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El 2021 tiene que ser el año de la unidad revolucionaria

Por Pablo Parry

#DeFrente

Termina un difícil año 2020, marcado por los efectos devastadores de la pandemia y la continua represión contra el pueblo por parte de Piñera. A su vez, miles de presos políticos todavía se mantienen dentro de las cárceles de nuestro país, a la par que continua la impunidad frente a los asesinatos y mutilaciones cometidos por agentes del estado durante los primeros meses de la revuelta popular.

Sin embargo, el pueblo chileno ha demostrado un estoicismo único frente a las adversidades. El contundente y categórico triunfo en el plebiscito de Octubre de este año, con prácticamente un 80% a favor de la opción Apruebo y Convención Constitucional, constituyen un golpe contundente a las expresiones más reaccionarias del pinochetismo que hoy ha perdido cualquier viso mínimo de legitimidad después de todo este proceso.

Lo anterior no ha de hacernos bajar la guardia, considerando que la extrema derecha ha tendido progresivamente a ocupar métodos cada vez más agresivos y no democráticos para sostenerse en el poder. Acciones que claramente se van a ver con más fuerza a medida que vayamos avanzando hacia las presidenciales de 2021.

En ese marco, la unidad de todas las fuerzas populares y de masas que han emergido desde la revuelta en adelante se vuelve imperativa. La necesaria confluencia de las asambleas territoriales y organizaciones del pueblo debe avanzar hacia una gran confederación de todas las fuerzas del campo social, que permita no solo desbordar los límites del proceso constituyente sino sentar las bases del nuevo estado democrático popular que puja por nacer a pesar de los intentos de la reacción de silenciar una vez más mediante la fuerza a nuestro pueblo.

Los partidos políticos deben dejar de limitar la discusión de la unidad como una cuestión meramente inter-partidaria y ceder sus estructuras al movimiento social a miras de los futuros procesos eleccionarios, así como también ponerse a disposición de las asambleas y espacios de masas que llevan años preparándose para este momento.

De lo que refiere a la posibilidad, en lo inmediato, de un eventual gobierno popular, las fuerzas populares deben apoyar a quienes consideren capaces de profundizar el proceso de cambio iniciado el 18 de Octubre, pero siempre manteniendo una postura crítica siempre necesaria en todo momento cuando se trata de juzgar a los que busquen ocupar el poder del estado. La crítica, siempre que se haga desde una posición revolucionaria y no reaccionaria, resulta fundamental para el futuro de las transformaciones que nuestro pueblo tanto ha luchado y que hoy, como nunca antes en la historia, parece ser que están más cerca que nunca de concretarse en una nueva constitución nacida desde el seno de la lucha popular.

 

Fotografía por Pablo Parry

Corresponsal para Revista De Frente

Comentarios (1)

  • Marcelo

    Igualdad nace hace al menos una década como quiebre por izquierda del PC. El que haya sido por izquierda lo demuestra su apoyo a la candidatura de Miranda en 2013. Su giro a derecha se vio después en que dejó a Miranda votada y prefirió aliarse con los cuiquitos del FA. Después de que el FA apoyara la represión el 15 d enoviembre del anho pasado, Igualdad buscó redibujar un giro a izquierda, lo que se expresó en el debate que se dio en diciembre de ese anho, en el cual hasta cierto punto estuvieron del lado de Miranda contra claudistas, PC y PS. Después vino la pandemia y pasaron 6 meses legitimando a concertacionistas de izquierda y al PC (nuevo giro a derecha); sin embargo, esto no sirvió para que los incluyerzn en la alianza que busca cargos en la convención constitucional (el PC los dejó fuera y perfirió ser él directamente quien se aliara con los cuiquitos del FA). Ahora, plantean apoyo crítico a un Jadue en la presidencia? Un poco de autorrespeto por la propia historia, por favor. Un poco de balance honesto.

    Atte
    MC

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