
“Aniversario 50 años, el gobierno de la UP y el poder popular” por Miguel Silva
Por: Miguel Silva
En este segundo artículo en el intento de rescatar la majestad y la tristeza de la UP, de enseñar a los y las jóvenes que desconocen la capacidad de trabajadores y pobladores de tomar control de sus propias vidas, hablemos de la capacidad de las organizaciones base para dar forma a las soluciones que nos pueden llevar al éxito durante las grandes crisis.
Primero, como base de todo lo que sigue, es nuestro deber sustentar la idea que es la clase trabajadora, los productores directos, que son centrales en la lucha por el socialismo, en la construcción del socialismo y en la naturaleza misma del socialismo.
El problema de la clase trabajadora debilitada
Se ha criticado el marxismo (nuestro, de Marx) de dejar otras clases productoras fuera de la película y, por ende, ser una ciencia de la revolución de los trabajadores, pero no de los campesinos, los vendedores ambulantes y los millones que sobreviven en América en el mercado negro. En fin, que el marxismo (nuestro) sirve en Europa, donde nació, pero no nos sirve acá.
De verdad, las poblaciones de los países de América no son puro familias campesinas y vendedores ambulantes. Lo que es más cerca a la verdad es que son una mezcolanza de trabajadores asalariados de planta, trabajadores subcontratados o en otras condiciones precarias, de campesinos, vendedores en el mercado negro, cesantes y pueblos indígenas.
El tema, entonces, es si el marxismo (nuestro) nos ayuda a ver cómo actuar para avanzar en la revolución social bajo estas condiciones. ¿Nos ayuda a ver cómo interactúan los trabajadores urbanos con contratos con los otros en condiciones precarias y con los campesinos, los vendedores y los pueblos indígenas?
Creo necesario (aunque es sentido común) recordar que hasta las familias que sobreviven en la cesantía y el mercado negro, compran la mayoría de sus bienes como los tallarines, pasta de dientes, zapatillas, toallas higiénicas y confort en “el mercado” y que son bienes de producción masiva, industrial. Por lo tanto, aquellas familias están estrechamente vinculadas al capitalismo a gran escala. Eso, por un lado.
Por el otro, están desvinculadas del sistema de producción misma. No son, por lo general, trabajadores en la producción y distribución a gran escala, entonces no viven y trabajan bajo la disciplina del capital.
En otras palabras, difícilmente pueden sentir la capacidad de tomar control de ese aparato productivo, capacidad que nace del mero hecho de ser la gente que lo hacer girar todos los días. No tienen cómo sentir esa capacidad de hacer funcionar el proceso productivo por el bien de todos. Los productores pueden sentir esa fuerza porque ya están en condiciones de ejercer ese control. Obvio, generalmente no están convencidos de la necesidad ni la posibilidad de hacer tal cosa, pero ese es otro tema.
Mas claro aún, cuando tres o cuatro décadas de austeridad neoliberal globalizado han quitado a la clase trabajadora de muchos países de sus beneficios. Esa época ha debilitado la clase trabajadora y no se ha recuperado su fuerza, confianza y conciencia todavía.
La producción a gran escala.
Los trabajadores que laboran en la producción a gran escala son importantes, aunque son menos en cantidad en muchos países, que antes. ¿Cómo es posible que son menos pero que producen los bienes que consumismos cada día? Por el aumento en la productividad, lo que ha hecho posible cumplir con las necesidades de cada hogar. Pero no pueden cumplir porque los recursos que tenemos para cumplir con esas necesidades están en manos de unos pocos ricachones capitalistas.
Han existido y existen dos maneras de “liberar” esos recursos de manos ajenas. Por un lado, la intervención del estado a través del “socialismo” del estado. O, por otro lado, a través del control popular desde abajo.
El Área Social durante la UP sí tomó control de la mayoría de los medios de producción masivos… desde la minería hasta los bancos. Pero dejó en manos privadas la distribución, el transporte y los medios de producción de medio tamaño. Esto por evitar la unificación de la derecha y por ende habilitar las negociaciones parlamentarías. Y así facilitar la “vía chilena al socialismo”.
La clase trabajadora y la UP
Eran aquellos trabajadores de la producción masiva que formaron el Área Social creada durante los años de la UP. Salvador Allende dijo sobre el Área Social, que
“El establecimiento del área de propiedad social no significa crear un capitalismo de Estado sino el verdadero comienzo de una estructura socialista. El área de propiedad social será dirigida conjuntamente por los trabajadores y los representantes del Estado, nexo de unión entre cada empresa y el conjunto de la economía nacional. No serán empresas burocráticas e ineficaces sino unidades altamente productivas que encabezarán el desarrollo del país y conferirán una nueva dimensión a las relaciones laborales.”
Pero en la práctica, el Área Social podía llegar a controlar toda la economía una vez que el poder de los trabajadores se consolidaba. ¿Y cómo se medía esa consolidación?… según la estrategia de la misma UP, cuando el gobierno es muy fuerte y puede controlar el proceso parlamentario sin mayores negociaciones.
Las condiciones necesarias para el fortalecimiento y éxito del gobierno de la UP eran que NO se fortaleciera la derecha. Es decir, que la derecha siguiera dividida entre sus varias corrientes. Y para no provocar la unidad de toda la derecha, había que ejercer un elemento de autocontrol en las luchas. En otras palabras, los movimientos fuera del parlamento deberían respetar la obra de la UP dentro del parlamento.
Sin embargo, el gobierno aplicaba el autocontrol también sobre sus propias acciones, quedándose algo paralizado en unos momentos. En esas situaciones… nacieron varios los tipos de organizaciones del poder popular que llenaron el vacío creado por la inactividad del gobierno.
Los Cordones industriales, por ejemplo, nacieron para enfrentar los patrones (o ausencia de patrones cuando abandonaron sus medios de producción), durante el Paro Patronal de octubre 1972 y se reactivaron cuando el gobierno intentó obligar a los trabajadores a devolver sus lugares de trabajo tomados. Reaccionaron con fuerza frente al tanquetazo de junio 1973.
¿Hacia dónde va el poder popular?
Los varios tipos de organizaciones del poder popular nacieron – a veces como iniciativas del gobierno, a veces no –, de la imposición, en la práctica, de límites al Proyecto de la UP. Esas limitaciones, diseñadas para evitar la unificación de la derecha, exigían un auto-control por parte de sus bases, pero de verdad, provocaron nuevas o más amplias formas de organización popular.
En estas condiciones de lucha, eran muy importantes las discusiones “ideológicas” dentro y fuera de las organizaciones del poder popular.
¿Solamente el gobierno debe tener el derecho de fijar el alcance de las acciones de las organizaciones sociales?
¿Si el gobierno decide no intervenir en la distribución o en las empresas de medio tamaño, habría que respetar esa decisión?
Por lo general, los activistas de base aceptaban que el gobierno tenía el derecho y deber de mandar en su “cancha” a nivel nacional, y las varias organizaciones del poder popular tenía el derecho y el deber de actuar en su territorio. Pocos pensaban que las mismas organizaciones del poder popular podían y debían formar su propio gobierno, porque el gobierno de Allende era “su gobierno”.
A nivel territorial, los cordones, por ejemplo, comenzaron a control parte de la producción de bienes, pero no tenían cómo distribuir sus productos y menos podían controlar el mercado negro y los precios. En otras palabras, podían controlar un sector del capitalismo, pero los capitalistas todavía tenían otros sectores en sus manos.
La mayoría pensaba que fue la responsabilidad del gobierno de sacar de las manos de los capitalistas ese control. ¿Y si el gobierno no quería seguir ese camino…qué hacer?
Las JAP también tenía la capacidad de distribuir a nivel local, pero no tenían acceso a los bienes porque los grandes distribuidores no trabajaban con ellas… entonces ¿qué hacer?
Es decir, en la práctica, las organizaciones base mostraban que podían tomar control de la producción y distribución en su territorio, pero tenían sus manos atadas.
El Área Social como solución.
En esas condiciones, ¿el Área Social no debería solucionar los problemas?
A pesar de integrar las empresas más grandes, el Área Social también enfrentó una incapacidad de trabajar bien porque no controlaba las importaciones de materias primas, repuestas para su maquinaria y faltaban técnicos de confianza. En otras palabras, en la práctica el Área Social podía tomar control de lugares de trabajo, pero tenía sus manos atadas.
Esas condiciones también impactaban en la organización interna de las empresas del sector porque provocaban un alto grado de burocracia y “cuoteo partidista”. La frustración tomó el lugar del florecimiento de la democracia directa y la organización base.
Podemos citar opiniones expresadas durante una reunión de trabajadores de la fábrica de Textil Progreso sobre estos temas:
“Trabajador 1:
Yo tengo un reclamo para los compañeros de telares. Como sindicato me parece justo decirles que la calidad del hilado no está saliendo como antes. Yo quisiera saber por qué pasa esto y qué pasa en Hilandería y Peinada.
Trabajador 2:
Yo le voy a responder al compañero dirigente. Resulta que nosotros tenemos en Hilandería Peinado el problema del ausentismo, que hay que recalcarlo mucho ya que es un problema serio por el hecho de ser un departamento grande. Tenemos compañeros nuevos que saben trabajar hasta por ahí no más en la máquina, y que se ponen cuando falta gente. Entonces, salen esos nudos o colas de pescado como las llamamos nosotros. Nos parece importante que Telares se preocupe para que nosotros no nos preocupemos más.
Escorza (Pdte. Sindicato):
Yo creo que aquí el Comité de Producción juega un papel importante. Debemos darnos cuenta de que en Telares ha bajado la producción más o menos en un diez por ciento, y no son sólo los compañeros de Telares los perjudicados, sino que todos en general. Es tarea nuestra enseñar más a los trabajadores y meterlos bien en el asunto de las máquinas. Usted,
compañero, no puede decir que ya no sean importante…No.. ¡la importancia es grande, porque se está perdiendo producción! El jefe debe preocuparse de preparar la gente…parece que en Hilandería Peinada está ocurriendo que de sopetón meten un compañero a la máquina y éste no tenía idea…¡eso no puede ser!
Muñoz (Consejo de Administración):
Oye Escorza, déjame aclararte algo. Resulta que en Hilandería Peinada hay un porcentaje más o menos considerable de compañeras mujeres y mucho del ausentismo ahí se manifiesta en que por ser un departamento que tiene aproximadamente 130 compañeros, hay un porcentaje de compañeros que se enferman, otro de compañeras que tienen problemas como de embarazos, permisos médicos etc., un montón de cuestiones que influyen en el porcentaje de ausentismo.
«Ahora, a modo de explicar, en lo que se refiere a cierta cantidad de problemas que hay, sobre todo en Telares con el asunto de la hiladora, que baja un poco la calidad del material, hay que decir que nosotros estamos trabajando con 45 mil kilos de una materia prima especial, de más mala calidad de la que nosotros estamos acostumbrados a ocupar, porque nosotros trabajamos con la Trevira. Tuvimos problemas con la materia prima porque eso no depende de nosotros, sino de Alemania, entonces se atrasó una partida, y por no parar utilizamos esa materia prima que sabemos que es más mala que Trevira, y producto de eso también ha sido que ha bajado el rendimiento de los departamentos. Pero estamos conscientes de esto porque sabemos que esa materia prima no es la que estamos acostumbrados a procesar, sino un reemplazo. Ahora se ha superado un poco eso porque tenemos Trevira para abastecernos más o menos un año.
Trabajador 2:
Yo soy de Ingeniería y quiero plantear aquí en este Coordinador sobre el problema de repuestos. Resulta que Ingeniería tiene una maestranza y esa maestranza proyecta con el ingeniero y el Comité de Producción un segundo turno para solucionar lo de repuestos, porque aquí los vamos a sacar como fuera, y los maquinistas afortunadamente son personas que se la pueden. Ellos dijeron que se podían fabricar muchas piezas de las que se usaban aquí, y que era cuestión de que les dieran la oportunidad no más. La oportunidad ya está dada, pero la maestranza se hace chica ahora para hacer repuestos como corresponden, dejando siempre un stock. Yo creo que con este segundo turno se va a poder llegar a eso.
Muñoz:
En relación a eso, nosotros los del Consejo de Administración también hemos estado preocupados. Esto del repuesto refleja la dependencia tecnológica, pero quiero decir que la semana pasada tuvimos un encuentro textil y se llegó a la decisión de hacer una maestranza general que fabrique repuestos para todo el área.
Trabajador 4:
Yo creo que por primera vez tenemos nosotros la posibilidad de crear, de poder exponer nuestras ideas sin miedo, de poder decidir. Uno tiene muchas ideas que la práctica le ha dado, como en el caso mío, que ya llevo diez años aquí, y que con un patrón no pude desarrollar nada. Ideas que no son de costos tan altos y que sirven. Ahora nosotros decimos esto: se puede hacer o no se puede hacer, y nos dicen ¡háganlo!. Y así hemos salido adelante, reemplazando incluso cuestiones importadas por otras no tan bonitas ni arregladitas, pero que sirven igual y que son baratas, y eso para mí al menos es participación, y por eso digo que aquí la hay.” (Chile Hoy Nº 8; 4/8/72)
En estas líneas podemos sentir los desafíos de la época. Frente a esos desafíos, el gobierno, en el conclave de Lo Curro tres meses antes de estas discusiones, tomó la decisión de “consolidar para avanzar”, es decir de aplicar más autodisciplina a la lucha en vez de fomentar más activismo y más rebeldía. Esa decisión aumentó el impacto de la burocracia en las bases y al final fue como dispararse en el pie porque si bases movilizadas y activas, sin la “auto-emancipación”, el gobierno perdía fuerza.
Sin embargo, mirando a esa política desde el punto de vista del Gobierno, ese paso atrás fue necesario porque pensaba que iba a facilitar las negociaciones parlamentarias.
Pero negociar en condiciones dictadas por la integración del capitalismo chileno al sistema capitalista mundial.
En fin, nuestro debate se llamará “Poder popular o negociaciones parlamentarias … ¿Cuál es el más importante durante las grandes crisis sociales?”