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Cumbre entre Rusia y Turquía: Guerra, gas, granos y otras hierbas.

Suponer de los objetivos que se persiguen en el conflicto de Ucrania están limitados solo al control territorial de algunas provincias de la cuenca del Rio Don por parte de la Federación Rusa es ingenuo, el kremlin ha elaborado una estrategia durante al menos las últimas dos décadas para recobrar en parte el control geopolítico y económico perdido luego del derrumbe del bloque Soviético.

Desde el inicio del gobierno de Putin el kremlin ha orquestado un abanico de acciones que van desde lo militar hasta lo diplomático a fin de contener una crisis económica que asfixiaba las quebradas arcas rusas y recuperar, aunque sea solo en parte, un pisoteado orgullo nacional. Es así que se ponen en marcha grandes proyectos de estabilización de fronteras y territorios convulsionados como en Osetia y Chechenia, pero también proyectos productivos nacionales que puedan inyectar recursos a una Rusia desmembrada y saqueada desde el interior por oligarcas y especuladores que compraron a precio de chatarra la mega industria pesada soviética.

Después de la crisis de los productores petroleros del golfo pérsico, primera y segunda guerra de Irak, inestabilidad saudí y levantamiento en Yemen entre otras, Moscú vio una posibilidad, invirtiendo fuertemente en la producción de Hidrocarburos, particularmente gas natural, demandados hasta la extenuación por los Países de la Unión Europea en su inacabable necesidad de generación energética que pudiera dar sustento a su matriz productiva y estilos de vida.

Gazprom, el gigante del Petróleo Ruso comenzó entonces su camino para consolidarse como uno de los mas grandes productores de hidrocarburos del mundo. Se construyeron en los años siguientes grandes gaseoductos atreves del Mar del Norte, el territorio ucraniano y el Mar negro, con objeto de poder surtir a Europa en su demanda, asegurando de paso obtener obscenas ganancias que el kremlin tanto necesitaba.

El estallido de la guerra vino a interferir con el normal flujo que desde hace año manaba desde el otro lado de los Urales, aterrando a media Europa de una crisis no vista desde la segunda guerra mundial, pandemia de COVID mediante y una recesión estructural arrastrada ya por años en las economías mas fuertes del viejo continente ad portas de un inverno que se pronostica como uno de los más fríos en décadas. Se asomaba entonces como la receta para el caos, haciendo a todos correr en círculos he implorar alguna salida urgente.

Los intereses norteamericanos largamente vinculados a la producción petrolera Saudí no son sorpresa para nadie, Washington impone sanciones al Gas Ruso  dejando sin alternativa a países como Alemania o Francia, que lentamente comienzan a cuestionar a su socio estratégico de la OTAN mientras que el precio no deja de elevarse donde paralelamente los productores árabes se niegan a aumentar la producción a fin de estabilizar el mercado, ellos ya tienen su crisis propia, incluida el conflicto Arabe-Yemeni y no perderán esta oportunidad de hacerse de nuevos dólares para financias sus mono productivas economías.

La receta para la crisis estaba servida, faltaba una salida y es así que Putin jugo sus cartas. Hace solo unos días, en Turquía, se reúne con el presidente Erdogan y se abordó la situación y frente al reciente sabotaje del gaseoducto del mar del Norte el Nord Srtream 2 se puso en marcha el plan, enviar vía Turk Stream el gas ruso ocupando como HUB y estación de Transferencia al territorio turco, que aunque miembro de la OTAN no perderá oportunidad de jugar como bisagra con occidente y de paso obtener una tajada del pastel.

El amistoso encuentro no se limito solo a la cuestión del gas, abordo también el transito por el mar negro y el estrecho del Bósforo de los buques que transportan granos (trigo, cebada, maíz entre otros) provenientes de la zona en conflicto y que funge como el principal granero del mundo debido a su clima estival, extensas llanuras y capacidades instaladas, permitiendo ad portas del invierno abastecer a los mercados de la cuenca del mediterráneo que dependen de estos alimentos.

La reunión que duro varias horas termino con humo blanco entre estos dos presidentes, un acuerdo que aun en desarrollo se vislumbra auspicioso para ambas partes, Turquía obtiene entonces su ambicionada plataforma de transferencia para surtir desde los Balcanes gas para Europa reforzando las capacidades que se mantenían ociosas en las tuberías del gasoducto que llega a sus costas desde Rusia y el kremlin no tan silencioso aunque lejos de las acostumbradas pompas Soviéticas pudo conseguir una alternativa que lo proteja de las sanciones centro Europeas y Norteamericanas para la exportación de sus productos  reforzando así la estrategia de posicionamiento en los mercados Mundiales que Moscú viene construyendo hace dos décadas.

La guerra entonces que aparentaba solo una disputa territorial en las Fronteras Rusas muestra sus otros objetivos en un mundo cada vez menos unipolar y en constante crisis económica, también la consolidación y posicionamiento productivo-exportador que arrebate mercados a los monopolios del capitalismo tradicional se debelan entre las acciones desplegadas en medio de los ataques con drones y unidades blindadas en el Donbas y las cercanías de Kiev, todo lo anterior con un muy cómplice y estratégico silencio de las Autoridades Chinas e Indias que también sacan cuentas alegres de la crisis.

Solo resta decir que, al ser consultados sobre los acuerdos tomados en el encuentro entre estas dos naciones, tanto Putin como Erdogan señalaron que no alcanzo el tiempo para discutir sobre el alto al fuego en Ucrania, objetivo con el que se promociono la cumbre, tema que según se dijo, se postergara para futuras reuniones.

 

Por Andres Saenz.

 

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