo mutuo; para estudiar y aprender de estas experiencias y vincularlas al proceso de conformación de su Asociación Mutual, cuyos estatutos están en proceso de elaboración y que debe ser un objetivo central a lograr por nuestra federación para el año 2019.

 

 

Se puede ampliar información en: https://laeconomiadelostrabajadores.wordpress.com/

 

 

En el Encuentro también participaron activamente, otras organizaciones de trabajadores, tales como cooperativas, sindicatos, organizaciones de vivienda, comunitarias, comunicacionales, culturales, bibliotecas populares.

 

Se realizó una reunión de editoriales al servicio de los pueblos, para buscar formas de cooperación e intercambio, en la cual participaron Ediciones desde abajo de Colombia, Quimantú de Chile, y la Biblioteca La Economía de los Trabajadores de Argentina.

 

Ediciones desde abajo realizó una exhibición de algunos de sus títulos, que no se vendieron, sino que al final del evento, fueron donados en su totalidad a la Federación de Cooperativas de Trabajo, TRASOL, como ayuda al fortalecimiento de su biblioteca y a la formación socio-política y cultural de sus integrantes.

 

El Encuentro se caracterizó por la excelente organización de los compañeros y compañeras chilenos, por la disciplina de trabajo, la fraternidad y la alegría que se expresaron en actividades deportivas, artísticas y culturales, que nos emocionaron sobremanera.

 

Es de destacar la nutrida participación de la juventud y las mujeres chilenas, que imprimieron su sello en todas las actividades, comisiones, análisis y conclusiones de este evento sudamericano, de extraordinaria importancia en la búsqueda de alternativas al sistema capitalista que padecemos.

 

El día anterior al Encuentro, – el 31 de octubre -, la Federación de Cooperativas de Trabajo (TRASOL), principal organizadora chilena del evento, ofreció en su sede, – una vieja casona abandonada y recuperada por autogestión de los miembros de las nueve cooperativas afiliadas -, un fraternal almuerzo de bienvenida a los delegados internacionales, que acudimos de varios países de Sudamérica: Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela, Colombia y Bolivia.

 

También participaron miembros del Comité Organizador del III Encuentro regional de Norte y Centroamérica, el cual se llevaría a cabo, con gran éxito, en Ciudad de México, los días 7, 8 y 9 de noviembre.

 

Con su ponencia, los delegados de México, hicieron un gran aporte a la comprensión del desarrollo del capitalismo global y sus contradicciones, entre las cuales se destacan una fuerte caída durante las últimas décadas en la inversión en capital productivo por parte de las empresas transnacionales, mientras por el contrario, se ha presentado un crecimiento acelerado de la inversión en capitales especulativos, por medio del cual asumen el control de las empresas ya existentes y aumentan sus ganancias, sin crear nuevos puestos de trabajo ni riqueza social alguna.

 

Otro aspecto clave, es el desarrollo de las tecnologías de punta, que hacen que, cada día más, el trabajo manual, tradicional en las líneas de producción, tienda a ser sustituido por el trabajo robotizado y por trabajo de tipo intelectual y científico. Esto plantea a escala mundial, la necesidad para los trabajadores, de re-capacitarse o actualizarse en conocimientos de avanzada: cibernética, nanotecnología, química, electrónica, tecnologías de información y comunicaciones, so pena de quedar desempleados. También, que las empresas en que trabajan se vuelvan obsoletas, paguen cada vez menores salarios en términos relativos o quiebren en medio de la competencia capitalista.

 

Esto va acompañado de la tendencia al incremento del desempleo, a la precarización del trabajo y a la represión contra los trabajadores, cuando estos se organizan y luchan por conservar o ampliar sus derechos laborales, sus derechos humanos, la libertad y la dignidad. Es lo que se ha aplicado en Chile desde 1973, con la dictadura militar fascista de Pinochet y los gobiernos que la sucedieron; y lo que se está desarrollando en los gobiernos de Macri en Argentina; de Duque en Colombia y lo que está promoviendo Bolsonaro en Brasil como política de su gobierno.

 

Este último, ex militar de tendencia fascista, se atrevió a decir en su campaña electoral que, durante la dictadura militar, el error que cometieron fue haber torturado y no matado, a los líderes sociales populares y de izquierda. Ya Bolsonaro anunció que el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), que es el mayor movimiento social de América Latina con más de 14 millones de miembros, será declarado ilegal, y que su Escuela Internacional, la escuela Florestán Fernández, que ha estado al servicio de los campesinos y trabajadores rurales de toda América Latina y el mundo, será cerrada. Los trabajadores tenemos el deber, la obligación y la necesidad de resistir y luchar incrementando la solidaridad en todos los niveles.

 

El MST es una organización campesina internacionalista y solidaria, que hace parte del movimiento mundial, Vía Campesina.

 

En Colombia, el proceso de paz está en riesgo de fracasar por el incumplimiento de los puntos esenciales de los acuerdos orientados a democratizar la sociedad; por el asesinato de líderes sociales en todo el país (más de 390 hasta octubre de 2018); por la incapacidad o falta de voluntad política del Estado para ejecutar políticas de desarrollo integral en los territorios antes controlados por las FARC, los cuales ahora son territorios en disputa por otros grupos insurgentes, bandas criminales y grupos paramilitares, en donde, en las actuales circunstancias, es poco menos que imposible, construir una economía al servicio de los trabajadores y las comunidades; por el sabotaje sistemático de las oligarquías: terratenientes, políticos y empresarios implicados en la violación de los derechos humanos y el despojo a campesinos y minorías éticas, indígenas y afro-descendientes, de más de 7 millones de hectáreas de tierra. Estas oligarquías, -apelando a la violencia y a falsos argumentos económicos y jurídicos-, se niegan a realizar una apertura democrática y a devolver las tierras a sus legítimos propietarios.

Comunicador Social para Revista De Frente. Sociólogo e Investigador. Diplomado en Intervención Comunitaria por la Universidad de Chile. Abogado en formación por la Universidad Alberto Hurtado.

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