
Entrevista exclusiva al guerrillero Hernán Benítez, Comandante del Bloque Sur de las FARC-EP
Revista De Frente, presenta el segundo artículo del especial Conflictos Armados en Latinoamérica, donde nuestro corresponsal en Colombia Fidel Bermello, entrevista al Comandante del Bloque Sur de las FARC- EPC en la Zona Veredal Transitoria de Normalización (ZVTN) “Heiler Mosquera”.
“Nosotros somos los primeros optimistas, los primeros convencidos de que esta lucha no es en vano”
Por Fidel Bermello
Hernán Benítez es un hombre curtido en la guerra: a sus 64 años ha pasado los últimos 47 calzando el uniforme verde olivo. Conoció a Manuel Marulanda, el fundador de las FARC: “al camarada Manuel le gustaba mucho fumar, siempre lo podías ver con un cigarro en la boca, pero cuando el médico le dijo que tenía que dejarlo por su salud, él lo hizo. Pero cambió los cigarrillos por dulces (…) Era un hombre que no hablaba mucho, permanecía en silencio, pero cuando abría la boca, lo que decía era importante: el camarada Manuel no hablaba por hablar (…) La forma que él tenía de premiarnos y reconocer nuestra labor era dándonos un cargo. Mientras más de confianza era el cargo, más alto el reconocimiento. O sea, más fuerte el abrazo”, me contó entre algunas de nuestras conversaciones.
Benítez fue delegado en las conversaciones en La Habana, Cuba, que resultó en la definitiva firma del Acuerdo para la Terminación Definitiva del Conflicto celebrado en Bogotá el 24 de noviembre de 2016. Es miembro del cuerpo de mandos del Bloque Sur y hoy cumple funciones de monitoreo de la implementación de los acuerdos. Estas labores incluyen planificar y ejecutar el despliegue del mecanismo de monitoreo y verificación de cese al fuego, además de ayudar en la organización de los dispositivos de la Fuerza Pública. También resolver los temas logísticos y la pedagogía de los acuerdos. Planificó el desplazamiento de los guerrilleros a las zonas de concentración. Tareas muy distintas a las que cumplía como comandante y que le otorga una visión privilegiada de este proceso, uno de los sucesos más celebrados y esperados en latino américa y el mundo. Dos partes que parecían irreconciliables y que se destruían en una de las guerras más sangrientas del continente hoy trabajan conjuntamente para encontrar los puntos en común que los lleve a construir la paz.
¿Cuál su rol actualmente?
Mi trabajo es buscar la implementación de los acuerdos. Luchar porque el gobierno cumpla lo tratado, lo pactado, lo aprobado, lo firmado en La Habana. Eso es lo fundamental.
¿Qué esperan las FARC de este proceso de paz?
Esperamos en este proceso de paz contribuir a la solución de los problemas socio-económicos, políticos y culturales que necesita Colombia. Eso es lo fundamental. Nosotros esperamos que dentro de esa implementación de los acuerdos entonces comiencen a aflorar los beneficios que necesita la gran familia colombiana.
¿Qué es lo más difícil para ustedes en este proceso?
La implementación de los acuerdos. Las dificultades que hemos tenido hasta ahora son algunas cosas que el gobierno ha comenzado a incumplir que están dentro de lo pactado Pero en la medida que se vayan desarrollando, creemos que mediante la lucha del pueblo, mediante la unidad que este pueblo vaya teniendo en dirección a la paz será posible que se cumplan.
¿Cómo cambio la vida en el monte (en la guerra) y ahora?
Es un cambio bastante grande. Lo primero es que hemos logrado dentro de este proceso es que cesen los bombardeos, que cesen los ametrallamientos, que cesen los combates. Pero el cambio que se da es un cambio visible, porque no es lo mismo estar en la selva que estar aquí. Ahora tenemos dificultades que no teníamos en la selva. Antes teníamos libertad de desplazamiento. Allá no teníamos que regirnos por una cantidad de protocolos que hoy de acuerdo a lo que se firmó en La Habana debemos cumplir. Pero nosotros vamos a luchar por vencer esas dificultades porque consideramos que la opción de Colombia no es la guerra, es la Paz.
¿Cuál va a ser el trabajo de las FARC en la vida civil?
Si nosotros nos vamos a dedicar –que es la línea trazada– a la conformación de un partido político, pues eso tiene que ser la ocupación. Hacer política como la hace cualquier colombiano pero siempre en aras de conquistar la paz para todos los colombianos. Por eso nosotros decimos que la paz en Colombia tiene que ser adquirida por y para el mismo pueblo.
¿Existe alguna posibilidad de que las FARC-EP vuelvan a tomar las armas? y ¿cuál sería es posibilidad?
Nosotros la vemos muy remota. Pero consideramos que de no cumplirnos el gobierno, se derrumbarían estos acuerdos que con tanto sacrificio se han firmado allá en la Habana. Sólo en una situación así tendríamos que volver a empuñar las armas.
A propósito de eso ¿Cómo va el proceso de entrega de armas?, ¿se ha realizado?
Pues no. Todavía no se puede hacer, porque todavía no se cumple el plazo de hacer la entrega de las armas. Como usted sabe, la primera entrega es el 30%, la otra entrega es el 30% y la última es el 40% para completar el 100%. Entonces no, pero creemos que es una de las partes que las FARC debe cumplir y estamos dispuestos a cumplirlo, porque, repito, consideramos que la guerra no es la salida que necesita Colombia, entonces por eso decimos que debemos cumplir con la dejación de las armas, que no es entrega, sino dejación de las armas.
Y eso se va a hacer en la medida que el gobierno cumpla…
Claro, claro. Desde luego, es lo pactado.
¿Es una prueba para las FARC este proceso que se está viviendo?
Claro, es una prueba. Y es una prueba a la que nosotros le estamos apostando el todo por el todo. Porque es por la paz que hemos hecho todos estos sacrificios en un proceso de paz durante 52 años.
Estuve conversando con gente de La Carmelita, ellos se mostraban preocupados porque los guerrilleros ya no podrán ofrecerles protección y seguridad. ¿Qué pasará con los pueblos que eran territorios de los guerrilleros y que se sentían protegidos por las FARC?
Creo que las organizaciones, que las comunidades son autónomas y tienen su propia organización y tienen que crear su propia defensa y vivir y vigilarse en comunidad. Aunque en este país eso es sumamente complicado, porque debido a la crisis económica, social y cultural que ha habido la gente ha tenido que buscar de alguna manera el sustento para su familia y a veces, no de muy buena forma. Pero de todas maneras, la gente se está organizando y tiene que organizarse. Es un trabajo que les corresponde a ellos.
¿Cómo cree usted que se va a alcanzar la igualdad en Colombia?
Pues la igualdad se consigue mediante la implementación de los acuerdos. Esa es una de las partes fundamentales. Y ese es un eslabón de nuestra lucha, la igualdad en todos sus órdenes.
He leído lo que ha pasado con algunos guerrilleros que descontentos con el paso hacia la paz que ha dado la organización han decidido abandonar las filas ¿Qué opinión tienen de los desertores?
Ellos ya no son FARC porque se apartaron de la organización. Bueno, eligieron su propio destino. Consideramos que no estuvieron de acuerdo con el proceso de paz, se apartaron… bueno vamos a ver qué va a pasar más adelante, no con nosotros, porque a quienes tienen que responder es a las leyes de la república. No podemos decir “este va a ser el futuro”, pero en el momento que ellos quieran volver a reincorporarse y contribuir a la paz como lo estamos haciendo todos, pues bienvenidos sean.
“Esta ha sido una guerra que sólo ha beneficiado a los que se financian por medio de la guerra”
¿El objetivo de las FARC cambia con estos tratados?
No. No puede cambiar. Porque el objetivo es la solución de los problemas socio económicos, políticos y culturales que necesita Colombia, ese tiene que ser el objetivo y este se concreta en la obtención de la paz. Eso es lo que vamos a defender también en la vida civil y política.
¿Cree usted que es posible la reconciliación nacional después de medio siglo de enfrentamiento?
Sí. Consideramos que sí porque estamos librando una guerra entre hermanos. Una guerra que no ha dejado vencedores ni vencidos. Una guerra que sólo ha beneficiado a los que se financian por medio de esta. Es una guerra que al pueblo no le sirve entonces por eso nosotros consideramos que debe haber una reconciliación y tenemos que algún día, no muy lejano, estrecharnos las manos entre colombianos.
¿Temen alguna represalia de parte de los grupos paramilitares cuando se integren a la vida civil?
Una de las partes del acuerdo es el desmonte de los grupos paramilitares. Porque la creación de los grupos paramilitares es una concepción de Estado. Entonces como el estado los conformó, los montó, en el gobierno de Uribe más que todo, entonces que el Estado los desmonte. Y en eso tiene la palabra el gobierno. Nosotros tenemos que exigir al gobierno el desmonte porque aún siguen ahí causando muertes a líderes campesinos y políticos. Nosotros estamos exigiendo esta garantía, que el gobierno nos cumpla. Porque si no, no podríamos hacer política porque mientras estamos haciendo política, otros nos están matando. Y así no es.
Además, nosotros tenemos una experiencia muy grande, es la del genocidio de la Unión Patriótica [2] . Murieron más de cinco mil militantes de esa organización, la liquidaron a sangre y fuego. Y seguramente no vamos a volver a esa etapa. Entonces el gobierno que responda, que cumpla con esa parte a la que se ha comprometido.
¿Cómo es la relación con los observadores de la ONU y los grupos de monitoreo?
Aquí muy buena y creemos que es fundamental porque garantiza que los acuerdos se cumplan. Y si se incumplen, entonces, ¿quién los incumplió? Ellos deberán mirar y mostrar al mundo todo eso.
Las FARC se formaron como un grupo de guerrilleros, ¿no es acaso en vano abandonar las armas por la participación parlamentaria?
La lucha que estamos adelantando con el pueblo colombiano por la paz creemos que no es vano, se orienta a evitar centenares y centenares de muertos, de desparecidos, de torturados, de encarcelados, de desplazados y de todas atrocidades que han ocurrido por causa de la guerra. Nosotros somos los primeros optimistas, los primeros convencidos de que esta lucha no es en vano. Que vamos a poner todo lo que tenemos en beneficio de la paz de Colombia, en beneficio de las transformaciones sociales.
El gobierno de Chile fue uno de los que apoyó las conversaciones de paz desde el inicio [3] ¿Algunas palabras finales respecto a esto?
Nosotros estamos muy agradecidos por el aporte que ha hecho el pueblo chileno al aporte de paz. Pensamos que Chile es uno de los países que ama la paz, que quiere que en Colombia haya paz, que le preocupa el derramamiento de sangre y por lo tanto nosotros saludamos al pueblo chileno y le decimos que su aporte ha sido una labor supremamente importante dentro de las mismas negociaciones y conversaciones que se hicieron en la Habana. Nosotros respetamos, creemos y vamos de brazo con el pueblo chileno. Muchas gracias.
[1] Entrevista realizada el día viernes 16 de marzo del 2017 en la Zona Veredal Transitoria de Normalización (ZVTN) “Heiler Mosquera”, en el pueblo de La Carmelita, en el bajo Putumayo Colombiano.
[2] La Unión Patriótica (UP) fue un partido político de Colombia, fundado en 1985 a raíz de la propuesta de paz y política democrática por parte de las FARC con el gobierno de Belisario Betancur. Posterior a su constitución, miles de sus líderes y militantes fueron asesinados por grupos paramilitares, fuerzas de seguridad del estado colombiano y narcotraficantes. En el año 2014, la Fiscalía de Colombia declaró como crímenes de lesa humanidad y de guerra los cometidos contra 34 miembros de la UP.
[3] Chile junto con Venezuela, fueron países facilitadores del proceso de paz entre las FARC y el gobierno colombiano.