
¿Glorias del Ejército? “La Fuerza Aérea, el Comando Conjunto y las violaciones a los DDHH”
Era septiembre del ’75 y la DINA capitalizaba el poder rápidamente, el” régimen militar” le otorgaba libres vías para que se desarrollaran las más condenables violaciones a los derechos humanos. La Dirección de Inteligencia de la Fuerza Aérea (DIFA), sostenía evidentes diferencias con la dirección y accionar de la DINA, el poder entregado por Pinochet a Manuel Contreras, “el mamo”, provocaba resquemores hasta en los altos oficiales de las Fuerzas Armadas.
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Por Gabriel Cardozo Silva
Actuaban libremente y su campo de acción era demasiado amplio, no había opción de revisar las prácticas o decisiones, su poder los hacía inescrutables. La DIFA mantenía ciertas rivalidades de fondo con la DINA, las rencillas databan desde fin de 1973, sus antiguas “diferencias” obedecían principalmente a la forma y las prácticas de represión que se efectuaban a los miembros del MIR.
Antes de la creación de la DIFA, el grupo de operaciones especiales del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA), práctico la violencia y la tortura principalmente a los militantes del Movimiento revolucionario que lideraba Miguel Enríquez.
La SIFA y la DIFA, el núcleo base
El grupo de operaciones especiales de la SIFA encargados de la represión política, funcionó en la Academia de Guerra Aérea (AGA). Las constantes diferencias entre la SIFA y la DINA, los llevaron a efectuar allanamientos simultáneos, donde se disputaban las detenciones de los más altos miembros del MIR, como perros disputando la presa, constantemente se confrontaron. Si algo los diferenció, es que principalmente en 1974, la SIFA no sostenía una política de desapariciones forzadas.
Posteriormente la SIFA daría paso a la DIFA y dependieron del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, no obstante, habitualmente recibían instrucciones de la misma Comandancia en Jefe. Dentro la organización interna que se dividía en dos áreas con siete secciones en cada una, contaban con dos de aquellas que se dedicadan a operaciones especiales. La DIFA contrató muchos profesionales civiles, los candidatos debían cumplir con el requisito de haber sido militantes de “extrema derecha o ser nacionalista”. Las secciones de operaciones especiales estaban compuestas además por funcionarios de Investigaciones, quienes venían desde el anterior período, donde fue el Servicio de Inteligencia (SIFA).
La DIFA y el giro al Partido Comunista
En 1974 el cambio de SIFA a DIFA no fue solo una letra, la dirección entrego nuevas directrices y había que enfocar el objetivo en otro “enemigo interno”, el Partido Comunista. El asesinato de Miguel Enríquez en San Miguel fue considerado un trofeo para la DINA, el MIR resintió la perdida, habían caído muchos.
La DIFA, continuó con sus ancestrales diferencias con la DINA y más cuando “Pinochet” informó en septiembre de ’75 a través de una orden escrita confidencial que fue entregada a las Comandancias en Jefe de las Fuerzas Armadas, donde dictaba la instrucción de que “todas las detenciones de personas que violaran el receso político, concernía directa y exclusivamente a la DINA”. A pesar de los argumentos legales a los que recurrió la DIFA para oponerse a la instrucción, la orden no fue cambiada. En ese entonces el grupo de operaciones especiales de la DIFA, decide no acatar la instrucción y continúa con las habituales prácticas de represión al Partido Comunista que venía efectuando luego de que se girara el foco de la represión. Las eternas disputas de poder entre la DIFA y la DINA escalaron hasta que la FACH decidiera retirar a los efectivos adscritos a la DINA.
El Rol de Carabineros y la DICAR
El Departamento de inteligencia de Carabineros estaba compuesto por oficiales con exclusividad a las labores de inteligencia. En el año 1973 y 1974, mantuvieron estrechas relaciones con la DINA, su relación fluía en las detenciones, donde todo militantes sospechoso era entregado y no era registrado en la nómina de detenidos. La estrechez del lazo se basaba en que Carabineros habían sido los primeros efectivos que se sumaron a la organización lideraba Manuel Contreras. Para 1975 la DICAR había roto ciertos lazos con la DINA y se acercó al grupo de la DIFA, sumándose a los que no adhirieron a la instrucción de “Pinochet” ante el evidente poder que concentraba la DINA.
Una exitosa operación en diciembre de 1975 acercó los lazos y en adelante las operaciones serían conjuntas. En evidente desacato, no se prosiguió con la entrega de los detenidos a la DINA, los militantes comunistas detenidos por la SIFA y el futuro Comando Conjunto sufrieron las más condenables violaciones a los derechos humanos.
El arribo de la SIN y la DINE y el denominado Comando Conjunto
El Cuartel de detención Almirante Silva Palma se encontraba en Valparaíso y fue utilizado como centro de detención y torturas en pleno período de creciente represión al MIR. El Servicio de Inteligencia Naval a fin del ’74 ejecutaba un plan para desarticular y destruir a núcleo de miristas que se encontraban en Valparaíso y Viña del Mar. La DINA, que también operaba en Valparaíso, efectuaba masivas detenciones y aplicaba detenciones forzadas, donde muchos de aquellos militantes y “sospechosos”, desaparecieron.
A fin de 1975 efectivos de la SIN terminaron por recalar en la estructura que lideraba con evidente poder la DIFA, dentro del mismo período, se sumarían efectivos del Servicio de Inteligencia del Ejército (DINE). El Ejército desde el inicio y antes del golpe, había incidido en la decisión de considerar “enemigos internos” a los partidos de izquierda. Adscribió a las operaciones y en 1975, el Partido Comunista sufre innumerables detenciones de sus militantes, incluidos los familiares, amigos y todos los que eran considerados sospechosos.
El horror, la tortura y las violaciones a los derechos humanos fueron los convivientes de todo aquel que fuera detenido o detenida.