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DEBATE SOCIALISTA/ García Linera: Hegemonía y Pueblos Indigenas

En el marco de una visita a Santiago del Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia Álvaro García Linera en el año 2015, donde dictó la clase magistral: “Balance y desafíos del proceso boliviano”, se dio un interesante debate sobre que entendemos y como se construye la hegemonía de los actores populares.         

García Linera es considerado uno de los intelectuales y políticos más importantes de América Latina, su trayectoria política vinculada el Movimiento de los Ayllus Rojos lo llevó a estar en prisión durante la década de los 90.  

En una nueva entrega de Debate Socialista les compartimos la respuesta que en dicha oportunidad realizó a la pregunta formulada por dirigentes mapuches de Wallmapuwen y donde aborda la cuestión de la hegemonía.

 

Por #DeFrente

 

P: La sociedad mapuche representa no más de un 10% de la población en el Estado de Chile. A su vez existen nueve naciones originarias en Chile que no representan más del 15% de la población. De allí la dificultad de construir un Estado indígena. Las posibilidades de avanzar hacia la autodeterminaciónn en Chile, por lo menos, se ve de aquí a veinte años, difícil.¿Cómo ves la incorporación del mundo indígena en la construcción de las sociedades de América Latina?.

R: Si en el caso de Chile el movimiento indígena llega a un 10%, claro que es distinto a Bolivia o a Guatemala donde la población Indígena bordea la mitad, y eso, obligatoriamente establece otro tipo de estrategia. Pero aun así, la constitución de lo indígena como sujeto político en Bolivia no ha sido fácil porque como punto de partida lo indígena es fragmentario, ese es el resultado de estos 500 años, de la pulverización en múltiples grupos, en múltiples colectividades y en múltiples aislamientos de lo indígena. Entonces la constitución del movimiento indígena aún en este 10% es un proceso de fusión de búsqueda y soluciones frente a una sociedad muy racista, de un Estado anti indígena, en toda América Latina.

La unificación de lo indígena, de este 10% es tan difícil como la unificación de lo popular y la clave de la unificación de lo indígena es la clave de la unificación de lo popular. En Bolivia no ha surgido un sujeto indígena de la noche a la mañana, ha requerido luchas previas, ha requerido esfuerzos de tejer pequeños acuerdos, pequeñas alianzas condensadamente entre el año 2000 y 2005, con Evo como dirigente, es Evo, cocalero, estigmatizado como lugar de narcotráfico, como lugar de un campesino indígena en transición que no es tan indígena y que no es tan campesino, estigmatizado por los Estados Unidos por ser los talibanes del continente. El movimiento indígena separado: los aymaras por su lado, los cocaleros por su lado, el movimiento campesino quechua por su lado, el movimiento indígena de oriente más alejado, más minoritario, más débil, más subordinado a las élites hacendales del oriente, pero es el esfuerzo de unir lo indígena con lo indígena y lo indígena con lo popular. Coloco ahí, guerra del agua -en el Chaparé agua hay de sobra- pero se da la guerra del agua en Cochabamba, es decir, es una sociedad urbana que reclama que el agua pase a propiedad de la sociedad y que no se privatice por la empresa norteamericana Bechtel. Salen a pelear los urbanos, las clases medias que les estaban subiendo del 100% al 150% la tarifa de agua, protestan, salen en marcha, movilizan el paro hacia la ciudad, es Evo y los cocaleros que no se quedan en el chaparé sino que salen hasta la ciudad de Cochabamba a pelear por el agua de los cochabambinos, no meten sus reivindicaciones, no dicen agua y coca, “vamos a ir a pelear por el agua” y siete mil cocaleros marchan a Cochabamba, se enfrentan a la policía, se hacen gasificar, se hacen detener, se hacen pegar, se hacen encarcelar, defendiendo el derecho de los urbanos, es decir participan en sus luchas, y es en esa participación en la lucha de otros, donde encuentran alianza, encuentran un sentido común.

Movilización por el gas, antes de eso, unificación con otros indígenas por el tema de una ley de tierras, búsqueda de unión del movimiento cocalero con el movimiento aymara con el sur, que estaba Felipe Quispe, esta es una movilización más fuerte, los aymaras que son más organizados, más compactos, se lanzan a un bloqueo de caminos, salen los cocaleros a otro bloqueo de camino y tienen sus muertos, y se quedan 20 días bloqueando la vena aorta de Bolivia, los gasifican, los detienen, los encarcelan, los matan, pero se fragua la alianza con los aymara. Es en esa práctica donde se construye la alianza entre indígena e indígena, entre indígena y entre no indígena, entre indígena y sector popular. No aparece el movimiento indígena como uno todo de inicio, al contrario, el inicio es su división y la unión es un producto, es un producto de la lucha y las reglas de unidad entre indígena e indígena, no son muy diferentes a las reglas de unidad entre indígena y obrero, indígena y popular urbano, indígena y clase media y básicamente es una construcción derivada de una lucha en los hechos prácticos en la participación en las demandas de los otros, en la solidaridad unificada y práctica en el reclamo del otro, ya sea indígena de tierras altas, o ya sea clasemediero de las ciudades o ya sea obrero de las fábricas y es en esas participaciones que Evo y los cocaleros van construyendo sus liderazgos.

Cuando Evo se lanza a las elecciones hay una larga trayectoria de tejimiento de alianzas prácticas, de haber participado en las luchas de los otros y haber estado subordinados a la dirección de otro y haber sido la fuerza principal de la lucha de los otros, no es un intento de capitalizar a su favor oportunistamente, en eso el movimiento indígena y campesino y popular es muy sensible, cuando viene otro para querer capitalizar y conseguir el interés de otro, rápidamente te das cuenta. Pero cuando vienes a ayudar mi interés y te subordinas a mi mando, este ser es solidario conmigo” “y mañana yo también seré solidario contigoes un hecho de retribución, muy de la lógica popular, te doy pero tú también me das, te ayudo pero también me ayudas, eso es lo que ha ido construyendo Evo a lo largo de estos últimos quince años. Cuando el 2005 el presidente Evo logra el 54% no es que solo los indígenas votan por él, es que parte de los indígenas, y parte de las ciudades y de las clases medias votan por él.

Yo entiendo cuando dices “es muy difícil que en Chile se de la experiencia boliviana” porque allí los indígenas son mayoría o son la mitad al menos de Bolivia, aquí no. Es cierto, es más difícil porque ya se es una población minoritaria como mapuche, pero la lógica de la construcción de las alianzas y la lógica de la hegemonía sigue siendo la misma. La hegemonía es la capacidad que puede tener este 10% de articular a otros que no son los mismos que él y de representar los intereses de él en una lucha conjunta, es un hecho discursivo, de ideas, de palabras, de símbolos y es un hecho práctico. El momento en el que el movimiento indígena mapuche también dialoga con lo popular, está empezando a construir hegemonía, si el movimiento mapuche solo va a atrincherarse en su movimiento y en su planificación no va a salir de la cápsula, uno puede decir que es la primera fase para consolidar lo mapuche y luego hablar con más fuerza con lo urbano, no es cierto, al mismo tiempo que se logra la unidad mapuche, se logra la unidad con el movimiento popular, es la experiencia nuestra. Evo pudo unir a los indígenas que son por definición divididos en Bolivia porque también lograba atraer otros sectores, y otros indígenas que veían que Evo lograba atraer a los fabriles, lograba atraer a la Central Obrera Boliviana, otros indígenas que no querían saber de Evo, también se suman, a medida que avanzas alianzas con otros sectores no indígenas, sectores indígenas también se suman, y a medida que avanzas con sectores indígenas, sectores no indígenas también se suman, entonces es una lucha simultánea. Tú alianza con el exterior te ayuda con tus alianzas internas y tus alianzas internas te ayuda con tus alianzas externas.

La cosa es sí el movimiento indígena en algún momento va a poder representar lo universal, aun siendo minoritario, representar el otro imaginario de Chile. Eso es lo que pasó en Bolivia, se dieron circunstancias muy especiales, derrumbe del sistema político, crisis económica, enfrentamiento entre instituciones del Estado, decepción y frustración colectiva porque queríamos ser Suiza según los neoliberales y no era Suiza, seguimos siendo  Bolivia, el segundo país más pobre de América Latina. Pero el movimiento indígena supo hablarles a los intelectuales, a la clase media, a los jóvenes, a los obreros para trabajar conjuntamente en otro ideario de Bolivia, no dijo quiero un país indígena, sino una Bolivia donde lo indígena sea respetado  y tomado en consideración, pero quiero a Bolivia es decir, asumió lo universal, asumió las banderas que unificaban a todos. En el fondo esa es la lucha política, la pelea por los universales, lo general, lo que es capaz de articular a todos, tomar en cuenta a todos. Las clases políticas tradicionales, manejan una idea de Chile o una idea de Bolivia, representan a Bolivia, representan a Chile. Hay que pensar cómo lo hacemos para que el movimiento indígena represente a Chile, el error del movimiento indianista y porque no prospero en Bolivia es porque hablaba de los indios, pero no hablaba de Bolivia. En esa diferencia se jugó la hegemonía en Bolivia, hay algo en que ya se une con el resto sin cuyo nombre, sin cuyo símbolos no puedes avanzar eso es Chile, hay Chile con toda su herencia de fallas, de etnocidio, pero existe Chile, y el movimiento indígena es muy importante en Chile. Si no habla de Chile y se alza queda reducido a un 10%, cómo hacemos que ese 10% se convierta en el 70% es en la capacidad de hablar por el resto que no son indígenas, pero bajo mando indígena, bajo color y lenguaje indígena, pero hablar también por el resto de los grupos subordinados de la sociedad.

 

 

Fotografía extraída de HispanTV.com

Comunicador Social para Revista De Frente. Sociólogo e Investigador. Diplomado en Intervención Comunitaria por la Universidad de Chile. Abogado en formación por la Universidad Alberto Hurtado.

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