El actor que intrepretó a Merlí en la mundialmente famosa serie catalana, salió a expresar su opinión frente a la reciente derrota de Mauricio Macri ante el kirchnerismo. Orella posee fuertes vínculos con Argentina y ha dado numerosas entrevistas a medios alternativos.

En uno de ellos, «La Garganta Poderosa», compartió su parecer sobre las elecciones primarias a través de un breve texto titulado «Una lección de los Argentinos», que a continuación reproducimos:

El contundente mensaje que las urnas dieron desde Argentina no sólo viene a ponerle un límite al gobierno, sino también al neoliberalismo salvaje que impera en buena parte del mundo. La cara de Macri representa en esas elecciones a una derecha retrógrada y transnacional, tan hostil a los cambios verdaderos como a las conquistas de los sectores populares. Sus métodos pueden maquillarse, pero su objetivo no: sólo les interesa el poder, para que nada cambie.

Observar lo que padece el pueblo argentino da tristeza, pena e indignación. Cualquier presidente amerita un respeto cuando ha sido elegido democráticamente, pero eso no lo exime de las prácticas autoritarias que requiere el usufructo de las estructuras estatales al servicio de intereses mezquinos. Por eso lo sostienen las Fuerzas de Seguridad, los especuladores y los bancos.

Tal como se plasmó allí estos últimos años, ese modelo de concentración licúa el presupuesto educativo con el fin de redireccionar el dinero hacia objetivos más prosaicos. ¿O cómo explican las muertes de Sandra y Rubén? No las explican; no pueden decir que repudian la escuela pública, porque cuanta más ignorancia puedan sembrar, entonces tendrán mayor margen para manipular. Por suerte, la educación es más fuerte.

Ahora se sorprenden con los resultados electorales, que nos envalentonan para organizarnos, para movilizarnos en todas las calles y para concientizar a otros países sobre las peores injusticias que nos azotan como humanidad. ¡Los necesitamos, argentinos! Necesitamos un pueblo pensante para que la transformación sea sólida y profunda, no sostenida por las armas, sino por el trabajo de las hormigas que no triunfan por su tamaño, sino por su constancia.

No es fácil, lo sabemos, pero la unión hace a la fuerza y por eso sumo mi garganta a todas esas voces, para que también Víctor Jara los aturda con su alarido: “El pueblo unido jamás será vencido”. ¡A por ello, Argentina!