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Comentarios tras la convocatoria del Consejo de Seguridad Nacional y la tercera semana de la revuelta popular

Las posturas expresadas por los Presidentes de la Cámara de Diputados, del Senado, de la Corte Suprema, y del Contralor General de la República, ante el llamado a reunión del Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), son una buena noticia y una nueva muestra del aislamiento y arrinconamiento de Piñera y compañía. Toda distancia y resistencia intra institucional ante la agenda represiva y dictatorial del Gobierno suma,y le pone trabas a sus intentos de pasos hacia un Estado de Excepción permanente y un Régimen de Facto fuera de la Constitución y las leyes vigentes. Pero tampoco nos engañemos: más allá de la reunión oficial del COSENA, aquí están habiendo reuniones, conversaciones y tensiones al más alto nivel, entre los distintos actores de la elite dominante de nuestro país. Y una «solución militar» aún más intensa que la de estas tres semanas sigue siendo una carta disponible y que seguramente debaten los actores más poderosos del país.

 

Aquello no quita importancia, de todos modos, al «rebote» momentáneo de la iniciativa de Piñera: Lo que buscó y busca es obtener legitimidad y consenso entre las elites e instituciones para aumentar la respuesta represiva y militarista, y no la está obteniendo, por ahora.

 

Por su parte, las señales indican que el paquete de leyes represivas y autoritarias anunciado ayer por Piñera, no cuenta con el apoyo en el Congreso de la mayor parte de los ex partidos de la Concertación, y por cierto de la totalidad del Frente Amplio y el Partido Comunista. Algunos/as parlamentarios y referencias de la ex Concertación seguramente están de acuerdo al menos parcialmente con tales iniciativas (los Harboe dentro del PPD, los José Miguel Insulza en el PS, y parte significativa de la DC): Hay que acrecentar la presión hacia ellos/as.

 

Lo mismo hacia esos sectores para que voten a favor de la Acusacion Constitucional a Piñera, y dejarles en claro que si no votan a favor quedarán en la Historia como cómplices de las masivas y sistemáticas violaciones a los #DerechosHumanos cometidas en estas ya 3 semanas.

 

No soltar la calle es crucial. Y aumentar la presión intra institucional también: la batalla jurídica – judicial debe hacer retroceder o al menos contener en parte al militarismo. Estos últimos días han habido triunfos parciales pero significativos en ello: la formalización judicial de efectivos de Carabineros y del Ejército por torturas y por los diversos delitos y crímenes que vienen cometiendo, la sentencia de la Corte de Apelaciones de Valdivia declarando ilegal la dictación del Toque de Queda, la liberación del soldado David Veloso Codocedo. La enorme cantidad de acciones judiciales aún no resueltas o incluso rechazadas, son y serán antecedentes para futuras acciones mayores, tanto en el orden nacional como internacional.

 

Los mandos civiles y militares y los ejecutores de esta asonada militarista deben saberlo: Sus responsabilidades políticas, delitos y crímenes serán perseguidos y castigados, tardemos lo que tardemos en ello. Y los silencios, lentitudes y pasividades de ciertos organismos y autoridades «de Derechos Humanos» no será olvidada tampoco: una Michelle Bachelet silente (último tuit y pronunciamiento hace 2 semanas!), una Comisión Interamericana de Derechos Humanos lenta y tibia, unas ONGs internacionales (Human Rights Watch, Amnistía Internacional) con pronunciamientos muy «cuidadosos» y no abordando la gravedad de la situación.

 

Las complicidades de los medios de comunicación masiva, que vienen siendo cada vez mas interpelados e increpados por un Pueblo cada vez más conciente de sus mentiras y manipulaciones, tienen que seguir siendo apuntadas: su rol es central en la producción y continuidad de este «orden» y «normalidad» a las que no queremos volver más.

 

A tres semanas, seguimos. Chile Despertó y esto no tiene vuelta atrás.

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