
«De la rebelión de octubre a la asamblea constituyente» Propuesta programáticas de Nicolás Romero, editor de Revista De Frente
Mi nombre es Nicolás Romero, soy Abogado de Profesión y Comunicador. Mi infancia y adolescencia la viví en la Comuna de La Reina y hoy vivo en Peñalolén. Ingresé a estudiar derecho en el 2003. En el 2006 coordiné la Escuela de Educación Popular para dirigentes secundarios de la zona oriente; En el 2011 fui Director del Centro de Estudios de la FECH. Fui director de Solución Nuevo Chile, plataforma donde técnicos y profesionales colaboraron con las luchas territoriales, que llevaron a la victoria del movimiento social en Peñalolén en 2011. Desde hace 10 años, ejerzo como abogado en materias de familia y laborales, asesorando a sindicatos de la Comuna de La Reina. También soy editor de www.revistadefrente.cl
Hoy soy candidato por el distrito 11 a la Convención Constitucional.
Frente al agotamiento del neoliberalismo apostamos por una transición agroecológica que nos permita producir y saciar necesidades humanas en equilibrio con la madre tierra. Para lograrlo, una nueva constitución nacida de una Asamblea Constituyente es necesario y para conseguirla, deberemos volver a saltar los torniquetes que la #CastaPolítica le coloca a la participación del movimiento social y los independientes.
Luego del 18 de octubre, y también con la pandemia del COVID-19, se multiplicaron las organizaciones sociales y populares por el distrito y por todos los territorios dando respuesta donde el Estado no llegó. El Movimiento Social Constituyente/Lista Del Pueblo agrupa a organizaciones que en conjunto decidimos embarcarnos en esta batalla por el distrito 11.
Somos la única lista que defenderá que el poder reside 100% en el pueblo, por lo que la convención constitucional deberá ser desbordada por asambleas territoriales y mecanismos de democracia directa que mandaten a los convencionalistas.
# Ideas constituyentes
El nuevo Estado debe ser plurinacional, post colonial y antipatriarcal. A su vez, debe ser garante de derechos sociales básicos como la educación, la salud, la alimentación, la vivienda, las comunicaciones, la seguridad social y proteger especialmente a sus niñes. Debe, al igual que sus FFAA, ser respetuoso de los DDHH. Ante la devastación que provoca el capitalismo a escala global es necesario iniciar un proceso de transición agroecológica y post extractiva que ponga en el centro el buen vivir y el respeto a nuestra naturaleza.
1.Reemplazar el rol subsidiario del Estado por el «Principio Pro Comunidad». Cuando “la comunidad” quiera producir para saciar las necesidades humanas consagradas en la constitución y en los tratados internacionales de DDHH, el Estado deberá facilitar los medios técnicos, financieros y legales.”
2. Ante la devastación que provoca el capitalismo a escala global es necesario iniciar un proceso de transición agroecológica y post extractiva que coloque en el centro el buen vivir y los derechos de la madre tierra. Garantizar la soberanía alimentaria como principio estratégico y la prohibición de producción y comercialización de transgénicos.
3. Profundizar la democracia, superando una visión individualista de participación, reconociendo derechos colectivos de participación en la gestión política y económica. Reconocer el principio de «Planificación descentralizada» apuntando a la construcción colaborativa de un «Plan Nacional» que defina y organice áreas prioritarias de desarrollo económico en concordancia a una transición agroecológica.
4.-Chile apuntará al fortalecimiento de una política de integración de los pueblos del Cono Sur y Nuestramérica. Fomentará alianzas tendientes a la construcción de un espacio económico compartido, libre tránsito de los pueblos y alianzas para la explotación y producción de bienes comunes estratégicos como cobre, litio y gas natural. El Cono Sur se convertirá en un espacio de Paz y se fomentará la coordinación de los ejércitos para garantizar dicho objetivo, libre de la tutela de cualquier potencia entranjera.
5.- Derecho a la auto determinación. El estado debe reconocer el derecho a la autodeterminación política, cultural y espiritual de los pueblos, naciones originarias y afrodescendientes que habitan el territorio.