
Editorial De Frente //Guerra en Ucrania: «Decadencia de EEUU Y Europa como referentes globales»
«China, India, Irán, Brasil y por supuesto Rusia, reclaman un lugar distinto al de súbdito del todopoderoso dólar estadounidense y en esa contradicción descansa también el conflicto en Ucrania, no son solo las provincias de Donestk y Lugansk que intentan reacomodar sus pertenencias nacionales, sino también todo un mundo que abandona a Europa y Norte América como referentes y paradigmas económicos.»
Editorial
La línea del frente se encuentra estancada hace un año, las escaramuzas actuales representan solo la validación de una guerra que nunca ha sido declarada en la espera de una ofensiva que parece no llegara jamás.
Esta guerra, que posee las clásicas miserias de toda guerra pero que así mismo ha incluido también las novedosas formas del neoliberalismo, mediatizando casi pornográficamente las detonaciones a vista de dron para cazar algunos likes en redes sociales.
El horizonte no se ve para nada claro, las opciones de un cese de hostilidades se empantan como las orugas de los blindados Leopard 2 que la OTAN y occidente suministra a su nuevo amigo ucraniano. Este conflicto que es muchos conflictos no se resolverá con el clásico tronar de fusiles muy a pesar de los fabricantes de armas, este conflicto que se disputa la manera de relacionarse en el mundo amenaza tímidamente el orden que parecía estático desde la caída del muro de Berlín y triunfo altisonante del Dólar como gran moneda planetaria.
China, India, Irán, Brasil y por supuesto Rusia, reclaman un lugar distinto al de súbdito del todopoderoso dólar estadounidense y en esa contradicción descansa también el conflicto en Ucrania, no son solo las provincias de Donestk y Lugansk que intentan reacomodar sus pertenencias nacionales, sino también todo un mundo que abandona a Europa y Norte América como referentes y paradigmas económicos.
La discreta Republica Popular China ha movido hace ya dos décadas sus piezas en el tablero planetario, posicionándose como el horizonte donde miran cada vez mas naciones periféricas, como el caso de toda el África subsahariana frente al virtual abandono en que occidente decidió someterla acorralándola activamente para arrimarse al gigante asiático como opción geopolítica, permitiendo la construcciones de puertos y carreteras que hábilmente Pekín a suministrado con la sola condición de poseer su control por la no despreciable cantidad de cien años, solo un siglo de dominio de esas infraestructuras criticas ha puesto como precio el internacionalismo comunista asiático, pero esas condiciones no son nuevas, lo mismo se hizo con el canal de Panamá sin que a nadie en ese momento le pareciera abusivo o colonial, bueno, a casi nadie a decir verdad.
Ucrania entonces es el último depositario de un modelo hegemónico que se desmorona en su porfiada resistencia, occidente de buena gana le ha entregado tanques, artillería, drones y un par de fotos satelitales, apenas unas migajas para mantener viva la guerra que un hasta ahora ineficiente ejercito ruso salpicado de mercenarios Wagner porfía en continuar.
La guerra entonces, que es muchas guerras, muchos intereses y muchas naciones no terminara pronto, no como el vaticano y pacifistas descafeinados demandan, donde lo que importa no son la integridad territorial ucraniana, los habitantes del teatro de operaciones ni la paz mundial sino un planeta que se reordena en un proceso lento que no asoma solución en ninguno de los dorados trigales de la cuenca del Don.