
«Gaza y la Ofensiva Tet de Vietnam» por Miguel Silva
El Estado de Israel está humillado, conmocionado y asustado. Ha prometido cobrarse una sangrienta venganza por sus derrotas del pasado fin de semana. "Tenemos que romper los huesos del enemigo", decía un comentario en el periódico Israel Hayom el domingo. "Tenemos que ponerlo de rodillas hasta que nos suplique que paremos, golpearlo sin piedad y aporrearlo con saña". El Estado de Israel va a desconocer el derecho internacional e infligir un castigo colectivo a millones de palestinos en Gaza. El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, declaró el día domingo que la ocupación israelí "detendrá la llegada de electricidad, combustible y mercancías a Gaza". Y añadió: "Entramos a una guerra larga y agotadora". En 24 horas, la ONU informó de que los bombardeos y ataques aéreos israelíes habían provocado la salida de 123.540 palestinos de sus hogares en Gaza. El sufrimiento, los asesinatos y las masacres serán horribles. Todo el mundo debería levantarse contra ellos. Pero esa venganza no borrará lo conseguido. Podemos comparar la ofensiva del sábado pasado con la Ofensiva del Tet de enero de 1968 del Frente de Liberación Nacional vietnamita. Esa ofensiva humilló al gobierno norteamericano y a la maquinaria militar más poderosa del mundo. En la capital de Vietnam del Sur, Saigón, los combatientes de la liberación rompieron el cerco del recinto de la embajada estadounidense. Esto ocurrió también el sábado pasado, cuando los palestinos derribaron las cercas que los aprisionan y pisaron sus tierras confiscadas por Israel. La Ofensiva del Tet fue el momento en que el poder estadounidense quedó expuesto como falible. Al igual que el pasado fin de semana, probaron que los oprimidos son los sujetos de la historia, no sólo víctimas. La tormenta que se avecinaba era una gran sorpresa para Israel, y para los Estados Unidos en Vietnam. Los funcionarios israelíes desconocían los planes para el asalto combinado de cohetes e incursiones en el sur. La ofensiva de Tet fue, finalmente, un fracaso militar. Pero igual, fue el comienzo de la derrota de las fuerzas imperialistas. El criminal de guerra estadounidense Henry Kissinger dijo: "Nosotros libramos una guerra militar, nuestros adversarios libraron una guerra política. En el proceso perdimos de vista una de las máximas cardinales de la guerra de guerrillas: el guerrillero gana si no pierde". De Vietnam a Palestina, la resistencia al imperialismo puede vencer.