
El último informe del IPCC pone de manifiesto la cruda realidad de la crisis climática
El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) pone de manifiesto la cruda realidad de la crisis climática.
La evaluación del IPCC sobre «impactos, adaptación y vulnerabilidad» actualiza su principal informe del año pasado. Destaca los impactos en la sociedad humana y en los sistemas ecológicos, y concluye que el «alcance y la magnitud» de la crisis ambiental es mucho mayor de lo que se había estimado.
Ya se ha producido un «deterioro generalizado de los ecosistemas» con daños irreversibles en la biodiversidad y cambios fundamentales en los sistemas ecológicos. Todavía no hemos llegado a un punto de no retorno, pero los autores subrayan que en muchos casos el impacto del cambio climático es ya irreversible.
Aunque las medidas para limitar el calentamiento global reducirán el costo y los daños del cambio climático, no podrán detenerlos. Se prevé que la situación empeore rápidamente si no se toman medidas fundamentales.
El IPCC informa, por ejemplo, de que en algunas zonas se espera que las tasas de extinción se dupliquen si el calentamiento alcanza los 2 grados. Pero se multiplicarán por diez si la temperatura alcanza los 3 grados.
Incluso aquellos que han visto que los sucesivos informes del IPCC hacen sonar las alarmas cada vez con más fuerza se escandalizarán ante algunas de las conclusiones.
El cambio climático ya ha «reducido la seguridad alimentaria y del agua». Esto ha aumentado la aparición de enfermedades en humanos y animales, incluyendo la zoonosis -la forma en que enfermedades como el Covid pueden saltar de los animales a los humanos-.
Las olas de calor son más frecuentes y más intensas, especialmente en las ciudades, y han «agravado la contaminación del aire» y «limitado el funcionamiento de infraestructuras clave». Se calcula que entre 3.300 y 3.600 millones de personas viven en «contextos altamente vulnerables al cambio climático».
Vale la pena pensar un poco sobre esta cifra: el IPCC afirma, con «alta confianza», que casi la mitad de la población mundial es altamente vulnerable. También añaden que mil millones de personas están en riesgo en las zonas costeras.
No hay ninguna zona del mundo que no se vea afectada por el cambio climático. Pero al desglosar los impactos por regiones, el IPCC demuestra que las zonas más pobres del mundo son las más afectadas. El impacto es desigual: la vulnerabilidad al cambio climático «es mayor en lugares con pobreza, problemas de gobierno y acceso limitado a servicios y recursos básicos».
Entre 2010 y 2020, estas zonas multiplicaron por 15 el número de muertes, en comparación con las zonas de baja vulnerabilidad. La vulnerabilidad se agravó por las injusticias «vinculadas al género, la etnia, los bajos ingresos o una combinación de ellas».
Casi todos los aspectos de nuestra sociedad se ven afectados: la disponibilidad de agua dulce, la salud del suelo, la seguridad alimentaria, el riesgo de enfermedades y la destrucción de infraestructuras.
Millones de personas padecerán hambre, escasez de agua y es probable que se conviertan en emigrantes y refugiados.
El informe deja claro que, aunque hay soluciones, no se han desplegado con la suficiente rapidez. En algunos casos, el mal uso de las soluciones tecnológicas -por ejemplo, la plantación de bosques en zonas inadecuadas o la bioenergía «mal aplicada»- ha empeorado el cambio climático.
Cuanto más se retrase la introducción de soluciones reales al cambio climático, peor será la crisis. El problema es que las medidas tomadas hasta ahora apenas han servido para cambiar las cosas y tienden a retrasar el problema hacia el futuro.
Al mismo tiempo, el informe deja claro que las soluciones que desafían la desigualdad y la injusticia climática y empoderan a las comunidades locales pueden marcar verdaderas diferencias.
Sería fácil responder con desesperación. En cambio, debemos responder con ira. Aunque el informe del IPCC no es explícitamente «político», demuestra que el capitalismo impulsa el cambio climático y empeora sus efectos. Hace recaer el sufrimiento en los pueblos más pobres y marginados.
El informe del IPCC se publicó unos días después de que Rusia invadió a Ucrania. El mismo sistema de competencia capitalista que impulsa el desastre medioambiental también está dispuesto a sacrificar la vida de millones de personas cuando los estados rivales luchan por sus intereses.
Lo que el informe del IPCC deja claro es que, sin un desafío revolucionario al capitalismo, la humanidad arderá por el calentamiento global o en el fuego de la guerra nuclear.
Parafraseando a Rosa Luxemburgo, la opción que tenemos es el socialismo o la extinción.
Versión original der este artículo, en inglés, publicada en https://socialistworker.co.uk/news/we-face-socialism-or-extinction-after-ipccs-new-climate-change-report/