TOP

«Hidrógeno verde: Negocio de alemanes con Boric para suplir el gas ruso»

«Hoy el partido verde alemán es parte de la coalición de gobierno alemán liderado por la socialdemocracia que también tiene su fundación en Chile, la Friedrich Ebert (fuertemente vinculada a la ex concertación y a Revolución Democrática) y o sorpresa, el Chile bajo el gobierno de Gabriel Boric rico en agua dulce, es uno de los países donde buscan obtener energía para suplir el fin del gas barato ruso.»

Por: Nicolás Romero

Un reciente artículo del periodista nortemericano Seymour Hersh donde explica cómo la CIA organizó un sofisticado plan para volar los gasoductos con los que Rusia suministraba gas a Europa, permite concluir que la guerra entre EEUU y Rusia en territorio ucraniano tiene como base una disputa económico por el control y suministro de energía, una verdadera «Guerra Energética». Consecuencia de esta disputa es el acelerado interés de alemanes y europeos por invertir en energías alternativas como el hidrógeno verde en Colombia y Chile, para así nuevamente, como ocurrió en la segunda guerra con la venta de cobre a EEUU, obtener energía barata a costa de la explotación de bienes comunes naturales, en este caso de la Patagonia.

Hidrógeno Verde y el imperialismo alemán

Álvaro García Linera, quien fuera vice presidente del Estado Plurinacional de Bolivia en un texto que lleva por nombre “Geopolítica de la Amazonía” (del 2012) alertaba sobre la acción en la Amazonía boliviana, de potencias extranjeras, que, bajo el alero de ONG y un supuesto discurso ambiental de protección de la amazonía, contaban con un gigantesco laboratorio gratis para la obtención de material genérico para la industria de la biotecnología”. Así, las guerras mundiales son nuevamente escenarios de disputa por el control de los bienes comunes y recursos de los países periféricos, ahora bajo una retórica ambientalista.

Hidrógeno Verde en Chile

En una columna del profesor Patricio Lillo, Jefe de Programa del Diplomado en Tecnologías del hidrógeno de Educación Profesional de Ingeniería UC, comentaba
«Para que sea verde el hidrógeno, exige dos requisitos: que se obtenga del agua y que en el proceso de transformación de la molécula, se use electricidad generada de recursos renovables (eólica, solar, etc.)», explica el docente.

La Universidad de Harvard publicó por estos días un caso de estudio sobre Chile y el hidrógeno verde, el que fue realizado por Tarun Khanna, la investigadora asociada Jenyfeer Martínez Buitrago (Centro de Investigación sobre América Latina); y Mariana Cal (Subdirectora de Investigación, Centro de Investigación sobre América Latina).

En el documento, los académicos describen cómo se conceptualizó la idea de llevar adelante la industria del hidrógeno verde en Chile y el desarrollo de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, que fue lanzada por el Gobierno en noviembre de 2020, y destacan que se califique al H2 verde como una tecnología con alto potencial para ayudar a mitigar el cambio climático.

Imperialismo verde

El documento “Propuesta Ciudadana de Energía para Magallanes”, fue realizado hace más de una década por la Mesa Ciudadana de Energía para Magallanes con el apoyo de la Fundación Heinrich Böll, la fundación del Partido Verde Alemán, es un fruto de un esfuerzo inédito en la región, que reunió a un grupo transversal de actores regionales para contribuir al desarrollo de una estrategia energética para la Región de Magallanes y la Antártica Chilena. El documento señala a modo de diagnóstico: «La región de Magallanes y Antártica chilena, posee una alta dependencia a los hidrocarburos provocando una importante huella de carbono. Ell modelo actual no puede sostenerse en el largo plazo y que la baja sostenida en la producción de gas y petróleo es una buena oportunidad para que la Patagonia se abra a diversificar la matriz energética con fuentes renovables no convencionales.»

Dicha iniciativa fue organizada por el equipo del entonces diputado Gabriel Boric, financiada por la fundación Heinrich Boll del partido verde alemán y uno de sus asistentes como consta en sus registros fue Luis Boric, “Vecino de Punta Arenas Ing. Civil Químico de la Universidad Católica de Valparaíso. Experiencia en producción, manejo y comercialización de hidrocarburos y combustibles derivados.”, quien además es el padre del actual presidente y un histórico militante democratacristiano vinculado a la industria de los hidrocarburos.

Hoy el partido verde alemán es parte de la coalición de gobierno alemán liderado por la socialdemocracia que también tiene su fundación en Chile, la Friedrich Ebert (, fuertemente vinculada a la ex concertación y a Revolución Democrática) y o sorpresa, el Chile bajo el gobierno de Gabriel Boric rico en agua dulce, uno de los países donde buscan obtener energía para suplir el fin del gas barato ruso.

Según la organización ambiental OLCA,  el del “Hidrógeno Verde”, aparte de provocar enormes daños al patrimonio natural del país, perjudicar gravemente a las comunidades y no significar beneficios para la población, tiene como mayor objetivo incrementar el lucro de corporaciones y sus accionistas, que especulan en bolsas de valores y esconden sus ganancias y transacciones en la opacidad de los paraísos fiscales.

Al operar en los llamados paraísos, refugios o guaridas fiscales, estas corporaciones se acogen a regulaciones fiscales y legales muy ventajosas por medio de las empresas que constituyen en esos lugares. Ventajas que les permiten ocultar información y obtener una variedad de exenciones tributarias que no tienen en los países de origen y/o donde desarrollan sus proyectos.

Un ejemplo de como se desarrollan estas oscuras operaciones se puede ver en el caso de Engie, que fue beneficiada por el gobierno chileno con un co-financiamiento de US$9.533.668 para su proyecto “HyEx – Producción Hidrógeno Verde” mientras estaba sometida en Europa a un juicio por evasión de impuestos. Una investigación de la Comisión Europea descubrió que Luxemburgo había permitido a empresas del grupo Engie evitar el pago de impuestos de casi todas sus ganancias durante varios años.

La propaganda corporativa presenta todo este negocio de manera aparatosamente “verde”, como si fuera una pintura milagrosa con la que tratan de maquillar cuanta actividad altamente contaminante y destructora del ambiente terráqueo o atmosférico les sea necesario: economía verde, minería verde, amoniaco verde, fundiciones metaleras verdes, aviación verde, etc. No por casualidad, las principales gestoras de fondos de inversión mundial que promueven esta explotación en Chile, tales como BlackRock, Capital Group y Vanguard Group son las mayores inversoras en las más grandes corporaciones globales de comunicación, las cuales a su vez tienen como cajas de resonancia local a las empresas corporativas criollas de comunicación masiva.

El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) registraba a comienzos deL 2022 457 proyectos de energía calificada como renovable: 316 parques solares; 65 parques eólicos, 74 hidroeléctricas y 2 termoeléctricas de biomasa. Esto sin contar los proyectos anexos para ampliaciones, líneas de alta tensión o subestaciones elevadoras que conectan con las redes nacionales de electricidad.

Según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), el 37% de los 129 conflictos socioambientales contemplados en su campo de acción corresponde a proyectos de energía. La mayor parte de estos casos son de energía renovable y se ubican en territorios del centro y sur del país. A estos eventos, el INDH añade las hidroeléctricas de la empresa estatal noruega Statkraft en el río Pilmaiquén y “Maqueo”, de SN Power (firma integrada por Statkraft y NordFund, también de Noruega).

A modo de conclusión, Chile es un país periférico sujeto a las disputas de las grandes potencias, que en este caso bajo la retórica de la lucha contra Rusia y el transito en la matriz energética para enfrentar el cambio climático, se ve obligado a seguir re primarizando su economía. De ahí que se debe analizar con ojo críticos los discursos de los denominados gobiernos progresistas como el encabezado por el presidente Boric en Chile, dado que los DDHH, el feminismo y el ambientalismo hoy también son lenguajes que utilizan las trasnacionales y los estados imperiales para viabilizar sus agendas en pleno calentamiento de la guerra energética.

Comparte tu opinión o comentario