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«Fortalecer a la clase trabajadora y las asambleas territoriales para imponer un proceso constituyente». Por Miguel Silva

Por: Miguel Silva

Todos hemos escuchado los argumentos sobre el plebiscito de Abril estos días. Por un lado, que el «Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución» sólo pretende salvar la institucionalidad corrupta y que todo lo que surja de esta “Cocina Constituyente” debe ser rechazado sin malabarismos electorales.

Y por el otro, que el plebiscito representa una oportunidad para desinstalar la Constitución de los ‘80 y dar nuevas fuerzas al movimiento social popular para continuar la lucha que comenzó el 18 de Octubre.

El gobierno accedió a cambios en la Constitución bajo la presión del #Despertar. ¿Y por qué? Porque la viabilidad de su sistema depende de una estabilidad, una visión de país, compartida. Compartida, por lo menos, por la oposición política establecida.  Pero ellos sabían también (porque no son tontos), que mucha gente detesta a los políticos establecidos, entonces el camino de vuelta a la estabilidad tenía que oler a novedad.

A su vez  es un hecho que los vecinos quieren participar, y que van a participar. Frente a ese “hecho”, ¿Cómo podemos mejorar la organización territorial, aprovechando el escenario del plebiscito?

La opción sería organizar asambleas para discutir la votación y hablar de cómo vamos a seleccionar y votar por nuestros delegados en Octubre, porque el camino constituyente es largo y recién comienza.

Ahora bien, por lo general, a mi parecer, los que comienzan con el “no sirve para nada” son más radicales, más impacientes. Tienen en sus corazones la urgencia del fuego y saben, temen, que si no enfrentan a los malditos políticos (de todos los tipos) ellos van a restablecer su control.

Son dos tipos de conclusiones que nacen de esta fe. La primera es que sus acciones, sus actividades, son la acción directa de una minoría. Porque de hecho, son una minoría, muy activa, con fuego en los corazones, pero igual una minoría.

Y la segunda conclusión es que quedan algo separados, independientes, de la mayoría de los cuatros millones y tantos que han salido a marchar desde Octubre 18. ¿Cómo integrar mucho más gente al conflicto en curso? Es la gran inquietud, o debería serla.

Por otro lado, los que promueven la participación en el plebiscito saben que la mayoría de los cuatro millones quieren avanzar, quieren cambiar la Constitución y ven por ahora pocas alternativas distintas  a votar SI en el plebiscito y Convención Constitucional. Están seguros que la mayoría piensa así, pero también quieren convencer a esa mayoría que la Asamblea Constituyente es la organización que necesitamos para avanzar hacia una sociedades de derechos desmontando el sistema neoliberal.

Algunos dicen que hay que anular la opción de Comisión Mixta/Convención Constitucional, pero no creo que van a convencer a muchos con ese argumento. Otros proponen llevar una tercera papeleta a las urnas del plebiscito con la opción de Asamblea Constituyente. Tampoco creo que vaya a tomar vuelo esa idea.

Cosa de Organización

Pero quiero volver a ver qué hay detrás de las dos opciones. Es cosa de políticas distintas, “acumulación de fuerzas y organización en distintos niveles del movimiento popular”, por así decirlo.

¿Cuál es la mejor forma de ayudar a los millones que luchan a sentirse capaces de cambiar el país, hoy día, bajo las condiciones que enfrentamos?

Es la gran pregunta. Creo que la forma de actuar más efectiva (para los más y los menos radicalizados) es declarar públicamente que debemos votar porque es parte del comienzo de crear una base masiva para la elección de los delegados en Octubre. 

Claro, todos sabemos (o a esta altura de la lucha, deberíamos saber), que este “proceso” tiene «letra chica» tan poderosas que garantiza (o así espera el gobierno y sus aliados) que los grandes cambios que queremos no van  a nacer en las reuniones de los delegados elegidos. Así son las cosas y por ende nos obligan a organizar nuestras bases y nuestros delegados para ganar esos cambios grandes – por la democracia masiva.

Lejos la mejor forma de ganar a la mayoría sería mostrar que las asambleas, masivamente democráticas, son más legítimas que las reglas de 2/3 de la Convención. Pero para ganar esa batalla, las Asambleas DEBEN ser masivas y DEBEN ser realmente democráticas.

A su vez considero que la gran fuerza que no está despierta todavía es la fuerza del trabajador productivo. Tenemos el poder de hacer girar y parar el país pero, no hemos  tenido cómo hacer sentir esa fuerza todavía, porque… ¿por qué? … porque la organización base del trabajador es débil.

Enfrentamos dos tareas grandes entonces. 

Una es fortalecer la democracia real y – muy importante – el tamaño de las asambleas locales. ¿Cómo vamos  a elegir delegados en Octubre si no discutimos los postulantes y los temas entre cientos y miles de vecinos?

Y otra es la creación de una base sindical fuerte.

Creo que sin estos dos cambios importantes, Piñera y su gente van a controlar la Convención Constituyente de una forma u otra. 

Comentarios (2)

  • Sergio Medina

    Participar o no en el plesbicito y la suite
    20.2.20 – actualizado el 29-2-20

    Creo que no hay que confundir tactica con estrategia, este llamado a plebicito es a pesar de todo un triunfo, muy parcial, pero lo es, de las movilizaciones sociales que comenzaron en octubre.

    Hay que arar con los bueyes que se tienen y no con imaginarios, dicen los campesinos. En totras palabras no hay ue confundir los sueños con la realidad. La táctica se hace en función de los elementos presentes, fuerzas propias y a liadas, momentos histórico , así al menos lo dicen el materialismo dialecto e histótico. Algunos parecen confundir táctica con estrategia. Hablan y actúan más con el corazón, la fe, que con un racionamiento materialista científico-histórico.

    El que hay un plesbicito, es ya un logro de las movilizaciones de la gente y eso la gente lo sabe. Y se abre la posibilidad hitorica y por la 1ra vez, que el ciudadano comience a decidir del destino de su país.
    Existe la posibilidad de que al menos algunas cosas importantes, quizá no tan estructurales se cambien si tenemos una gran mayoría de delegados en la convención, a pesar de los amarres y rayados de cancha de los présidentes de partidos y el gobierno. Eso depende de nosotros hagamos lo posible por obtener elegidos idoneos, honestos y sensibles a lo que reclamamos. Es decir hacer un trabajo de concientización con las pocas herramientas comunicativas que contamos.

    Lo que la mayoría de la gente quiere, es que se le mejore la calidad de vida, aunque sea un poco, no necesariamente cambios estructurales, la mayoría ni sabe de qué se trata eso, recién se están enterando, gracias a las movilizaciones y las discusiones que se dan en este contexto, donde la gente ha comenzado a hablarse entre si, en la pobla, trabajo, comuna…

    No olviedemos que ha habido un oscurantismo cultural, social y político desde la dictadura, la gran mayoría de la gente no tiene idea qué es una lucha de clases, el socialismo, el comunismo…. el 84% de la población sólo o principalmente ve la tele abierta para informarse y divertirse y el 60% cree lo que la tele dice. Y no olvidemos tampoco lo que dice muy claramente Álvaro García Linera, que si no ganamos antes la batalla cultural, ningun proceso, revuelta o revolución será sostenible en el tiempo.

    Y sí se podrían mejorar sus condiciones con algunos cambios, auqnue no sean totalmente estructurales. Pero al parecer algunos quieren hacer la revolución total, al tiro, pero con qué fuerzas? O con qué ropa??? A mi también me encantaría, pero creo que nos faltan muchas fuerzas y organización para ello.

    Lo que tenemos actualmente es un movimiento social, no una revolución. Los movimientos sociales toman, en gral. mucho tiempo a madurar, tener unas líneas claras de conducta de reivindicaciones, de organización, Salazar habla de hasta unos 7 u 8 años, según cuenta la historia.

    Por otra parte si nos vamos a los fundamentos del marxismo-leninismo, Podemos ver que Lenin dijo «mientras no se tengan las fuerzas para derrotar al estado burgués, hay que participar en todas las instancias de ese estado, para ir ganando fuerzas, organización y concientizando más gente» Recabarren dijo algo parecido, así como muchos otros líderes. Este plesbicito y la CC, es una de esas instancias del estado burgués.

    Participar en estos eventos no significa para nada abandonar la calle y menos los cabildos y asambleas comunales ciudadanas (ya hay unos 200 en todo el país) donde se está ya discutiendo como hacer para llegar a una Asamblea Constituyente Nacional ciudadana, es decir soberana, sin que nadie le raye la cancha, pasando por las regionales… y que sea plenipotenciaria, pero eso tomará tiempo, bastante tiempo y nada impide que logremos imponerla cuando tengamos la suficiente fuerza y organización, aunque se haya aprobado una constitucón antes, por medio de una CC, producto de la maniobra de algunos políticos y el gobierno… Pero debemos dar la batalla a la burguesía en esas condiciones, no dejarle el campo abierto por dárnoslas de choros, inclaudicables, valientes, dicen algunos… Ser valiente es dar las batallas en todos los terrenos.

    Restarse a participar en el plesbicito y constituyente actualmente propuesta, significa de una parte que la gran mayoría del pueblo no comprenderá esa actitud (aislarse de las masas), andamos en un 70% de aceptación del apruebo) y por otra parte le dará fuerzas a toda esa derecha rancia que la rechaza para conservar la de Pinochet. Con cuanta gente se cuenta para hacer capotarla y hacer otra cosa?

    Les dejo un enlace de un portal donde subo muchismos videos, se puede buscar por nombre, genero, en fin como en cualquier web, en este casi si ponen constituyenre, aparecen muchos videos con diversas posiciones.
    https://www.arcoiris.tv/search/s/constituyente/type/all/

    Por otro lado en mi blog, con sólo artículos de fondo, igualmente se habla del tema, desgraciadamenet aún no logro manerjar bien su sistema de búsquedas para que se más preciso y mo prezcle cosas: Saludos fraternos:
    https://sergiomedinaviveros.blogspot.com/search?q=constituyente

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  • Pablo Abufom

    Parte de las observaciones hechas por Pablo Abufom sobre el #Despertar, y los desafíos que enfrentamos. Vale la pena pensarlas bien.

    Hasta ahora, la propuesta que más consenso genera tanto en los sectores que
    participarán como en los que se niegan a participar del itinerario constitucional, es la de
    una Asamblea Popular Constituyente (APC), que sea auto-convocada por asambleas,
    movimientos sociales y sindicatos, y que tenga un carácter feminista y plurinacional.

    Si esta Asamblea se realiza entre los meses de mayo y octubre (antes de la Convención
    Constitucional que proyecta el Acuerdo) serviría como una instancia de unidad en torno al
    debate constitucional, y prepararía una fuerza popular constituyente que tenga un impacto
    “por dentro” y “por fuera” del proceso constitucional oficial.

    Si tan solo fuese capaz de redactar mandatos constituyentes que pudieran servir como
    trincheras programáticas desde donde las organizaciones populares pudiesen defender
    su posición en un debate constitucional a nivel nacional (participando o no en la
    Convención Constitucional del Acuerdo), entonces habría cumplido su objetivo mínimo.

    Pero es esperable que también resulte en nuevas alianzas y el surgimiento de fuerzas
    políticas que logren encarnar la combatividad y el programa de la revuelta para una nueva
    etapa.

    En lo inmediato, cualquier participación en el plebiscito de abril debe subordinarse a la
    necesidad de llevar a cabo este ejercicio de soberanía programática.

    La conclusión táctica necesaria es que a menos que se abra un proceso efectivo de
    cambio constitucional no es posible ni siquiera imaginar una Asamblea Popular
    Constituyente.

    Por lo mismo, a menos que las movilizaciones de marzo logren modificar el itinerario
    constitucional del Acuerdo, el escenario más favorable para convocar una APC es una
    alta participación en el plebiscito, un triunfo con mayoría sobre el 70% del Apruebo y una
    votación similar para la Convención Constitucional.

    Un triunfo de la opción Rechazo significaría un triunfo para la derecha (la más interesada
    en que no haya un cambio constitucional), y una baja participación por el Apruebo
    probablemente signifique que las fuerzas políticas tradicionales de la centroizquierda
    asuman un rol protagónico ya que representaría la votación de su sector más duro.

    Todavía no podemos imponer por nuestros propios medios una agenda política nacional
    de carácter anticapitalista, lo que corresponde es ocupar el 2020 para construir la fuerza
    necesaria para hacerlo.

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