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Contra el triunfalismo sobre el cierre momentáneo del conflicto y revuelta popular e indígena en Ecuador

Por: Luis Gutiérrez.
 

Siento no compartir el triunfalismo ante el cierre momentáneo del conflicto en Ecuador, pero hay varios elementos que se están pasando por alto y que son fundamentales:
 
1- El decreto que eliminaba el subsidio a los combustibles sólo se ha pospuesto, a cambio de deponer la movilización. El contenido del nuevo decreto lo negociará una comisión compuesta por gobierno y representantes de la CONAIE.
 

El resto de medidas neoliberales que se han aprobado en los últimos meses siguen en pie. Asimismo, se mantiene la petición del préstamo al FMI que lleva asociadas como condiciones la ejecución de transformaciones estructurales que profundizan la desnacionalización del país, dificultan la salida de la crisis económica y amplían la brecha de la desigualdad.
 
2- En buena medida el triunfalismo sobre el cierre del conflicto proviene de una idealización del movimiento indígena ecuatoriano, pasando por alto que éste es políticamente muy diverso.
 

La CONAIE y su instrumento político, Pachakutik, han hecho no una sino varias veces alianzas con la oligarquía frente a su enemigo común, el proyecto de Revolución Ciudadana del ex-presidente Rafael Correa, y hay dirigencias que ideológicamente se identifican con la derecha.
 

3- El gobierno ecuatoriano en sus declaraciones de cierre del conflicto ha dado a entender que no va a dialogar con todos los actores: se va a redoblar la persecución contra los partidarios de la Revolución Ciudadana. De hecho, esta misma mañana ha sido detenida en su casa Paola Pabón, la prefecta de Pichincha (cargo equivalente en Chile al de gobernador de la Región Metropolitana cuando sea electo mediante voto popular), el principal cargo público identificado con la Revolución Ciudadana.
 

Recordemos además que el ex-presidente Correa se encuentra exiliado, su movimiento político proscrito, el ex-vicepresidente Jorge Glas preso tras un juicio-farsa y Gabriela Rivadeneira, ex-presidente de la Asamblea Nacional y que sonaba como sucesora de Correa, tuvo que pedir ayer asilo en la embajada de México para no correr el mismo destino.
 

Con el problema de la agitación callejera controlado, la contraofensiva del gobierno viene durísima, y se va a seguir centrando, con más ahínco si cabe, en quienes son peligrosos para su continuidad porque a diferencia de la CONAIE/Pachakutik tienen línea política y proyecto de país.
 

4- La crisis económica en Ecuador es resultado de una decisión política, porque es producto del viraje de Moreno desde que asumió el cargo: desconocer la voluntad popular que le había mandatado darle continuidad al proyecto de desarrollo endógeno, integración continental y multipolaridad que encabezó Rafael Correa y que le reportó a Ecuador los años de mayor estabilidad institucional, crecimiento económico y movilidad social de su historia republicana y en vez de ello reinsertar el país en el viejo esquema de vasallaje a Estados Unidos y las instituciones que apadrina en América Latina y el mundo (OEA, BID, FMI) que ocasionaron su ruina a fines de los 90 y que están dilapidando y desmontando ahora el legado de la Revolución Ciudadana. Moreno ha ligado su destino político a ese proyecto, no tiene margen de maniobra ni marcha atrás.
 

5- Moreno con el anuncio ha conseguido ganar tiempo, que utilizará para dividir a la oposición y centrarse en golpear al enemigo común que comparte con la CONAIE. Pero, sobre todo, ha alejado momentáneamente el fantasma de aquello a lo que realmente le temen sus patrones en Washington: la «muerte cruzada», la convocatoria anticipada de elecciones parlamentarias y presidenciales, sin exclusiones ni proscripciones, donde el pueblo ecuatoriano pueda decidir soberanamente si sigue la senda del FMI u opta por retomar la vía propia al desarrollo.

Por: Luis Gutiérrez.

Equipo de política internacional de Revista De Frente

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