
Carta abierta: «No podrán callar la voz de Hugo Gutiérrez», por Rosita Silva
Por: Rosita María Álvarez
En medio de una “normalidad militarizada” en que diversos sectores sociales sufren amenazas por parte del sector de privilegio de esta sociedad. Con una cesantía que golpea a los mismos de siempre. Otorgamientos de libertad a los asesinos y violadores de DDHH; mientras se mantiene el encierro de más de 100 días de los luchadores de la legitima revuelta de octubre, encarcelados hasta el día de hoy. La huelga de hambre de los mapuche ya va en 100 días, aumentando la discriminación y la represión hacia ese pueblo. En este contexto, surge un coro de voces de la derecha que rasgan vestiduras sobre posibles conductas impropias del diputado, mientras omiten que ellos han avalado delitos de lesa humanidad, asesinatos, represión y violencia.
No vamos a olvidar nunca la voz de Hugo Gutiérrez; el mismo que hace años atrás levantó su voz ronca y alta para decir que en este país se había cometido atrocidades en el tema DDHH y que efectivamente la dictadura cívico militar era la responsable de tantos y tantos ejecutados, desaparecidos y muertos; lo que se comprobó no solo con el registro de la historia, si no que en los tribunales de justicia, donde entre otras grandes batallas judiciales por la verdad y la justicia, su voz alta y ronca contribuyó al desafuero del dictador Augusto Pinochet. La misma voz alta y gruesa que grito tiempo después contra la corrupción en el parlamento.
Los que callaron, avalaron y sostuvieron la impunidad de los crímenes de la dictadura quieren hoy acallar esta voz comunista que para nosotros -las víctimas y familiares de ejecutados, desaparecidos, presos y perseguidos- es el registro de la conciencia jurídica social de las atrocidades de la dictadura cívico militar. Por ello, callar la voz de Hugo Gutiérrez no es lo mismo que acallar a cualquier otro pensador y vocero de la lucha por los derechos humanos y la justicia social en nuestro país. Lo hacen porque quieren acallar su voz de defensor y su voz de representante del pueblo y con ello, quieren minimizar e impedir su labor en favor de los derechos humanos y en la defensa de los que están presos por la dignidad, a los cuales visita semana a semana en su región.
Los hechos nos muestran que más allá de la institucionalidad que él pueda representar en su calidad de diputado, está el ser que se rebela también contra determinadas formas de la militarización y el abuso que eso conlleva. Seguramente él se hizo las mismas preguntas que yo: ¿Por qué lo fiscalizan a él? ¿Por qué lo graban? ¿Por qué difunden la grabación? Esto, más que una fiscalización, parece una encerrona por parte de quienes aún tienen las manos manchadas con sangre.
¿Por qué ahogar esta voz que siempre ha hablado fuerte y golpeado hoy? ¿es que quieren hacer un empate?, me pregunto yo. Con qué moral y con qué historia, que no sea con las manos llenas de sangre, el sector que viola y asesina jamás podrá empatar esta historia, porque la sangre en sus manos no se puede empatar, por la lucha por la vida y la dignidad.
Hugo, aunque quieran acallar tu voz “No Podrán”. No podrán ahogar tu voz certera y fuerte contra las injusticias, porque a pesar de la infamia que han levantado, tu historia por la lucha por la vida y la dignidad no la podrán borrar.
Rosita María Silva Álvarez, Hija de Mario Silva Iriarte, abogado, ejecutado en Antofagasta por la Caravana de la Muerte.