
«Breve historia del Cordón Cerrillos-Maipú» Por. Miguel Silva
Por: Miguel Silva
En estas páginas veremos cómo funcionaba el Cordón Cerrillos-Maipú, sus logros y limitaciones.
En la comuna de Maipú laboraban alrededor de 46 mil trabajadores en unas 250 industrias de las más dinámicas: fibras textiles, aluminios, línea blanca, neumáticos, vidrios, manufactura de cobre y el centro de distribución de combustible para la capital. Las 16 empresas textiles y las 77 empresas metalúrgicas, conformaban más del 50% de empresas que poseían sindicatos. Además, una quinta parte de los sindicatos de la comuna eran nuevos, formados recién en 1971 y 1972.
Se registró un total de 63 huelgas en 1972, de las cuales 55 correspondieron al sector industrial y 8 al sector rural. De esas 63 huelgas, solamente tres fueron legales. Eran largas y participaron en ellas 6.341 obreros y 3.154 empleados.
Es más, casi la mitad de los trabajadores vivían en otras comunas entonces lo que ocurría dentro de la comuna podía ser transmitido hacia afuera.
Sin embargo, donde residían más empleados, trabajaban muchos obreros. Quizás así podamos entender mejor el hecho que, concentrándose una gran masa de trabajadores, el Partido Nacional logró tener una base muy poderosa y que la alianza PN-DC eligiera como alcalde a un militante democratacristiano.
En lo que al sector agrícola se refiere, las comunas de Maipú y Barrancas proveían el 70% de las hortalizas que consumía Santiago, siendo la fertilidad de sus suelos una de las más altas del país, pero la explotación de los trabajadores temporeros enriquecía a una multitud de intermediarios. Por su parte, los campesinos del área reformada se veían obligados a «vender en verde», – es decir, que vendían la cosecha en el momento en que la sembraban -, con el fin de conseguir el dinero necesario para semillas y fertilizantes. De este modo, en el momento de la cosecha los precios del mercado eran mucho más elevados.
En 1968 hubo 43 huelgas en Melipilla, zona agrícola cercana a Maipú; el año 1969 hubo 53 y una movilización culminó con una marcha a pie a Santiago y con 14 tomas de fundo. Se formó «Campesinos al Poder», una Federación Campesina escindida de la Federación ligada a la DC.
“Para los campesinos de Melipilla la colusión de los jueces con los terratenientes no es una cuestión teórica; la han visto con sus ojos y sufrido en su pellejo. Más de 120 campesinos detenidos, lanzados a los caminos con sus familias, atropellados y escarnecidos por el magistrado local, Hugo Olate. Hasta que el 9 de Mayo de 1972, saturados de abusos, no pueden esperar más e invaden el local del Juzgado, patean las puertas y sacuden las murallas, mientras el magistrado se refugia tembloroso en una oficina cerrada con llave y tranca.»
La gran utilización agrícola del suelo tenía en parte como causa el hecho de que no hubiera tantos campamentos dentro de la comuna.
Cerrillos-Maipú y el campo cercano conformaron entonces, un área de gran concentración de trabajadores de la ciudad y el campo con una historia de lucha.
El Cabildo, el Comando y el Cordón
El Cordón nació de las reivindicaciones locales de la comuna, como por ejemplo las demandas por locomoción colectiva, consultorios médicos, hospitales y viviendas permanentes. Se gestó, a principios de abril del año 1972, una movilización que culminó con una gran reunión abierta destinada a la discusión del problema de la locomoción. Se hicieron presente los pobladores de varios campamentos y JJ.VV., incluso algunas controladas por la DC. Asimismo, hicieron acto de presencia el regidor del PS por la Municipalidad de Maipú, dirigentes DC en representación del Alcalde e incluso unos miembros de Patria y Libertad. Se trataba de una reivindicación poblacional elemental, y por ello, muy amplia.
Los que impulsaron la reunión fueron cuadros obreros del PS actuando en calidad de pobladores residentes de la Comuna. Se planteaba además, ir trabajando hacia el logro de lo que se llamó un Cabildo Abierto, en el cual se efectuaría la articulación entre obreros, pobladores y campesinos de la Comuna.
El mismo día que tuvo lugar la movilización, se realizó una primera reunión y de allí surgieron tres comisiones, de salud, vivienda y locomoción con el fin de prepararse para el Cabildo. El propio Alcalde había comprometido su asistencia para tal ocasión.
El día en que se llevó a efecto el Cabildo, contó con una participación efectiva de 300 a 400 personas; unos cien pobladores del campamento «El Despertar de Maipú», el Sindicato Campesino «La Rinconada de Maipú», sindicatos y grupos de trabajadores de diversas industrias. En un categórico rechazo a la Municipalidad como institución y a la persona del Alcalde de la DC- quien no asistió , se planteó la necesidad de instaurar en su reemplazo un poder paralelo a la Municipalidad, el Comando Comunal.
Se acordó igualmente que todos los presentes impulsarían su formación en las organizaciones de base respectivas – Juntas de Vecinos, Centros de Madres, las JAP. De esa forma un Consejo local de Salud logró incorporar alrededor de treinta sindicatos. También se lograron mejoras parciales en el problema de la locomoción y los pobladores lograron que las autoridades se acercaran a los campamentos para conocer sus problemas.
En este contexto surgió el Comando Coordinador de los Trabajadores.
El detonador fue la concomitancia de las luchas en tres industrias por el ingreso al «área de propiedad social». Influyó también el darse cuenta que las tramitaciones a que eran sometidos pliegos de peticiones, provenían de las negociaciones políticas entre la UP con la DC que continuaban hasta fines del mes de julio. Tras estas motivaciones, cobraba fuerza la idea de organización y movilización «desde abajo».
El sector izquierdista del PS necesitaba, en ese momento, concretar una alternativa «revolucionaria» frente a las propuestas de repliegue y negociaciones del gobierno de la UP y del PC surgidas del cónclave de Lo Curro del mes de mayo y pasaría a constituir, al menos en una primera instancia, el elemento impulsor del Comando. Según algunos de sus militantes, querían «la gestación de un poder popular territorial más allá de los sindicatos y partidos políticos» que alcanzara «la superación de las discrepancias tácticas existentes entre los partidos», el cual tomaría la forma de un consejo comunal de trabajadores basado en el «modelo soviético».
Podemos ver en acción estas distintas políticas en la industria CIC, donde se enfrentó el día 15 a una huelga legal por pliego de peticiones. El día 17 de Junio, se tomó la fábrica CIC para exigir su paso al Área Social.
«Los trabajadores de CIC procedieron a la ocupación del local de la industria, luego de votar la huelga a raíz de una discusión del pliego de peticiones y no entendimiento entre los trabajadores del sindicato industrial y la gerencia en los puntos que se solicitaban.
Los trabajadores de la sección mueblería, donde había mayoría socialista, querían lograr la intervención de CIC y el paso de esta industria al área de propiedad social.
Por otro lado, la sección metalúrgica, donde existía mayoría comunista y DC, planteaba que se había elegido un mal método (la toma), que no había que «apresurar» de manera irresponsable el paso de CIC al área de propiedad social y que los trabajadores aún no estaban preparados para dar el paso.
El día miércoles 21 de junio, triunfó la posición PC-DC — “la batalla de producción”– con 458 votos, en contra se pronunciaron 368 trabajadores.”
Dos días antes de esa votación, el día 19, empezó una huelga en Perlak (fábrica de conservas), y otra en Polycron, productora de fibras y algodones sintéticos.
Paralelamente, los pobladores se tomaron nuevamente el camino Pajaritos en protesta por el problema de la locomoción colectiva. Apedrearon micros y se tomaron el puente de La Aguada. Los choferes de las máquinas por su parte alegaron falta de repuestos; de los vehículos municipales, sólo 10 de los 47 estaban en servicio activo.
Luego, un pequeño grupo de obreros de Perlak, acompañados por algunos trabajadores de las industrias El Mono, Polycron y CIC, se tomaron, el día 22, el Gabinete del Ministerio del Trabajo, lo que provocó un enfrentamiento entre la Ministra de Trabajo y un dirigente sindical de Perlak. Peor aún, «Patria y Libertad» secuestró al padre del Presidente del sindicato Perlak, con la amenaza de un plazo de 12 horas para entregar la industria.
Aproximadamente una semana después, el 28 de junio, la comuna volvió a estremecerse. Esta vez fueron los trabajadores de la Maestranza Maipú quienes acudieron a la huelga en protesta por la mala administración de la empresa y por el retardo de su incorporación al «área de propiedad mixta» y ocurrieron dos importantes reuniones.
En la primera de ellas, impulsada por los obreros de Perlak, Polycron y El Mono, participaron trabajadores de aproximadamente unas diez industrias con el propósito de discutir el problema de las intervenciones y «dar la pelea juntos».
La segunda reunión tuvo lugar al día siguiente y esta vez agrupó a los trabajadores de unas treinta industrias. La asamblea acordó llevar a cabo una toma de los caminos de acceso a la comuna, como una manera de presionar al Gobierno por la solución de los diversos conflictos, y principalmente, por el paso al área de propiedad social de Perlak, Polycron y El Mono.
Partidos de izquierda estaban presentes, pero un dirigente del PC señaló que en su opinión, el mitin iba en contra del Gobierno y se retiró. Claro, el PC apoyaba la política “oficial” del gobierno y no cedió a la presión desde abajo.
Fue en esta asamblea donde se constituyó el Comando de Trabajadores de Cerrillos-Maipú. En su Plataforma de Lucha del Comando de Trabajadores se lee que quería Apoyar al Gobierno y al presidente Allende, expropiar las empresas monopólicas, pero también instalar el control obrero de la producción a través de consejos de delegados revocables por la base.
De acuerdo a lo decidido en la asamblea del día anterior, el 30 de junio se procedió a la toma de caminos en los diversos puntos neurálgicos de la comuna. Participantes en la acción distribuyeron volantes para estimular la realización de asambleas e incorporar la mayor cantidad de organizaciones en las discusiones.
A las 15 horas del mismo día, llegó a la toma el Intendente de Santiago, el Subsecretario del Trabajo y de tres miembros del Comité Central del PS, y tres horas más tarde se hizo presente el mismo Ministro de Economía, Carlos Matus quién vino con el Decreto de requisición de Perlak en la mano y anunció también la decisión de intervenir Aluminios El Mono y Polycron durante el transcurso de la semana. ¡Parecía una victoria!
Sin embargo, el Comando decidió efectuar otra gran manifestación de protesta el día 12 de julio debido a las nuevas tramitaciones a que eran sometidos, como repudio al Poder Judicial y al Parlamento y en solidaridad con los campesinos de Melipilla en conflicto. Ese mismo día, trabajadores de la Federación de Trabajadores de Conserva (FETECO) se tomaron cinco fábricas de conservas… pero como respuesta la Ministra del Trabajo desconoció la personalidad jurídica de la Federación.
El Comando y el Paro de los Camioneros
Sin embargo, luego de meses de mucha acción, el Comando se desactivó. A fines de septiembre, una reunión para enfrentar los problemas relacionados con la intervención de Maestranza Cerrillos, no logró reunir a más de seis industrias. En ella se hicieron duras críticas al PS y su directiva ordenó el retiro del partido del Comando. Es decir, la presión ejercida por su partido y el gobierno era más fuerte que su adhesión al Comando.
Sin embargo, el Comando logró reunirse nuevamente el día 3 de octubre a raíz de las tramitaciones sufridas por Calvo, industria que comenzó una huelga ese mismo día. Miles de trabajadores de Maipú desfilaron en una ruidosa manifestación que se concentró finalmente entre las calles Teatinos y Morandé. Exigían el paso de BATA y CALVO al área de propiedad social…
«A las 10 de la mañana dichos trabajadores en gran número, tripulando camiones pesados, llegaron hasta el centro de la ciudad y se estacionaron frente a la Plaza de la Libertad obstaculizando el movimiento de vehículos en la Alameda que se dirigían a Estación Central.
(En un comunicado) dicen «los reaccionarios encontraron una nueva artimaña para sabotear las intervenciones disolviendo las empresas intervenidas y creando de inmediato otras nuevas. De esta forma, eliminaron la participación de los obreros en la dirección y administración, y al mismo tiempo traspasaron a las nuevas empresas las máquinas y el capital, lo que escapa al control obrero… Tal es el caso de Miguel Calvo y Cía. Ltda.»
Se decidió, tras varias reuniones del Comando, efectuar una nueva toma de la comuna de solidaridad, la cual no llegó a materializarse por cuanto se inicia es ese momento el paro de los camioneros.
En un intento de controlar – por lo menos un poco – el sistema de transporte, el gobierno había puesto un plan de crear una empresa estatal del transporte en la Zona de Aysén. El gremio de los camioneros tanto local como nacional se opuso a la medida y se organizó para salir en Paro el día 10 de octubre. Pocos días después, la Sociedad de Fomento Fabril acordaba «Instruir a los industriales para que procedan a paralizar sus actividades en forma indefinida a partir de hoy.
Durante los días de paro, los pequeños partidos de la Izquierda revolucionaria presentes en Cerrillos-Maipú, intentaron dar mayor organicidad al Comando de Trabajadores, eligiendo para ello una Directiva provisoria, conformada por activistas políticos: uno del MIR, uno del PS, uno del PC Bandera Roja y uno del PC Revolucionario. Sin embargo, una asamblea realizada el día 17, contó con la asistencia de solo 6 sindicatos.
A su vez, donde los ejecutivos o patrones adhirieron al paro, los obreros ocuparon las plantas y mantuvieron la producción bajo su dirección. Tenían el apoyo de los partidos del Gobierno.
Se produjeron movilizaciones de los trabajadores con el fin de abrir el comercio que había cerrado sus puertas y de tomarse los camiones paralizados, pero Maipú aportó muy poco a nuevas formas de distribución. En SUMAR se procedió a la requisición de dos camiones; en FANTUZZI se organizó la distribución de comida y en PERLAK, los trabajadores crearon un caldo especial para niños, elaborado por técnicos del SNS y en máquinas acondicionadas con la ayuda de las fábricas del Cordón. Mientras, POLYCRON vendía confort en una feria popular.
Mientras tanto, en una reunión organizada por la CUT provincial para discutir las elecciones, la delegación del Cordón Cerrillos-Maipú propuso la no devolución de empresas intervenidas y los obreros de la empresa CALVO ofrecieron 50 camiones de la planta – en ese momento en sus manos -, para enfrentar el paro camionero.
En fin, durante el paro de octubre quedó demostrado que la capacidad del Comando era todavía muy limitada. Sin embargo, en una u otra forma, la mayoría de las empresas tomadas seguían en manos de sus trabajadores. Por otro lado, en la comuna se registraron solamente tres huelgas en Noviembre y ninguna en diciembre.
La devolución de las empresas y el conflicto militante, partido y dirigentes base
Orlando Millas, dirigente PC, estaba encargado por instrucciones del Gobierno y de Salvador Allende, de llevar a cabo la devolución de las empresas tomadas durante el paro de octubre. Pero gran número de los dirigentes de las empresas tomadas eran militantes del PS, dirigentes sindicales de base que también creían en la UP.
Javier Bertín describe las consecuencias prácticas (burocráticas) de este conflicto:
“Los representantes de las fábricas en el cordón eran los mismos dirigentes sindicales. El tamaño de las reuniones dependía mucho de la coyuntura, pero ya estamos hablando de 80, 100 personas en su gran mayoría dirigentes; eran casi asambleas. Los dirigentes volvían e informaban de los acuerdos del cordón en sus respectivas asambleas de trabajadores. Y por supuesto, este informe, esta participación, dependía también de la concepción que tenía el dirigente. Si el dirigente era burocrático y de vieja cuña, pasaba la información necesaria y nada más. Si era un dirigente con una visión nueva, que realmente era comprometido con la estrategia del poder popular, se preocupaba que todos sus compañeros estuvieran lo más ampliamente informados posible sobre lo que el cordón había hecho.
Guillermo Rodríguez, también del MIR Cerrillos, tomando en cuenta que el presidente del Comando era Hernán Ortega, interventor de Fantuzzi y Enrique Ramírez dirigente del seccional del PS, agrega que:
“En la etapa de mayor concurrencia, simplemente las Asambleas funcionaban de acuerdo al Presidente (quien previamente tenía trazado sus objetivos a alcanzar en la Asamblea, junto a su fracción de Partido (PS)) y las restantes fuerzas políticas o activistas trataban de «meter» algún punto a discutir a como diera lugar, originándose muchos conflictos porque la «maquina» del PS o de quien fuera el conductor del Frente específico, impedía la discusión vía manipulaciones.”
A nivel nacional, el Secretario General del Gobierno (PS) declaró que en las discusiones internas del Comité Central del PS realizadas en el mes de noviembre, se había concluido que los Comandos comunales «deberían ser presididos por el Intendente, el Gobernador o el Sub-delegado», para “robustecer” (es decir controlar) la organización del pueblo en su misma base.
Sin embargo, a pesar de todas estas presiones, el cordón Cerrillos respondió a la presión de trabajadores de las empresas tomadas y rechazó con fuerza la devolución de estas, propuestas al Plan Millas.
El día 25 de enero se levantaron barricadas en Cerrillos con la participación de trabajadores de muchas empresas del cordón; exigían el traspaso de varias empresas al área social. La composición de la «directiva provisoria» del Comando se nota en el tono “analítico” (y el largo) de su documento el día 30 de enero.
El mismo día 30, los Cordones Cerrillos, Vicuña Mackenna, Ñuñoa-Macul, más obreros de la construcción, se manifestaron frente a La Moneda en contra de la política conciliadora del nuevo gabinete; conversaron con Allende.
Enrique Ramírez estaba en la reunión:
“ Yo estaba en la reunión con Allende cuando invitó a los dirigentes sindicales de Maipú-Cerrillos a la Moneda para plantear la situación de los cordones. Allende, recuerdo, hablaba de la gran crisis del cobre, problemas económicos internacionales, la situación del boicot y la gente hablaba que ellos querían una respuesta diferente. Bueno, cuando fuimos a plantear los temas, Ortega habló primero y Allende lo trató como infiltrado, que no teníamos nada que ver con el PS; hubo una discusión bastante dura. “
Distribución y Producción
El Paro de octubre subrayó que la distribución de los bienes no estaba bajo el control del gobierno. Sin embargo, en un intento de no provocar a la DC puesto que existían posibilidades de acuerdo con ella, el gobierno no quería presionar para tomar control de esa distribución.
Sergio Juárez, el nuevo gerente general de la distribuidora estatal Agencias Graham, estaba sujeto a estrictos límites respecto a lo que podía hacer:
«Nosotros, una empresa del estado, de propiedad de todos los chilenos, íbamos a distribuir los uniformes escolares. Sin embargo, a pocos días que se iniciara su comercialización, por resolución del General Bachelet (de DINAC), se nos señaló que los uniformes serían distribuidos por la Cámara de Vestuario, una asociación privada patronal»
Se confirmaba este tipo de problemas en Perlak:
«El General Bachelet (de DINAC) nos dijo a los dirigentes que no debíamos entregar los productos a Graham. Nosotros íbamos a tener materias primas siempre que otorgáramos a DINAC», informó Santos Romeo de Perlak.
Fue durante esos primeros días de abril que los trabajadores de Prodinsa y Sylleros, -industrias de Cerrillos productoras de cables de hierro que mantenían una huelga por 26 días exigiendo la requisición de la fábrica y un aumento en sus sueldos, procedieron a levantar barricadas que ubicaron en el camino Santiago – San Antonio.
Ultima Hora conversó con el Presidente del Sindicato Industrial Copihue quien explicó: «Nosotros como trabajadores estamos con el Gobierno Popular y su programa. Resguardamos su cumplimiento, pero cuando somos tramitados largamente y nadie da un corte a nuestros problemas, nos movilizamos para reclamar un poquito de atención.»
Una asamblea de cordones realizada en Fantuzzi, resolvió organizar una manifestación de apoyo. Dirigentes del cordón fueron recibidos por el Ministro del Interior, quien anunció la requisición inmediata de SYLLEROS. Esa noche, Hernán Ortega del Cordón Cerrillos, declaró una gran victoria para los trabajadores.
Mientras, Salvador Allende se dirigía al país por cadena nacional para denunciar «la determinación de un sector de trabajadores y pobladores para llevar adelante una escalada destinada a tomar algunas industrias, algunas empresas, fundamentalmente las distribuidoras estatales y privadas».
Escuchemos una discusión entre trabajadores y campesinos del Cordón Cerrillos sobre las frustraciones que sentían:
El encargado de la Comisión de Distribución (de Perlak), carpeta en mano, agregaba:
«… A Agencias Graham le entregamos mensualmente, en salsas de tomate, un millón cien mil unidades, y ésas no se ven… en sopas, incluyendo las de guagua, le pasamos 42 mil 900 unidades y no vemos nada de eso en las poblaciones.
Y les voy a contar, compañeros, que la semana pasada un compañero inspector de la empresa pudo constatar cómo se le entregaba una caja de salsas a un pequeño comerciante a nada menos que 2 mil 500 escudos. ¿Y saben a cuánto sale de aquí? a 550 compañeros.
Un agricultor pidió la palabra:
«A los trabajadores nos interesa entregar la producción a nuestros hermanos de clase; nos interesa producir más, pero no para que se lo lleven los ricos, no para el mercado negro, no para las señoras del barrio alto…
«Aquí compañeros, debemos ver bien una cosa; las distribuidoras que el Estado controla no tienen más de un 25 o 30% de la distribución en general, donde se están vaciando los esfuerzos de los obreros y campesinos… Entonces compañeros falta la segunda pata, falta expropiar más…»
Quedó claro que, para ganar control sobre la distribución, sería necesario tomar control de predios y empresas. En fin, la presión que ejercía el Gobierno y los partidos de la UP ya no bastaba para convencer a sus bases que debían disciplinarse. Es más, la victoria de la UP en las elecciones de marzo parecía probar que más radical, mejor. En junio, los trabajadores se tomaron el local de un antiguo matadero municipal. Los campesinos de las CERA llevan la leche y toda la producción chacarera y se vende allí, directamente a los pobladores. Los compañeros de las JAP y de las otras organizaciones poblacionales se encargan de la distribución de todo el abastecimiento que va llegando.
El Ministro de Agricultura, Pedro Hidalgo, se hizo presente al día siguiente de la toma y se reunió con la directiva del Consejo Campesino y del Cordón, en la industria Perlak. Firmaron allí un acta de acuerdo que fue dada a conocer esa noche en una asamblea general, en presencia del Encargado del Ministerio de Agricultura, Alfredo Páez. Las medidas adoptadas con el Ministerio contemplan la toma de posesión de los fundos expropiados anteriormente por CORA y la expropiación de los otros al plazo más breve.
En fin, ya estaba claro que los cordones tenían poder. Incluso…
«Los cordones industriales Vicuña Mackenna y Cerrillos, a través de un acuerdo con el Servicio Nacional de Salud, lograron que hasta las industrias del Área Social intervenidas o requisadas, llegaran equipos de dentistas, a prestar atención a los trabajadores.
Desde hace más de un mes, tres equipos de jóvenes dentistas han estado prestando sus servicios en las industrias Fantuzzi y Cintac.”
El Tanquetazo – La Reacción del Cordón Cerrillos
Como ensayo de golpe, el teniente coronel Souper organizó la sublevación de su regimiento blindado a fines de junio.
Santos Romero de Perlak cuenta que:
«A las nueve y veinticinco minutos del viernes 29, un primer comunicado señalaba que habría que concentrarse en las fábricas y tomarlas, controlar y requisar alimentos, medicinas, combustible y vehículos. Y enviar un delegado a la “central” del cordón.
A los pocos minutos de este instructivo, la totalidad de las industrias del sector eran ocupadas por los trabajadores. Se requisaban decenas de vehículos y de inmediato se organizaban las guardias, comités y brigadas.
El consejo Comunal Campesino de Maipú ocupó todos los fundos; cortó los caminos y abastecimiento a los intermediarios, entregando exclusivamente al mercado popular de la comuna que desde hace algunas semanas permanecía bajo el control de los pobladores. Los campesinos requisaron vehículos y se pusieron bajo los órdenes del Comando Central del Cordón Cerrillos
En otros comunicados, el cordón acató una decisión de la CUT de marchar al centro de Santiago
De hecho, la CUT ordenó la toma de las industrias, pero luego planteó la devolución de algunas de ellas.
Javier Bertín recuerda :
“Llegado el Tanquetazo, tenemos una situación e incluso un Ortega radicalizado y con un sector del PC radicalizado también. Entonces, se reúne el cordón, creo que fue en Cobre Cerrillos y se empieza a discutir el plan de movilización para resistir el Tanquetazo.
Entonces, fue bien divertido, porque el compañero (operativo MIR) llevaba listas – se propone un comité encargado de operaciones, otro de comunicaciones, etc.; se propone una estructura político-militar y los dirigentes lo recogieron pero de inmediato. Fue bonito porque en ese momento había una unidad, una confianza. Obviamente se cuotea, porque todo en ese momento era cuoteado, entonces, en todas estas instancias, comunicaciones, logística había de todo compartido y entre las diversas fábricas”
Enrique Ramírez cuenta que:
“Yo trabajaba en la industria CIC y el día del Tanquetazo se hizo una asamblea, se tomó la industria y fui elegido como delegado de la industria. Toda la gente llama a Fantuzzi donde Ortega era interventor y se organiza la respuesta….la toma inmediata de todas las industrias de Maipú-Cerrillos, lo que se realizó en todas las empresas. Pero después, una vez que termina el problema en la mañana, toda la tarde hubo una asamblea de delegados y de gente que llegó de todas partes para discutir cual era la respuesta concreta.
En esa reunión de 400 personas, se discutió la respuesta que fue la toma prolongada de industrias y junto con los trabajadores, la toma de los fundos de Maipú, una cosa inédita que brigadas de trabajadores fueran y apoyaran al movimiento campesino.“
Los trabajadores discutían, pero también ponían atención a los discursos de los dirigentes «políticos» como Carlos Altamirano. En una reunión después del Tanquetazo en la fábrica Elecmetal del cordón Vicuña Mackenna, Hernán Ortega conversaba con Carlos Altamirano y un trabajador socialista de base dijo:
“Resulta que si sabemos que somos los más claros (los socialistas), tenemos entonces la posibilidad de orientar a la masa compañero, y eso depende de que seamos fuertes, enérgicos…Porque aquí ya hay payasadas que no sirven para nada, como el cuoteo y esas otras cosas…Que nos den la autoridad para incentivar aquí, en la base, esta necesidad de tomar el poder. Porque eso es lo que ya está claro.
Los trabajadores vamos a decir no a la devolución (de las empresas tomadas el día 29), y nosotros, consecuentes con la clase, vamos a tener que estar al lado de la clase y decir: No, no la vamos a entregar.
Entonces, hasta dónde el Partido va a ser capaz de tomar decisiones, de decirle al Gobierno que también respalde nuestras posiciones…»
En la práctica, “no a la devolución” impulsó un enorme movimiento en contra de la derecha y de la devolución de las industrias tomadas que exigía el gobierno. Primero en Cerrillos, el día 18 de julio y luego en Vicuña Mackenna al día siguiente, los cordones mostraron un aumento notable en su poder de convocatoria:
«Las barricadas se levantaron primero en Cordón Cerrillos. El miércoles 18, más de 5 mil obreros, apoyados por el Consejo Comunal de Maipú, ocuparon la comuna.
A las 10.30 de la mañana los trabajadores detuvieron sus labores, movilizándose hacia la Plaza Buzeta. Allí repudiaron los desalojos y exigieron que las 12 industrias que se encuentran tomadas en Maipú, además del resto del país, pasen al área social.
Las barricadas con toma de camino se prolongaron hasta las cinco de la tarde.»
Al día siguiente, el jueves 19, se reunieron con representantes del Gobierno para definir la intervención y la no-devolución (fue solucionada la intervención de cinco fábricas).
Pero ese mismo día, el Directorio de la CUT señaló que:
«La CUT rechaza (además), explícitamente, el anunciado intento de provocar un paro con tomas en algunas industrias, pues éste no obedece a ningún acuerdo actual emanado de nuestra organización».»
Parecía que, por un momento, el gobierno y la CUT habían perdido control y que los cordones tenían más poder que el parlamento.
Sin embargo, luego, en agosto, todos los cordones perdieron su dinámica; sabían que ya venían los ataques de la derecha, pero no sabían cómo reaccionar frente a la inactividad del Gobierno.
Ya conocemos las consecuencias.