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Discrepo en que nada ha cambiado

Si hay algo en que discrepo, es de aquellos que opinan que todo sigue igual, será porque mi evaluación no es necesariamente cuantitativa en algunos términos, sino que amplío la mirada más allá y trato de mirar fuera de mi espectro, de lo que yo quisiera o me guste, he aprendido a mirar esas cosas desvaloradas producto de la vida más individualista y a lo largo de los últimos cuatro años, no podría decir que nada ha cambiado.

 

Desde antes de la revuelta, he recorrido las distintas marchas y he sido de alguna manera, un espectador de este Chile que ha venido cambiando, pero el proceso ha sido lento y dificultoso, aún así las organizaciones sociales que, no de ahora vienen levantando sus demandas, fueron más protagonistas, las disputas por los territorios, las organizaciones territoriales, las distintas articulaciones que venían gestándose, se fueron encontrando en el alzamiento popular por medio de las distintas demandas que fueron desembocando en la revuelta, evocando un río que desborda, raudo, incontrolable. Fue tan ridículo el argumento de la intervención extranjera que se cayó en si mismo, reventándole en la cara a nuestro golpista presidente y su show en Cúcuta junto al Cártel de Lima.

 

Para el empresariado chileno, la oligarquía y la clase política acomodada al poder, Chile era una tasa de leche, una suerte de panal esponjoso, que, en donde apretabas, salía y sigue saliendo dinero, ya sea desde el Estado y sus diversos Ministerios, desde esa preciada institucionalidad que los partidos desean con ansiedad o del mundo privado, saciado de lobby y en donde el poder se prostituye en el mundo de las influencias.

 

Los procesos son y serán entorpecidos, puestos a la discusión ejerciendo presión de los medios oligopólicos, no es muy lejano mirar la cantidad de cuestionamientos por sobre la Convención Constitucional, ahora, de último, la Corte Suprema declarando “admisible” un recurso de Chile Vamos, la derecha, en contra de la mesa que guía el proceso constituyente. Esto es intervención de un Poder Constituido por sobre un Poder Constituyente, debería de ser considerado grave, porque lo es, sin embargo, la desconexión política producto de la destrucción del tejido social cuece lejanías necesarias para la comprensión de los sucesos y su debida gravedad. Si nada ha cambiado, ni la Convención, ni la desesperación de la derecha, ni la intromisión de la Corte Suprema, habrían ocurrido.

 

Discrepo de esa suerte de veto de las familias de que en la mesa no se puede hablar de política y de religión, cuando la religión y la política tiene que ver todo el tiempo contigo, con nosotrxs, te afecta, te construye de cierta forma y podría llegar a ser determinante. La Congregación de la Doctrina para la Fe, cumpliendo un correcto rol formador del catolicismo, el evangelismo y la Doctrina de la Salvación. La política del miedo, del no meter ruido, cuyos efectos se vieron en muchos hogares chilenos posterior a la dictadura.

“Éntrate niño, que van a pasar los milicos”

Siempre se debió hablar de política en la mesa y hoy más que nunca se debe hablar y no dejar de hacerlo, más cuando la política puede ser cómplice y encubridora, como lo ha sido el PS sosteniendo a Marcelo Schilling en el Congreso, cuyo nombre suena a traición y a militantes caídos, pero hemos sido nosotrxs, los que hemos votado por él, me encantaría saber que tanto conocemos del traidor de Pepe Auth. La política sostiene pactos de poder que van a condicionar tu vida, el desarrollo de tus hijos, de esas libertades que se jacta la derecha, mientras te tuvo encerrado por meses para mayor control social, la política comió caviar mientras en las poblaciones se le entregaba una misera caja de mercadería pagada por sus propios impuestos y comprada a los mismos empresarios amigos de la presidencia, con un Sebastián Sichel rebosado y rimbombante, hoy cayéndose a pedazos a pesar de los millones de su campaña y viéndose traicionado por la derecha a manos de Kast, mientras Lavín en España se ve riendo su tragedia.

 

La ansiedad puede jugar malas pasadas cuando son guiadas por el individualismo, un proceso como el que vive Chile trasciende del que yo piense o tú, de que coincidamos o no, no es transar ideales, pero si es necesario entender que mientras ríe Lavín y Sichel se ve mermado, los presos siguen encarcelados sin un debido proceso, transgrediendo todos los derechos establecidos y extremando la institucionalidad para lograr un acomodo a las normas jurídicas constitucionales, pero violando la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Que el pobre seguirá siendo más pobre, que torpedear la Convención sólo le sirve a la derecha, más cuando este país se pudre en una política y políticos Portalianos.

 

Quizás para ti nada ha cambiado, yo discrepo, pero espero que sigamos adelante, mirando al pasado, afirmándonos en la historia, pero en la que se construye todos los días, no creamos en el nunca más porque sí, porque serán solo palabras si abandonamos las posiciones y eso incluye hablar de política y de religión, incluye hablar del peligro del fascismo y del anticomunismo carente de argumentos.

 

 

 

 

La Congregación para la Doctrina de la Fe es un órgano colegiado de la Santa Sede cuya función, es custodiar la correcta doctrina católica en la Iglesia, está definida según el Artículo 48 de la Constitución Apostólica sobre la Curia Romana Pastor bonus, promulgada por Juan Pablo II el 28 de junio de 1988.

 

https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights

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