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«Earle, ¿Habrá ganado el Chile bueno? Por Marcel Roo»

Por: Marcel Roo

Dos hechos de valoraciones emocionales diferentes para quien esto escribe sucedieron de manera simultánea este domingo. 

Por un lado la victoria electoral en Chile de un joven que, según sus propias palabras, promete una nueva forma democrática de gobernar en ese país tan golpeado por el terror de un pasado todavía latente, y las frustraciones de las promesas no cumplidas de quienes gobernaron post dictadura.  

Mientras veíamos y leíamos con satisfacción el desarrollo de ese proceso político, nos llegó la otra noticia: Earle Herrera,  maestro del fino periodismo, acababa de morir, justo en momentos en los cuales esperábamos su aguda e inteligente prosa. No la debes, poeta.

Sobre el proceso electoral chileno nos atrevemos a señalar unas primeras impresiones. La victoria de Gabriel Boric, avizora un horizonte que comienza a despejar el nubarrón siniestro que pretendía, quizás con métodos más sofisticados volver a aquella era de terror y muerte que significó la dictadura militar pinochetista.

Ganó la opción elegida por el pueblo, quizás no fue la mejor para algunos, pero era la única posible frente la amenaza del retroceso. Ante la incertidumbre de un posible regreso a la oscuridad, se impuso la racionalidad de un pueblo que quiere resolver sus problemas en paz.

Ya se vislumbran muchas lecturas, pero hay un hecho concreto que domina el escenario y no parece cosa del azar solamente: Previo al triunfo de Boric se fue a las zonas del infierno la viuda asesina del tirano traidor.

¿Qué esperar ahora? El nuevo gobernante encontrará un camino muy difícil, lleno de dificultades dejadas por su antecesor, quien además de ladrón y corrupto es un experto en colocar trampas.

Las expectativas optimistas están planteadas. El presidente electo pronunció un buen discurso muy centrado en los problemas internos de ese país y  con una clara expresión de sintonía con las demandas populares de las mujeres, los jóvenes y del pueblo originario. Además de haber sido muy cauto en materia internacional.

El nuevo camino apenas comienza, y en este sentido lo prudente es esperar y observar cómo se van abriendo las alamedas y, como decía Earle, sea el triunfo del “Chile bueno”. Por ahora, estaremos pendientes.

 

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